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Un año después, Nahitan Nández vuelve al certamen continental y justo ante Felipe Melo

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Foto: Prensa Boca.

COPA LIBERTADORES

Boca y Palmeiras chocarán este miércoles a la noche en Buenos Aires.

El destino futbolero decidió, al momento del sorteo de la Copa Libertadores, que Boca se cruzara nuevamente con Palmeiras, un encuentro que se transformó en clásico después de las inolvidables victorias del xeneize en las ediciones del 2000 y 2001, en tierras brasileñas. No obstante, dispuso asimismo que el cronograma del grupo se diera de tal manera para que este miércoles Nahitan Nández hiciera su debut en el certamen con la camiseta azul y oro justo ante el verdão, el rival con el que protagonizó un hecho vergonzoso en 2017 que derivó en una extensa suspensión que ya dejó atrás. Una aparición que eleva las expectativas de los Barros Schelotto, pero que a la vez es peligrosa: volverá a chocar en el mediocampo con el jugador que lo sacó de las casillas hace un año.

Unos días antes de viajar a Perú para el estreno ante Alianza Lima, la dirigencia del xeneize rezó para que la Conmebol redujera la sanción de tres encuentros (eran cinco, pero ya había cumplido dos) que el uruguayo arrastraba producto de los incidentes con golpes de puño que protagonizó el 26 de abril del año pasado jugando para Peñarol ante el rival que enfrentará esta noche (21.45) en la Bombonera. El pedido no fue fructífero y a Guillermo se le generó el problema de no poder utilizar a un jugador que se ganó la titularidad desde que arribó a la institución: no jugó ante los peruanos, Junior de Barranquilla ni en Brasil ante los paulistas.

Felipe Melo y Nández, en aquel escandaloso partido entre Palmeiras y Peñarol
Felipe Melo y Nández, en aquel escandaloso partido entre Palmeiras y Peñarol

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Por eso, su ansiada aparición en la Libertadores es vital para los Mellizos. Llega en el momento justo, teniendo en cuenta lo mucho que se juega Boca en el partido de hoy: si gana se hará dueño del Grupo H y tendrá muy cerca la clasificación a octavos de final. Pero en caso de caer estaría prácticamente obligado a ganar en Colombia. Y que un futbolista como Nández, que conoce bien la temperatura y obligación que albergan este tipo de cruces, esté a disposición, es un alivio para los Barros Schelotto. Tanto que hasta queda de lado el bajón futbolístico que atraviesa desde comienzos de año.

El partido estará caldeado por lo natural: una especie de Argentina-Brasil con el roce de siempre. Sin embargo, la participación del uruguayo de 22 años deberá ser con la cabeza fría. Si él quiere ser protagonista y no poner en riesgo el camino de Boca en la competición continental, no deberá primar su posible deseo de saldar cuentas pendientes. ¿Por qué? En su zona, la del mediocampo, se topará con Felipe Melo, otro jugador áspero que -por ejemplo- le pegó una patada de expulsión a Ramón Ábila en San Pablo. El exintegrante de la selección brasileña fue el principal causante de aquella trifulca en Montevideo. Primero, por haber advertido en la previa algo que luego cumplió: "Si tengo que golpear a un uruguayo, lo voy a hacer". Y luego, por enrostrarle la victoria 3-2 justamente al volante nacido en Punta del Este. En ese contexto, el uruguayo volverá a jugar la Copa Libertadores.

Boca-Palmeiras, un duelo con condimentos de aquella historia pasada, pero que albergará un partido aparte con una historia reciente: Nahitan Nández y su rivalidad con Felipe Melo.

El partido de Peñarol ante Palmeiras terminó a los golpes. Foto: Gerardo Pérez
Pelea entre jugadores de Peñarol y Palmeiras (Libertadores 2017).

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