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Nace el nieto del mayor sueño

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Peñarol en 1929 estuvo a punto de construir un estadio para 100 mil personas.

Primero, en el origen, la de Villa Peñarol. Después, a partir del 19 de abril de 1916, la de Las Acacias; desde el 6 de noviembre de 1921, "la de Pocitos"; y ya sobre fines del siglo XX, bajo el impulso vehemente del Cr. José Pedro Damiani, aunque por pocos partidos del Uruguayo, la de Las Acacias nuevamente.

Préstamo.

El camino de "la cancha de Peñarol" ha sido extenso; pero en ese largo recorrido, sin embargo, el sueño de un gran estadio tiene un único y real antecedente, pues el 25 de agosto de 1929 no sólo se llegó a colocar la piedra fundamental (foto del medio) de uno con capacidad para ¡100.000 personas!, sino que el club tenía el visto bueno del Concejo de Administración (hoy Junta Departamental) de Montevideo para la concesión de un préstamo de $ 200.000, que representaban el 30% del costo total del emprendimiento que se construiría en los terrenos donde hoy está el edificio de la Facultad de Ingeniería en el Parque Rodó, entonces inexistente, según un proyecto del Arq. Julio Vilamajó a desarrollarse en cuatro etapas, la primera de las cuales quedaría finalizada en apenas nueve meses.

Desde el punto de vista financiero, el origen de las obras puede fijarse en la audiencia concedida por el legislativo departamental en la segunda quincena de julio de 1929 a una delegación de Peñrol, que encabezada por su presidente: el Ing. Arturo Abella.

Radio.

Al tomar la palabra en aquella instancia que fue transmitida por radio, dada su trascendencia, el Ing. Abella dijo que la obra no constituiría un estadio de propiedad exclusiva de Peñarol, pues resultaría de "un contrato con la municipalidad y por terrenos" de ésta; y, además, hizo un sinceramiento sobre las posibilidades del club para llevar adelante el proyecto del Arq. Vilamajó, diciendo que "es muy vasto y complejo, habiendo sido concebido sobrepasando posiblemente las necesidades y recursos" de Peñarol en aquel momento.

Bienes.

De todas formas, en respaldo de su planteo, la delegación aurinegra hizo un repartido entre los concejales para que apreciaran "el poderío económico del club, que —según su presidente-— "cuenta con esto bienes: "El valor del campo de Las Acacias, la casa de la sede y un solar en la calle Durazno es de $ 130.000; las instalaciones en la cancha de Pocitos, $ 14.660, 98; muebles y útiles, $ 5.504,58; depósitos bancarios en cuenta corriente por $ 16.013,33 en; créditos diversos a cobrar por $ 2.500; más $ 1.455,56 en existencia de caja, todo lo cual da para el activo del club, una suma total de $ 170.134, 45".

De acuerdo a esas cifras, el Ing. Abella resaltó, entonces, que Peñarol "tiene un pasivo de $ 27.476,53, y su capital líquido es de $ 140.500,70"; y ofreció que "se intervenga administrativamente al club como condición para que se busque una fórmula financiera" al desarrollo del proyecto.

Rambla.

En el marco del debate que se produjo entre varios concejales, pues alguno como el Ing. Bernardo Larrayoz planteó que la ayuda municipal tuviera lugar después que Peñarol hubiera realizado trabajos en el estadio y hubiese invertido cierta suma en las obras, Lorenzo Batlle Pacheco propuso que el Municipio podría adquirir la piedra a extraer en el terreno del estadio, mientras que el Ing. Juan B. Maglia señaló que "la extracción de la piedra va a costar poco, pues el Municipio precisará ese material para la construcción de la rambla Sur, y en el terreno del estadio hay mucha piedra para utilizar ventajosamente, por lo que se aprovecharían de esa excavación de esa unos 70.000 u 80.000 metros cúbicos que se venderían fácil y perfectamente, si se tiene en cuenta que en la ciudad existe continua demanda de piedra: nadie iría a comprarla en parajes lejanos, teniéndola barata y buena en un sitio como éste".

Excavación.

En ese escenario, entonces, el Ing. Juan A. Stella propuso "que se resuelva ahora la excavación si la Comisión Directiva del club acepta cargar con la diferencia de valores de extracción y de la piedra", y agregó que el Concejo de Administración de montevideo podía hacerle saber a Peñarol que "está dispuesto a concederle $ 200.000 de acuerdo con el decreto de Bonos de Fomento del Deporte, y que la Dirección de Obras podría hacerse cargo de la extracción de la piedra".

Según documentos de la época, "la sesión se levantó a las 19:30", después que los representantes de Peñarol agradecieran el apoyo al proyecto, como el que también le fue prestado al club para el contrato de usufructo del terreno.

Ministro.

Así, entonces, el 25 de agosto de 1929, con la presencia del Ministro de Justicia e Instrucción Pública, Dr. Santín Carlos Rossi, se colocó la piedra fundamental del estadio que estuvo en vías de construcción, al punto que la Comisión Administradora del mismo adjudicó la licitación para extraer piedra a la Compañía Uruguaya de Obras Públicas; pero (ver aparte: Sanguinetti)... no pasó de ser un proyecto. Un sueño que siguió vivo y mañana, 87 años después, se hará realidad. O más que eso: verá nacer al nieto.

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