DE VOLEA
DANIEL ROSA
Cada actitud de nene caprichoso que tiene Neymar transforma en un poco más ídolo a Edinson Cavani en Paris Saint-Germain. Cualquier buen compañero le permite a alguien que está por conseguir un logro la posibilidad de alcanzarlo. Eso es solidaridad, la que se esperaba de Neymar ayer, quien antes de negarle el penal al salteño ya se había enojado con Di María en el 2-0 porque tocó la pelota antes que pasara la línea, cuando se veía que no entraba sin el desvío necesario del argentino. Neymar, como buen ególatra que es, no tuvo la actitud esperada y prefirió hacer su cuarto gol personal. Se llevó la pelota y seguramente estará un gol más cerca de algún día quitarle a Cavani el título de máximo goleador del PSG. Los 222 millones que valió no lo van a transformar en ídolo, como sí lo es Edi por su humildad y sacrificio.