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Arriba, Nacional juega al ritmo de la zamba argentina

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Leandro Fernández y su festejo de gol en el Paladino

TORNEO APERTURA

El Tricolor tumbó a Progreso con la dupla del gol que promete ser una tortura para todos sus rivales.

Los primeros pasitos, esos gestos que reflejan que algo bueno podía venir, ya se habían visto en el primer instante que Leandro Fernández se puso la camiseta de Nacional. Ahora, el domingo montevideano, lluvioso y frío, no hizo otra cosa que entregar un mensaje más fuerte. Fernández y Gonzalo Bergessio prometen ser la gran dupla del gol del Torneo Apertura, la que torture a cuanto rival se le ponga por delante.

Si a los adversarios se les venía encima, antes de la llegada del santafecino, un delantero argentino temible, letal, insoportable en la lucha aérea y con singular acierto en las definiciones (“Lavandina”), ahora se duplica el problema. Que no será de fácil solución, porque Nacional incorporó arriba el socio ideal para romper lo que sea. Y de la forma en la que se le antoje al atacante de 30 años.

A la retaguardia de Progreso Fernández se lo dejó bien en claro. Si va por afuera, ya sea por izquierda o por derecha, es capaz de meter una buena pelota para su socio del ataque o para ponerlo en inmejorable posición al otro hombre de arriba que también está en un ciclo de meter miedo: Brian Ocampo.

Si se aproxima al cordobés, para heredar alguna pelota o para ser el escape que encuentre Bergessio, también es un barco de guerra con el cañón cargado. Y si la jugada le demanda que invente algo, pisando la pelota y hamacando el cuerpo para engañar y escaparse hacia el lugar que prefiera, es capaz de divertirse.

A Progreso, entonces, le pasó lo que puede llegar a suceder a cualquier adversario que tenga que oponerse a dos atacantes tan peligrosos. Tan incisivos. Tan obsesivos por hacer daño y tan generadores de jugadas cargadas de pura dinamita.

Es cierto que se perdió dos inmejorables oportunidades para convertir, pero por encima de esas fallidas ejecuciones, lo que saltó a la luz es que Nacional consiguió incorporar a sus filas a un delantero que puede ser el frío verdugo o el mago que quiere regalar un truco que provoque sorpresa.

Además, los dos saben que son grandes protagonistas y ese papel lo asumen. No eluden la responsabilidad de liderar y de ir empujar hacia adelante a todos el equipo. Ayuda mucho Brian Ocampo y también los laterales como se posicionaron ayer en el Parque Paladino, bien adelante y como socios de las triangulaciones ofensivas, pero es indudable que si el equipo es más agresivo y peligroso es porque ahora arriba se mueven al ritmo de la zamba argentina

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