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No es un partido más. Tampoco un partido cualquiera. El choque de esta noche entre Peñarol y Defensor Sporting puede empezar a definir varias cosas en el Torneo Apertura.

Si gana Defensor, quedará como único líder del campeonato, le sacará tres puntos a Rampla Juniors y cuatro a Danubio, el tercero en discordia, y le quedarán cuatro fechas para mantener la punta del certamen.

Si empata, sacará sólo un punto a los "picapiedras" y dos a los danubianos, el Apertura seguirá al rojo vivo con un final incierto.

Si por el contrario, el que triunfa es Peñarol, quedarán las cosas como hasta ahora en la punta pero los aurinegros treparán a la quinta posición en la tabla y se ubicarán a sólo cinco unidades de los líderes.

El partido, entonces, cobra vital importancia para los dos, pero fundamentalmente para el grande, ya que una victoria lo pondrá nuevamente en carrera y tendrá al alcance de la mano la posibilidad cierta de pelear por el Apertura.

El duelo, además, es uno de los más importantes del medio. No es un clásico pero se le parece. El grande ya no es tan grande y el chico ya no es tan chico.

Por si eso fuera poco, los dos entrenadores apuestan al buen trato de pelota. Al fútbol ofensivo, por las bandas, siempre apuntando al arco de enfrente.

En lo futbolístico, llega mucho mejor el equipo violeta. Fue uno de los grandes animadores de la Copa Sudamericana y sólo quedó eliminado por el empate que cosechó como local (2-2) con River Plate argentino.

En Buenos Aires hizo uno de sus mejores encuentros pero fracasó a la hora de definir.

Tras la eliminación, el partido con Juventud de Las Piedras del pasado fin de semana, se tornaba clave. Por lo menos para saber cómo había golpeado el traspié copero. Pero el equipo respondió. No logró una gran exhibición futbolística ante los pedrenses, pero tuvo resto suficiente como para jugar y sacar una victoria más que importante.

Jorge Da Silva hoy tendrá a dos de sus figuras en la cancha. Volverán Pablo Gaglianone y Carlos María Morales, ambos reservados para el cotejo de esta noche ante los aurinegros. Con ellos, Defensor gana en contención, en definición y en experiencia.

Los violetas, además, basan su juego colectivo en el talento de Diego De Souza y Martín Parodi, en el despliegue de Marchant y Ariosa y en la velocidad y goleo del siempre eficiente Sebastián Fernández.

En la vereda de enfrente aparece Peñarol. Un Peñarol que todavía no ha logrado plasmar su nueva identidad en el campo de juego y que sólo tuvo dos encuentros en donde el desempeño fue destacado: contra Central Español y frente a Liverpool, los partidos que terminó ganando por idéntico marcador, 4 a 0.

Tiene chispazos de buen fútbol, algunos minutos de buen trato de pelota y cuando le llega la pelota a José Ma. Franco, el gol está rondando en el arco rival.

Sin su goleador, el equipo aurinegro pierde su poderío ofensivo porque ya se vio que no es el mismo con Franco que sin él.

De todas formas, Gustavo Matosas sigue confiando en sus futbolistas. Apelará, una vez más, al manejo de pelota del "Tony" Pacheco, a la velocidad por los carriles que le pueden aportar Audú Mohamed y Diego Rodríguez y a la habilidad de Vigneri en ofensiva.

Hoy por hoy, el punto más fuerte de Peñarol es su defensa. Con Juan Castillo firme en el arco y una dupla de zagueros que fue creciendo partido a partido. En ese sentido, el regreso de Matías Manrique aliviará la faena de Marcelo Méndez en la última zona.

Lo del principio. El de esta noche no es un partido más. Tampoco un partido cualquiera. Estará en juego la punta y el futuro de ambos en el Apertura.