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Paolo Montero: "Uruguay es un milagro"

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"Nunca me echaron por protestar, ni amarilla me sacaron", dijo Paolo Montero. Foto: La Nación/GDA
Piñon, Edward

El DT de Rosario dijo que Tabárez es "una leyenda viviente", que Francescoli y Sosa fueron los mejores jugadores de su época y que "hay que ser agradecido con Casal"

“Criollo hasta el tuétano”, como dicen del otro lado del Río de la Plata. Uruguayo hasta la médula, Paolo Montero reconoce que con el mate mantiene una relación especial: unos amargos cada mañana y punto.

En su celular, los diálogos por Whatsapp certifican que a la distancia mantiene una buena relación con Ciro Ferrara, Pessotto, Edgard Davids, Angelo Peruzzi, Tudor, Nedved…, Zidane.

Se entrena todos los días como terapia y conserva el peso de sus días como jugador, cuando los domingos le tocaba cruzarse con Van Basten, Baggio, Vialli, Ruud Gullit, Mancini, Rijkaard, Gascoigne, Ronaldo, Signori, Zamorano, Paul Ince… Pero se detiene especialmente en dos apellidos. Viaja en el tiempo. “¡Batistuta era un animaaaaal! Te subías a caballito para marcarlo, él corría igual y te definía”, exclama. “Y Messi la descose. ¿Sabés lo que es hacer 500 goles? Ponete a pensar… pero no pensés donde juega él… ¡¡Hasta en el barrio es imposible hacer 500 goles!! ¿Sabés el tiempo que te llevaría? ¡Cómo lo van a discutir vo’…, pero por favor!”, explota con la misma intensidad con que cruzaba a un rival.

A Lionel Messi lo enfrentó 10 minutos. Última fecha de las eliminatorias para Alemania 2006 y Uruguay necesitaba ganar. Messi reemplazó a Lucho González. “Él entró, era un niño…, tendría 18 años. También entró Aimar. Ganamos 1-0 con gol del Chino Recoba y fuimos al repechaje. No me dio ni pa’ pegarle, ya no llegaba... Fijate la guapeza de esos jugadores, me acuerdo de Tevez... Darío Rodríguez le dio una patada que se escuchó en todo el Centenario. «Lo quebraste, Negro», le grité… Cuando Tevez se levantó lo miró fijo y después lo encaró todas las veces. «Lo hiciste enojar, Negro. Ahora estamos en el horno», le decía”, bromea Montero con esa innegociable tonada uruguaya que no distorsionaron ni 13 temporadas en el calcio.

¡Qué equipos esos vo’...!, recuerda. Montero jugó nueve temporadas en Juventus y tuvo por compañeros a Deschamps, Del Piero, Zidane, Conte, Vieri, Inzaghi, Henry, Trezeguet, Buffon, Salas, Nedved, Thuram, Cannavaro, Ibrahimovic... “Alen Bokšic –agrega–... Ufff, qué monstruos. Con Zlatan compartí un año solo, el último, una pena... Mirá, lo que destaco de todos ellos es la humildad. Porque había un grupo dirigencial que manejaba todo. Una vez dos compañeros importantes no se pasaron la pelota, y de todos modos ganamos 4 a 0. Pero el martes llegaron Moggi, Giraudo y Bettega y dijeron que ese partido lo podríamos haber ganado 8 a 0 y si no pensaban pasarse la pelota, los iban a sentar en la tribuna. Disciplina, límites. Yo llegué en el 96 después de que ganaran la Champions y nunca escuché ni a uno quejarse si el profe los mandaba a escalar el Everest. A los pibes les digo que si alguna vez me quieren consultar algo, de lo que yo vi o viví, con gusto. No para hablar de mí, sino de las experiencias que recogí”.

–Con Zidane compartiste cinco temporadas en Juventus y con Buffon, incluso, jugaste la final de la Champions 2003 que perdieron contra Milan. Ellos se encontrarán en Cardiff...

–Buffon, paaaaa, tremendo golero vo’, tiene casi 40 años y es un ejemplo de profesionalidad y vigencia. Para mí Juventus es la candidata a ganar esta Champions, está muy bien defensivamente. ¿Viste el dato estadístico que hay? Un equipo italiano gana la Champions League cada 7 años: Milan en el 89, y después Juventus en el 96, Milan en 2003, Inter en 2010... y estamos en 2017. Ojalá se les de, tengo muchos amigos ahí.

–¿Te aprovechan los jóvenes? ¿Saben quién fuiste?

–Es normal que haya de todo en un plantel. Pero si les cuesta acercarse, creo, es por timidez. Como me dice el Chengue (Richard Morales, su ayudante de campo): ‘Tenés cara de botón, no te conocen en la interna y todavía no saben que te pueden preguntar de todo’. Pero con algunos he conversado. Con Burgos, que juega en mi puesto..., con Alfani, he hablado con Rivas, con Lovera, con Migone... Y les he contado cómo se manejaban algunos personajes con los que tuve la suerte de compartir el vestuario. Cómo vivían, cómo se entrenaban. Les digo lo mismo que a mis hijos, que tienen 10 y 12 años: a los logros se llega con los objetivos bien claros y ninguna distracción. Tenés que vivir para el fútbol. Esos cracks son los primeros en llegar y los últimos en irse, son los que más se entrenan, son los que más se cuidan… Y eso no significaba que no fuéramos a comer afuera también, y si había pizza nos tomábamos nuestra cervecita; si había pasta, un tinto, y si había pescado, vino blanco. A Sabrina, nuestra nutricionista, le cuento que cuando jugábamos a las 4 de la tarde, almorzábamos todos juntos en una mesa larga en la que había 5 litros de vino. Y, casi todos, su copita se tomaban.

–¿Acá se podría hacer?

–A mí me gusta liberar al jugador, darle confianza. Soy un convencido de que, por desgracia, al jugador sudamericano la vida ya le pegó. Por la clase social de donde viene, no procede de Puerto Norte, de San Isidro o de Palermo o de Recoleta… ¿entonces de dónde viene? De lo más profundo, y la vida ya le pegó. Le tenés que ser sincero y darle confianza, ¡si el que se daña es él!

–¿Cómo retás a un jugador por inconducta cuando tenés el récord de rojas en el calcio?

–A mí nunca me echaron por protestar, ni amarilla me sacaron… A mí molesta perder jugadores por protestar. ¡Antes pegá! Que te echen por una murra, como dicen ustedes, pero no por protestar. Yo vengo de otra escuela. Lo que a veces te saca es la impotencia. Me ha pasado de no poder agarrar a un rival y en un momento te sacás, sí, ‘le pego y me voy...’ Después mis compañeros me lo han reprochado, claro, y con razón porque los dejaba con uno menos. Pero siempre tuve buena relación porque si a un compañero mío lo echaban, yo nunca le decía nada. Pero sí les reprochaba si eran egoístas, si un titular llegaba tarde, por ejemplo. Porque en la Juve aprendí que el suplente es sagrado. Vos jugás y estás motivado, estás contento, bueno, entonces no podés fallar en nada y debés motivar al que viene atrás: ‘Dale, boludo, dale, que me tenés que sacar el puesto’. Y ahí se ve el grupo.

–Tuviste a Lippi, Ancelotti y Capello. ¿Qué te dejaron?

–Primero, no eran dictadores. Ellos te convencían con los hechos y hablando. Por ejemplo: ‘no salgas, cuidate, te conviene moverte por acá, aprendé, estudiá, capacitate…’ Ellos alentaban el debate, nunca se sentían los dueños de la verdad, pedían que los confrontaras..., ‘vamos a discutir’, decían, y los referentes se confrontaban con ellos. Y he presenciado discusiones fuertes, pero siempre en positivo. Yo tengo esa filosofía: que conmigo confronten, sin faltar el respeto. A mí me gustan los jugadores rebeldes. En un trabajo táctico específico, Lippi había pedido determinado movimiento y no salía. Entonces Ciro Ferrara le pidió permiso para opinar, sin sacarle autoridad, y Ciro explicó una variante que creía que podía ayudarnos. Lippi dijo que lo hiciéramos, salió bien, y tuvo la humildad de decir que así era mejor. Ése fue un gran aprendizaje.

–Elegí al mejor uruguayo de la era moderna: Sosa, Francescoli, Forlán, Recoba, Suárez, Godín, Lugano...

–De mi época, los mejores fueron Francescoli y Ruben Sosa. Sosa la descosió en Italia, y Enzo, que llegó grande después de romperla en Francia, clasificó al Cagliari a una UEFA, que es como ganar 8 scudetti. Hoy el mejor es Luis, y en Uruguay dicen que es el mejor de los últimos 30 años.

–¿Y el Maestro Tabárez qué representa?

–Es una leyenda viviente. Todo el mundo habla de la mayor, pero no hay que olvidarse de todo lo que ha hecho en los juveniles. Desde hace 10 años, cuando agarró el Maestro, se clasificó a todos los mundiales, llegó a finales de mundiales, Juegos Olímpicos, y ahora se ganó el Sudamericano Sub 20. El Maestro demostró que, siendo un poco organizados, se puede. En Uruguay dicen que en Rusia se va a cerrar un ciclo con el Maestro.

–Uruguay es...

–Uruguay es un milagro… Es un país de ancianos, donde hay más mujeres que hombres, el porcentaje de adolescentes varones es bajísimo... y siguen saliendo jugadores. Saben que estamos entre dos potencias, y para que te vendan a vos, antes van a vender a 10 argentinos y a 100 brasileños. Entonces para destacarte y para que te vean, tenés que meter planchazos, patadas, codazos...

–Si siempre se las ingenia con poco, ¿hasta dónde creés que habría llegado Uruguay con una generación como la de Messi, Di María, Agüero, Higuaín...?

–Creo mucho en la suerte y a veces tenés que ligar. Son momentos, y cuando no está para vos… ¿Sabés? Eso se siente en la cancha, se huele… Y hoy Argentina es lo que era mi selección, y mirá que nosotros sufrimos toda esa desorganización, primero en el Mundial de Japón y después hasta nos impidió ir al de Alemania. Ojalá ahora con Tapia se reorganicen. Argentina cuando estaba organizada nunca sufría, y ahora están pegando en el palo… Igual ligaron mal, para mí las tres finales que perdieron no merecieron perderlas.

–¿Cómo analizás la realidad del fútbol argentino?

–Me da lástima todo lo que pasa. Ustedes no se dan cuenta de todo lo que genera para afuera el fútbol argentino. Ustedes tienen la suerte de que deja Maradona y nace Messi, y tienen una generación de básquet que también obliga al mundo a mirar para acá, y una generación de tenis que también hace mirar para acá, y los Pumas te salen terceros y hacen mirar para acá, y tenés a las Leonas que también te hacen mirar para acá, y después aparece el Papa…Ustedes no se dan cuenta de lo que genera Argentina y no lo cuidan. La famosa votación 38-38 de la AFA…, la muerte del chico de Belgrano, que fue un escándalo en todo el mundo. El fútbol argentino no está bien visto últimamente. Me da lástima. Ojalá, y por ustedes lo digo, porque yo pierdo dos partidos y me voy a vivir a Uruguay, todo mejore. No nos engañemos: ¿por qué viene un juvenil de afuera o un entrenador extranjero a la Argentina? Porque éste es un trampolín que te lanza al mundo. Vos te sentás en la tribuna central de los equipos grandes y hay 400 scouts.

–A diferencia de otras veces, el próximo Uruguay-Argentina, en Montevideo, será clave para los dos…

–Argentina tiene un equipazo y se va a clasificar. Va a sufrir en el próximo partido con Uruguay porque los clásicos se sufren. Lo que me da lástima es que parte de la prensa argentina está enceguecida con algunos jugadores, pareciera que no fuesen argentinos…, yo cambio de canal. ¿Te creés que Higuaín erra los goles a propósito? ¡Están enceguecidos mal ustedes! Creo que la selección argentina ha tenido los mismos problemas de logística y de organización que alguna vez tuvimos nosotros y sin embargo siguen viniendo. ¿Sabés lo que me decían mis compañeros en la Juventus? “¿Para qué vas a tu selección?” Son 13.000 km, llegás, jugás pasado mañana, después volvés, a los dos días jugás de nuevo para tu club... Yo les intentaba explicar que cuando la patria te llama tenés que estar, pero nunca me entendían. Pienso que hoy a Dybala y a Higuaín les deben estar diciendo: “¿Para qué vas? ¿Para qué?”.

"Peor de lo que te lo cuentan"

Era bravo Paolo Montero. Y juran que don Julio Montero Castillo, el padre, histórico emblema de Nacional, solía salir de cacería por las canchas… “Todo el mundo se acuerda de las patadas, pero Bilardo, el Coco Basile y el Bambino Veira me dicen que, si bien te pegaba, también te la daba redonda, no era nada más que patadas”. Paolo defiende a su viejo, con el que se trenza en debates futboleros cuando cruza el charco y viaja a visitar a la familia en Montevideo. Hasta diciembre estará viviendo solo en Puerto Norte, de cara al río Paraná, y entonces llegará su señora con Francisco y Alfonso... ¿Los herederos en la dinastía Montero? “Y, con la heladera llena se piensa diferente”. Cambiaron los tiempos y el DT de Central, a los 45 años, encuentra la manera de sintetizarlo.

Si el torneo hubiese comenzado en marzo, lideraría Colón con 24 puntos. Seguido por River, con 23, y el Central de Montero, con 22. No se marea. “A mí no me da vergüenza, yo no oculto que hace 13 meses que soy técnico y tengo mucho por aprender. Al cuerpo técnico le digo que hay que volar bajo, hoy venimos bien pero tenemos por delante a Racing, River, Colón, Banfield, Talleres y San Juan, todos pelean por algo. Ganamos el clásico y le dimos una gran alegría a nuestra gente, pero todavía no tenemos nada en los bolsillos. Ni me recibí de técnico ni nada de eso. Para hacerlo deberán pasar 10/15 años. Porque lo más importante es mantenerse, y espero que mi carrera sea larga”.

–¿Te impactó el clima del clásico?

–Sabía que esto se vivía así, pero es peor de lo que te cuentan. Acá estamos como en Sudáfrica con los blancos y los negros, que ni te podés cruzar de cuadra en el barrio que te pelean. Yo no quiero que me quieran por hablar mal de Newell’s, esa la tengo reclara. Mi máximo respeto, si a mí no me hicieron nada.

–¿Extrañás al futbolista?

–Sí. Por eso les digo a todos que disfruten, porque ni te das cuenta y se te terminó la carrera. Perdí la final contra Danubio por penales, en 2007, llegué al vestuario y le dije a un compañero ‘No juego más’. Y no jugué más. Ni en los picados. Sólo a beneficio, en la Juventus, el partido de las leyendas que preside Trezeguet. Ni con mis dos hijos juego. Y me tiento bo’..., pero miro para otro lado. Me viene mucha tristeza. ¡Cómo pasó! Por haber sido un banana, un gil, un rebelde o un cabeza dura, mientras jugaba no lo disfrutaba. ¡Y se iba a terminar un día! ¡Ahí la macanié! (La arruiné).

–¿Qué soñás? ¿Dirigir en Europa, a un club grande de la Argentina, a la selección uruguaya...?

–Dentro de dos o tres de años, cuando esté más preparado, mi sueño es ir para Europa. Y acá te curtís rápido, lo que aprendí en los tres o cuatro meses que llevo en Central es terrible… Lo escuché al Tata decirlo alguna vez: de Rosario salís con una caparazón importante, salís con escamas. La atmósfera es muy pasional. Pero a mí me gusta. Lo bueno acá es que si tenés 5 años, a los 18 llegás rápido.

–Con contrato en Colón te fuiste a Central. Los técnicos también deben honrar los contratos…

–Con la salida de Colón, que se podrá compartir o no, aprendí mucho. Estaba en Italia cuando supe que dos equipos querían juntarse: Independiente y Central. Pero esos clubes también iban a hablar con otro DT, y no quería sentarme, que no me eligieran y entonces volver a Colón. Me parecía injusto hacerle eso a Colón. Y como mi búsqueda es crecer, me pareció lo mejor renunciar para dialogar libre. Primero lo tomaron bien, pero no. Y no sé hasta qué punto estuve bien o mal al decirles, porque si hacía una reunión a escondidas y no me elegían, me quedaba en Colón y ni se enteraban. Yo duermo tranquilo.

–Te fuiste y Colón es la sensación de la segunda parte del torneo...

–¡Espectacular!

–¿Te sentís parte?

–... No sé si parte..., nosotros tuvimos que traer a 8 jugadores que, por suerte, muchos son titulares y están rindiendo. No la pifiamos. Se lo merecen los jugadores y ojalá le vaya muy bien a Domínguez.

Definiciones

“César Luis Menotti me cambió la carrera”

“Menotti me hizo debutar en la primera de Peñarol, con 19 años, y me cambió la carrera cuando un día me comparó con Passarella. En Italia, Passarella hizo llover, está considerado entre los cinco mejores defensores de la historia. Yo llevaba seis meses en Peñarol y César me comparó con Passarella… ¡Para qué! Me pusieron los ojos encima y al tiempo ya estaba jugando en Atalanta. De Menotti aprendí que los jugadores de jerarquía juegan en la mitad de la cancha; si sos inteligente, jugar al lado del arquero es una papa, el tema es jugar en el medio y manejar el elástico, saber cuándo achicar, adónde llevar al rival… Todo eso me lo enseñó Menotti”.

“Dybala es crack e Higuaín la rompe en serio”

“Dybala es crack, ¡y el margen que tiene todavía porque la plenitud futbolística se da de los 25 a los 30 años! Tiene todo para triunfar. Higuaín en Italia la rompe, pero la rompe. En Napoli la rompió maaaaal y por eso Juventus pagó la fortuna que pagó por él. Creo que apostaron por alguien que conocía bien el mercado y él les está devolviendo la apuesta”.

“Icardi es vivo, es pescador. Si te equivocas, marchaste”

“Es un goleador que sabe manejarse muy bien en el área, porque tiene buen timing y juego aéreo. Hay que darle méritos porque muchas situaciones se las genera solo; hay que ponerlo en el contexto de que su equipo no está peleando ni para entrar en las copas… Es muy vivo, muy inteligente, es el típico pescador a la antigua. Si te equivocás, marchaste”.

“Sampaoli es bueno, por eso lo fueron a buscar”

“Sampaoli es un buen entrenador. Como persona no lo conozco y no tengo nada que decir. Ha logrado cosas importantes y por eso la Argentina lo ha ido a buscar”.

“Con Paco Casal hay que ser agradecidos”

“Va a quedar en la historia como el representante más importante de la historia de Uruguay. Fue el que les abrió las puertas de Europa a los uruguayos. Todos cometemos errores, pero con él hay que ser agradecidos. Paco es muy discutido, también por el tema de la TV, y ahora creo que hay un conflicto con los jugadores por los derechos de imagen. Pero como representante, en Uruguay hubo un antes y un después de Paco. Es cierto que tuvo la posibilidad de vender a monstruos, pero él lo hizo. En una época, en Italia y España reinaba”.

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"Nunca me echaron por protestar, ni amarilla me sacaron", dijo Paolo Montero. Foto: La Nación/GDA

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