El tricolor derrotó a Liverpool por 3 a 2 con dos goles del "Loco" Abreu y otro de "Nacho" González, pero no le alcanzó porque Peñarol venció a Juventud y le sacó un punto de ventaja.

El diagnóstico demoró 15 fechas. Los síntomas empezaron a manifestarse en la séptima etapa del Apertura, después de ganarle a Cerro 4-3 en un partidazo, Nacional empezó a cambiar de ánimo. Empató con El Tanque Sisley (1-1) y en el encuentro siguiente, perdió (2-1) con Sud América. Ya no fue el equipo eufórico del principio del campeonato. Y hasta varió su postura en la cancha. Sus estados de ánimo comenzaron a manifestarse incluso dentro de los 90 minutos de juego, como contra Racing, donde tuvo dos caras bien diferentes. La del primer tiempo, y hasta el 2 a 0, y tras el descuento y posterior empate racinguista 2 a 2.
Sus hinchas ya lo sospechaban. Porque esos cambios de ánimo (poco comunes en un grande) también los afectaban.

Pasaban de ser muy activos y felices a sentirse muy tristes y desesperanzados. Y, así, fecha tras fechas, empezaban el ciclo otra vez. Esa bipolaridad en el juego de Nacional le terminó pasando factura.
No alcanzó el repunte del final. Ni las remontadas ante Rentistas y Liverpool, el rival que ayer comprobó que el tricolor es capaz de pasar de un estado a otro en cuestión de minutos.

La bipolaridad se vio en cancha. Nacional es uno defendiendo, y otro atacando. Uno en la marca, y otro generando.

En Belvedere lo volvió a hacer. Como lo había hecho antes, que pasó de golear a Defensor Sporting (4-0) a perder con la IASA en el Parque Central. O como ante Danubio, que cayó sin levante ni respuestas, y después terminó dándole vuelta un partido increíble a Rentistas.

Esa bipolaridad le terminó jugando en contra. No pudo mejorar. No alcanzó con lo anímico, ni con el repunte futbolístico del “Nacho” González, el empuje de Porras ni de Polenta. Ni siquiera los goles del “Loco” Abreu pudieron sacarlo adelante en el tramo final del campeonato.
El tricolor hizo todo lo posible. Trató de superarse a sí mismo, de hacer las cosas bien. Intentó parecerse al del inicio, cuando plasmaba un fútbol atildado y bien jugado, cuando era elogiado por propios y extraños, pero no pudo cerrar el Apertura feliz.

Fiel a su bipolaridad, ante Liverpool pasó por todos los estados de ánimo. De la desazón del 0-1 a la alegría del 2-1 con golazo de “Nacho”. Volvió a deprimirse con el 2-2 y levantó el ánimo (gracias a un penal mal sancionado) en el 3-2 de Abreu. Deberá mejorar de cara al Clausura.

LIVERPOOL 2-3 NACIONAL

Estadio: Belvedere.

Árbitro: Javier Bentancor. Asistentes: Mauricio Espinosa y Carlos Barreiro. Cuarto árbitro: Gustavo Tejera.

Liverpool: J. Bava, A. Rodales, D. Macaluso, C. Almeida, M. Goyeni, S. Rodríguez, G. Freitas (51' L. Tamareo), D. Ferreira, N. De La Cruz (88' J. Silvera), J. Arias y J. Candia (68' F. Martínez). DT: G. Oroza.

Nacional: E. Conde, J. Fucile, M. Malvino, D. Polenta, A. Espino, S. Romero, G. Porras, R. Amaral (63' A. Barbaro), I. González (81' I. González), S. Fernández y S. Abreu (73' J. Mascia). DT: G. Munúa.

Goles: 12' C. Almeida (L), 42' S. Abreu (N), 47' I. González (N), 56' J. Arias (L), 61' S. Abreu (N).

Amarillas: 38' M. Malvino (N), 41' D. Macaluso (L), 44' S. Rodríguez (L), 45' A. Espino (N), 60' J. Bava (L), 63' D. Ferreira (L), 66' D. Ferreira (L).

Roja: 66' D. Ferreira (L).

TORNEO APERTURAJOSÉ MASTANDREA