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Nacional venció a Peñarol en el clásico, pero el gran triunfo fue del "Guti"

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Los jugadores tricolores celebran el primer tanto de Gonzalo Castro. Foto: Gerardo Pérez.

TORNEO INTERMEDIO

Minimizó al ya pobre ataque de los aurinegros y el conjunto tricolor ganó con autoridad en el Estadio Centenario.

Nacional 3-Peñarol 0. Un resultado impensado, pero no porque no pudiera ganar el tricolor, que llegaba bastante mejor desde lo futbolístico y lo ratificó en el campo de juego, sino por la amplitud y por las formas. El triunfo e incluso la diferencia en el marcador reflejó lo que ocurrió en la cancha.

Fue una gran victoria para Nacional, pero sobre todo para Álvaro Gutiérrez. Tildado de defensivo, su equipo terminó anotando tres tantos y siendo netamente superior. Es cierto que pobló la mitad de la cancha, con tres volantes de marca, un 4-1-4-1 que presentó a Rafa García como volante tapón y un único punta como Bergessio (que duró solo 22 minutos), pero leyó el partido correctamente.

Entendió que el punto fuerte de Peñarol era la mitad del terreno. Por eso reforzó esa zona y sobre todo le restó capacidad de maniobra a Lucas Viatri, que si caía en el área era controlado por Corujo y si aparecía afuera para bajarle balones a Gastón Rodríguez, lo incomodaba García.

Nacional limitó a la mínima expresión la ya empobrecida capacidad ofensiva de un Peñarol que, además de ser superado táctica y futbolísticamente (su 4-4-2 es inamovible y no tiene plan B), lo fue desde lo anímico. Gargano había dicho en la semana que una de las cosas a corregir era no caerse cuando recibían un gol. En este clásico no lograron hacerlo, porque el 1-0 marcado por el Chory Castro en un momento clave (recién había salido Bergessio por lesión para dejarle el lugar al juvenil Vecino) el aurinegro deambuló por la cancha. Todas las divididas fueron tricolores.

Flojísimo en las entregas el doble cinco, sin desborde por las bandas, sin llegada de los laterales y con el único argumento de tirarle pelotazos a Viatri para ver si podía hacer algo, Sergio Rochet (en su debut clásico) no fue prácticamente inquietado. Apenas se estiró en el segundo tiempo para contener abajo un cabezazo de Gastón Rodríguez.

Ojo, Nacional no fue una máquina futbolística. Lo que mejor hizo fue contener y luego soltarse al ataque con algo más de fluidez, porque los laterales fueron un poco más que sus pares rivales (sobre todo Viña) y el mediocampo, además de marcar, jugó colectivamente, cuidando el balón y dando pases muchas veces cortos pero seguros, lo que sirvió para que el tricolor avanzara en bloque.

La victoria de River sobre Danubio le impidió a Nacional llegar a la final del Intermedio, pero consiguió dos cosas muy importantes: ganar con comodidad un clásico y superar a Peñarol en la Tabla Anual. Al fin y al cabo, esos eran los dos grandes objetivos tricolores.

Para Peñarol el 0-3 fue la confirmación de que con lo que tiene va a tener un Clausura muy sufrido.

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