FIN DE UNA ERA

El anuncio formal de Barcelona de que Lionel Messi no continuará en el club explotó como una bomba de desorientación. La despedida pública del astro argentina ya está fijada para este domingo a la mañana. Paris Saint-Germain ya reservó la Torre Eiffel para el martes en lo que supone será un megaespectáculo para presentar al argentino. ¿Y qué número utilizará?

En el club parisino la número 10, esa que Barcelona decidió por el momento no otorgarle a ningún futbolista de su plantel, la utiliza Neymar, un viejo amigo de Messi y quien además jugó un papel muy importante para que —como se da por descontado— sea nuevo jugador de PSG. ¿Estará dispuesto a darle la 10 a su amigo? Repasemos un poco la historia de ambos jugadores, que está marcada por la amistad, pero también por cierto recelo que terminó sacando al brasileño del Barcelona.

En 2015 Neymar llegó a Barcelona para conformar lo que es considerada una de las mejores delanteras de todos los tiempos en el fútbol mundial: la MSN. La lideraba Messi y lo acompañaban en forma brillante Luis Suárez y Neymar. Juntos ganaron todo: La Liga, la Champions League, el Mundial de Clubes, la Copa del Rey, la Supercopa de España y la admiración del mundo de la mano de Luis Enrique como DT.

Sin embargo, en 2016 algo comenzó a cambiar. El planeta fútbol se deleitaba con sus producciones, pero internamente algo carcomía a Neymar y era que, sin importar lo maravilloso que hiciera, los flashes eran para Messi. Todo explotó en los octavos de final de la Champions League.

En febrero de 2017 Barcelona enfrentó precisamente a Paris Saint-Germain. Luego de perder el partido de ida 4-0 (un gol de Edinson Cavani para el elenco francés) en el Parque de los Príncipes, la vuelta en el Camp Nou se volvió una espada de Damocles. Sin embargo, el equipo azulgrana dio vuelta el marcador y se impuso por un contundente 6-1 (otro gol de Cavani y también uno de Suárez para abrir el marcador) con una monumental actuación de Neymar.

El brasileño pensó que ese era su momento, que ahora sí tendría la atención que merecía, pero... Nuevamente las portadas de los diarios y los noticieros fueron para Messi y sus compañeros. Entonces allí le cayó la ficha a Neymar: si quería ser el mejor del mundo, debía despegarse de Messi y ser el líder en otro equipo.

Neymar tuvo su presentación en la Torre Eiffel, fue al Parque de los Príncipes y rápidamente se transformó en el líder futbolístico del equipo. Eso le llevó a tener ciertos choques con Cavani, goleador histórico de la institución y el más querido por la hinchada. El punto más álgido llegó el día que hubo un penal y hubo una discusión entre ambos para ver quién lo ejecutaba.

Algunas actitudes del brasileño, sobre todo extradeportivas, llevaron a que en algún momento la hinchada lo silbara. Comenzó a sentirse a disgusto y, a pesar de que el PSG había pagado 222 millones de euros a Barcelona por él (cifra récord), empezó a buscar una forma de salir.

Messi, Neymar y por supuesto que Suárez continuaron con su amistad. Incluso el 26 de diciembre de 2019 se reunieron en Uruguay (junto a otras estrellas de Barcelona como Sergio Busquets y Jordi Alba) para celebrar la renovación de votos de "Lucho" con Sofía Balbi. Por ese entonces comenzó a tejerse la posibilidad de retorno de Ney a Barcelona para reunirse con sus amigos.

Messi hizo su parte y Barcelona dio el paso de decir que lo quería, pero obviamente PSG peleó por el dinero invertido y no facilitó la operación, que por cierto naufragó.

En 2020 la tortilla se volteó. El que comenzó a decir que quería irse de Barcelona fue Messi, sobre todo muy amargado por la forma en que el club sacó por la puerta de atrás a Suárez, quien además de ser su íntimo amigo era (y sigue siendo) el tercer máximo goleador en la historia de la institución.

París Saint-Germain se anotó en la lista de pretendientes del argentino, que incluso envió el famoso burofax a Barcelona solicitando la rescisión del contrato. Sin embargo, el club catalán adujo que el pedido se había hecho fuera de tiempo, por lo cual negó su salida y Lio se tuvo que quedar a regañadientes.

Al final terminó haciendo una buena temporada (tercero), pero masticando la bronca de ver cómo Barcelona regaló a Suárez al Atlético de Madrid y el equipo colchonero se llevó el título. Sin embargo, todo el año estuvo signado por qué ocurriría con su futuro. Debía renovar contrato, pero ¿quería hacerlo?

La salida (en realidad lo cesaron) del expresidente Josep María Bartomeu, ese que incluso había ordenado campaña en su contra en redes sociales, liberó un poco de presión. Llegó Joan Laporta, un presidente con el que Messi tiene una gran relación, pero la negociación se hizo larga porque había que hacer recortes ya que la situación financiera de Barcelona no es buena.

Messi puso condiciones, como que se armara un equipo competitivo y por más que se contrató a su amigo Sergio "Kun" Agüero y a Memphis Depay, no fue suficiente. Entonces llegó el anuncio de que no habría más Messi en Barcelona.

Paris Saint-Germain apareció entonces nuevamente en el horizonte. Los petrodólares de la realeza catarí habrían hecho que el acuerdo fuera muy rápido y ahora solo resta el anuncio oficial. Allí Messi se reencontrará con Neymar y tendrá a un equipo que definitivamente estará en condiciones de ir por el título de Europa, algo que arañó en 2020, cuando llegó a la final y la perdió 1-0 con Bayern Munich en Oporto.

Donarumma, Hakimi, Marquinhos, Sergio Ramos, Verrati, Di María, Neymar y Mbappé serían algunos de los compañeros. ¿Qué número de camiseta usará? Tal vez sea lo de menos porque su amigo Ney le dé el 10, pero si no quizás opte por la 30, la que usó por primera vez. Lo que sí marcará es quién será el líder futbolístico del equipo y si Neymar todavía sigue determinado a salir de la sombra de Messi o se inclina ante su magia.