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Un nuevo Centenario podría costar 240 millones de dólares

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Foto: Archivo El País
Tribunas pintadas, Estadio Centenario, ND 20151013 foto Fernando Ponzetto

MUNDIAL 2030

Remodelar el estadio más grande del Uruguay tendría un costo alto, pero sería una inversión para albergar la Copa del Mundo.

A los arquitectos de la Antigua Grecia les debemos la creación de aquellos recintos construidos para que los espectadores pudieran ser testigos de las pruebas atléticas. Lejos del lujo, porque los asientos de piedra que superaban a los terraplenes de tierra jamás podrían emparentarse con las deslumbrantes prestaciones que hoy pueden entregar las zonas vip, pero emblemáticos y sorprendentemente líderes absolutos de lo que trajo la modernidad.

A este nuevo mundo de ultra tecnología y de comodidades infinitas aspira ingresar Uruguay para poder convertirse, junto con Argentina y Paraguay, en sede del Mundial de fútbol de 2030.

Aunque quizás el concepto no haya cambiado, y el objetivo siga siendo el mismo, el de construir un estadio para poder disfrutar de un espectáculo, es evidente que cada vez más los escenarios de fútbol se consideran iconos arquitectónicos del paisaje urbano.

Y el icono, por más que quiera respetar parte de la estructura original, demandará una inversión superlativa. Ya no solo para contemplar exigencias de la FIFA, si no para entregar un diseño audaz que deje su huella, para adaptarse a los requerimientos de la diversidad de acontecimientos que puedan albergarse y para entregar el máximo confort y la mayor seguridad a los espectadores.

El costo de la construcción de un estadio de estas características puede realizarse con un presupuesto limitado, pero quizás no entregue una variedad de instalaciones y usos. De acuerdo con lo que explicó a Ovación el arquitecto Martín Gómez Platero, integrante del estudio que desarrolló el proyecto de ampliación del Gran Parque Central, “el costo de un estadio en estas latitudes es de 1.000 dólares por butaca”.

La evolución de su costo dependerá de “una infinidad de cosas que se pongan por encima. En esta zona del mundo con una mayor cantidad de prestaciones se llegaría a 3.000 o 4.000 dólares por butaca”.

Gómez Platero remarcó que todo eso está por fuera de las exigencias que realiza la FIFA, porque lo que eleva los costos son los elementos que se van incorporando al estadio para que sea más moderno y confortable. En ese caso, un estadio Centenario nuevo para 80.000 espectadores, que sí es una norma del organismo rector del fútbol para conceder una sede, podría costarle a Uruguay unos 240 millones de dólares.

Cabe aclarar que sin un estadio de esa capacidad Uruguay no podría ser anfitrión del partido inaugural ni de la final, porque ese es el número solicitado para esa instancia tan relevante.

Ahora, los números de la construcción o remodelación no están marcados por las pautas de la FIFA. Todo lo contrario, porque lo que en principio se espera es que el proyecto que se presente para ser sede sea realizable. Eso sí, las recomendaciones principales se establecen en estos puntos: 1) espacios de comunicación lo suficientemente amplios tanto por dentro como por fuera del escenario; 2) vías de evacuación rápidas; 3) sala de control de cámaras, equipada con monitores de vigilancia por circuito cerrado; 4) sitios VIP para las autoridades; 5) zona de prensa con vista preferencial para los periodistas; 6) red lumínica que permita transmisiones televisivas en HD; 7) salas de primeros auxilios para el público; 8) estacionamientos y 9) pantallas electrónicas.

Los detalles:

Comunicación fuera y dentro: Señalizaciones claras y comprensibles. Un sistema de comunicación potente y fiable dentro y fuera del estadio para que los organizadores puedan comunicarse con el público.

Accesos para protagonistas:
Zona privada y protegida para que los equipos, autoridades y árbitros ingresen al estadio sin contacto con el público y los medios de prensa.

Sistema de vigilancia:
Deberá estar equipado en su interior y exterior con cámaras de televisión color para la vigilancia del público, montadas en posiciones fijas y con posibilidad de rotación y oscilación.

Techo y butacas:
FIFA establece que los espectadores deben estar sentados y recomienda que es conveniente tener un techo.

Rusia
2018
El Estadio Luzhniki en construcción para el Mundial de Rusia 2018. Foto: Reuters

El costo de la construcción y reforma de los 12 estadios para el Mundial de Rusia también se disparó -en un 40%- con relación a la cifra prevista en un principio. Así lo reconoció incluso el ministro de deportes ruso, Vitali Mutkó. Rusia terminó invirtiendo 4.175 millones de dólares. El desglose de los costos de las obras es el siguiente: 410 millones de dólares por la reconstrucción del estadio de Luzhniki, 250 millones por la del Spartak, 735 millones por el de San Petersburgo 468 millones por el de Sochi, 250 millones por el Arena Kazán, 310 por el Arena Samara, 307 por el Nizhny Novgorod, 330 millones por el Arena Rostov, 300 millones por el Arena Volgogrado, 220 millones por el Arena Yekaterimburgo, 295 millones por el Arena Mordovia y 300 millones por el de Kaliningrado.

Brasil
2014
Foto: Itaquerao

Brasil prácticamente sufrió un estallido social como consecuencia de los números que se invirtieron en la organización de su Mundial. La cifra invertida en la reforma y construcción de nuevos estadios fue tres veces superior al presupuesto inicial presentado ante la FIFA en 2007. De aquel costo de 1.100 millones de dólares se llegó 3.712 millones. La supervalorización de las obras y las denuncias de corrupción en los contratos provocaron una movilización masiva de los ciudadanos al momento de disputarse la Copa de las Confederaciones. En promedio, cada asiento de los 12 estadios brasileños costó 5.800 dólares, mientras que en Sudáfrica fue de 5.200 dólares y en Alemania de 3.400 dólares.

Sudáfrica
2010
Foto: Soccer City

El lustroso y costoso estadio Soccer City de Johannesburgo que tenía la posibilidad de albergar a 94.700 espectadores y donde España le ganó la final del Mundial de 2010 a Holanda, costó 487 millones de dólares. El valor del mismo superó en un 45% el presupuesto inicial, razón por la que llegó a hablarse de corrupción y pago de comisiones. No fue el escenario que demandó mayor inversión en la ejecución de su obra, porque el de Ciudad del Cabo costó cerca de 605 millones de dólares, con un sobrecosto cercano al 50 por ciento. Sudáfrica terminó invirtiendo, según los números que fueron divulgados, más de lo proyectado en todos los escenarios. Cinco de ellos, incluyendo el Soccer City fueron remodelados, dos demolidos y reconstruidos, y los tres restantes construidos totalmente nuevos.

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