Falta mucho para el 31 de agosto, día en que Uruguay recibirá a Argentina en un partido clave por las Eliminatorias y muchas cosas pueden cambiar hasta entonces. Sin embargo, es imposible no imaginarse lo importante que puede ser Nahitan Nández para ese juego.

La dinámica, la personalidad y la incidencia en el equipo aurinegro que está mostrando el capitán de Peñarol no puede desconocerse ni desperdiciarse, menos aun cuando uno de los motores que ha tenido la selección a lo largo del proceso Tabárez, el mediocampo, no está funcionando bien.

Nández es un jugador que, en lo personal, me ganó. No creí que fuera a llegar al nivel que tiene actualmente y me parece honesto reconocerlo, porque no solo hay que contar las ganadas.

El problema es encontrarle lugar, algo que hizo Leonardo Ramos en Peñarol, pues lo puso como volante externo por derecha y es desequilibrante. Carlos Sánchez no está en su mejor momento y por eso Nández puede tener su oportunidad, pero en realidad donde más precisa recambio Uruguay es por adentro y allí Nahitan no resulta tan decisivo.

Tiene a su favor ya haber jugado Eliminatorias ante Colombia y Chile en el Centenario, pues fue convocado para las cuatro primeras fechas, aunque luego no lo llamaron más.

Nández es hoy el jugador más desequilibrante de Peñarol y tal vez del fútbol uruguayo junto a Maximiliano Gómez, pese a que él es volante y el violeta es centrodelantero.

DE VOLEA