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Nuevo responsable del Centenario pretende "un estadio de cercanías"

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Ricardo Lombardo

PLAN 2030 PARA MODERNIZAR EL ESCENARIO

Ricardo Lombardo busca inversores internacionales para convertirlo en un complejo multipropósito

Un estadio “de cercanías” que permita revitalizarlo en el futuro cercano y un “Plan 2030” que haga posible convertirlo en un complejo multipropósito: esos son los objetivos para el Estadio Centenario del nuevo titular de CAFO, Ricardo Lombardo.

Se juegue o no en Uruguay el Mundial del 2030, el dirigente considera indispensable remodelar el escenario, aunque se declara firme partidario de mantener su estructura: nada de demolerlo para construir uno nuevo. “El Estadio Centenario tiene una importancia cultural extraordinaria en el país”, asegura.

Esta renovación deberá ser encarada por privados, ya que el costo está fuera del alcance de la AUF, la Intendencia de Montevideo y el Estado uruguayo. Por eso la idea es realizar un llamado internacional. “Aquí hay 25.000 metros cuadrados de construcción que pueden dedicarse a estructuras comerciales y a otros emprendimientos”, señala.

Lombardo asumió hace un mes como presidente de CAFO y director ejecutivo del estadio, cargo al que se dedicará full time con la intención de llevar adelante el proyecto.

En su trayectoria, Lombardo fue periodista casi desde la adolescencia en el diario El Día, diputado, senador, subsecretario de Ganadería, director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, director del Banco Central del Uruguay, senador, presidente de Antel y precandidato presidencial colorado. Luego se dedicó a la actividad privada aunque fue también consultor del BID. Desde 1976 fue alternativamente dirigente de Defensor, el último año delegado en la AUF. Estas son sus declaraciones:

Estamos cerca de equilibrar el presupuesto, pero eso apenas da para la supervivencia. Hay que invertir, hacer obras y la plata es poca. Se necesita revertir una situación de pérdida de recursos, hacer un plan ambicioso y ponerlo en marcha. Además de administrar los recursos que tenemos, estoy preparando lo que llamo ‘Plan 2030’.

En todo plan estratégico hay que definir primero una misión, luego una visión y finalmente objetivos y metas. La misión es definir qué queremos del Estadio Centenario. Algunos piensan que es un estadio de fútbol donde se pueden organizar espectáculos, otros piensan que es un centro de espectáculos donde hay también fútbol. Lo que queremos es que se convierta en un complejo multipropósito.

La misión es dar los pasos para que el Centenario sea un estadio FIFA en 2030. Uruguay se ha propuesto como una de las sedes del Mundial 2030, para lo cual es necesaria la existencia de un estadio FIFA. Pero aún en el caso en que Uruguay no resulte elegido para el Mundial, en 2030 el Centenario va a cumplir cien años y el país va a celebrar los 200 años de existencia constitucional. De todas maneras habrá que tener un estadio FIFA, sea para un mundialito que se juegue entonces o cualquier otra circunstancia.

El desarrollo del Estadio Centenario gira alrededor de varios negocios. Están los espectáculos musicales y artísticos, el fútbol, el Museo del Fútbol, que es el museo más visitado de Montevideo y genera importantes recursos. Aquí hay 25.000 metros cuadrados de construcción que pueden dedicarse a estructuras comerciales y a otros emprendimientos que brinden recursos.

Estamos tratando de armar un modelo de negocios que nos permita invertir en este complejo. El costo de la renovación puede ser de 200 o 300 millones de dólares, y es impensable que la AUF, la Intendencia o el Estado puedan invertir eso. Hay que generar un ambiente para la inversión de privados, a través de patrocinios, publicidad, alquiler de espacios. Sobre eso estamos haciendo un proyecto arquitectónico que nos permita realizar un llamado a licitación internacional.

El Centenario debe mantener su estructura actual, es impensable demolerlo y hacer otro. Es el único monumento del fútbol mundial, fue el principal estadio del mundo en su momento, albergó la primera final de la Copa del Mundo, cuatro ediciones de la Copa América, muchas finales internacionales de clubes, y no solo de Peñarol y Nacional, sino también de Boca, Racing, Independiente, Flamengo... Recuerdo cuando Joao Havelange vino a Montevideo en 2003, al cumplirse los 20 años de la declaración de monumento para el Centenario. Dijo que el Estadio Centenario es para el fútbol ‘lo que el Partenón es para la cultura de la humanidad’. El Partenón trasciende a Grecia y es un bien universal. Y el Centenario es parte de la cultura que el fútbol le aportó al mundo. Pensamos por eso que la FIFA debería estar interesada en que este estadio se revitalice.

Hicimos un relevamiento de su estructura con la Facultad de Ingeniería. Y se comprobó que el cemento de origen de 1930 está mejor que el de la ampliación de 1956 y que el de las reformas de 1980 para el Mundialito. Vamos a hacer un cateo para conocer más en profundidad el estado. Por supuesto que hay que hacerle arreglos, pero son impresionantes esos datos. Quizás haya que techarlo, pero la estructura de 1930 debe mantenerse.

Lo primero que pensamos hacer es convertirlo en un estadio de cercanías. Lo estamos viendo con arquitectos. En Europa todos los estadios tienen al público a pocos metros de los jugadores. Tenemos que lograr lo mismo. Hoy los taludes y las plateas América y Olímpica están casi siempre vacías. Estamos pensando en continuar las tribunas hacia abajo, al mismo tiempo que bajamos el nivel de la cancha. Porque además, el piso de la cancha hay que hacerlo de nuevo, porque ya hace 30 años que tenemos el mismo piso y eso hay que renovarlo periódicamente. Por eso a veces la cancha no se ve bien.

Estamos abiertos a ideas. En el llamado internacional buscaremos interesados en manejar la parte comercial, el museo, los espectáculos, sea una empresa para cada rubro o una que se haga cargo de todo y, por ejemplo, le agregue su nombre al del estadio.

Hay que seguir ejemplos. Próximamente voy a viajar a un congreso de museos de fútbol y aprovecharé para visitar estadios en España, Alemania y quizás Inglaterra, sobre todo los que funcionan como complejos multipropósito.

Con esas columnas para las cámaras, los alambrados y las concertinas, el Centenario se parece a la cárcel de Santiago Vázquez. Hay que generar nuevos mecanismos para controlar a los excedidos sin afectar la estética del estadio. Sé del esfuerzo que hacen las instituciones, como Peñarol y Nacional, para mejorar la seguridad, pero pensamos que se puede cambiar el entorno. Si la infraestructura ordena al público y hace que mire el partido sentado, se puede dividir las tribunas en sectores que den mayor comodidad y seguridad. Con las medidas pertinentes, habría que empezar a probar de nuevo tribunas donde puedan convivir los hinchas.

El Estadio Centenario tiene una importancia cultural extraordinaria en el país. El Uruguay del siglo XIX fue el del enfrentamiento en las cuchillas, el que se relata en el libro La tierra purpúrea. El siglo XX empieza con la construcción de la nación, con relatos históricos como el de Artigas, La Leyenda Patria, y algunas obras como el Palacio Legislativo. Y también la construcción del Centenario. El estadio está en la quintaesencia de la cultura nacional. Es el símbolo de lo que más nos une, que son los triunfos internacionales de la Celeste. Eso es el fútbol, y el Centenario es su templo.

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