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Una muralla: Cristóforo mantiene viva la esperanza franjeada

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Foto: Francisco Flores
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DANUBIO

El arquero realizó nueve atajadas ante Atlético Mineiro y fue la gran figura del juego por Copa Libertadores.

"Hoy me llama todo el mundo”, comenta entre risas Federico Cristóforo. Y no es para menos. Los que no le escriben para felicitarlo lo hacen para pedirle una nota. Es que el arquero de Danubio fue la gran figura en el partido de ida ante Atlético Mineiro, que aunque terminó 2-2 lo tuvo en un gran nivel.

Cristóforo hizo nueve atajadas en el partido ante los brasileños y eso lo convirtió en el segundo arquero con la mejor marca de lo que se lleva jugado en la Copa Libertadores. Bromeó sobre eso: “Si sabía, le pedía a mis compañeros que patearan, así sumaba alguna más, je”. “No sabía que se llevaban esas estadísticas, pero siempre suman. De todas esas, la más difícil fue una en el segundo tiempo que la peinaron cerca del arco”, agregó el arquero.

Sobre su actuación manifestó: “Personalmente creo que tuve un buen partido. Me queda un sabor amargo por los dos goles, pero por suerte no se perdió y seguimos en la pelea. La serie sigue abierta”.

Y esa ha sido una idea que se hizo habitual en la conversación con el guardameta: “La serie sigue abierta”. “En Brasil va a ser un partido muy difícil, pero tenemos que jugarlo de manera inteligente”, sentenció Cristóforo, y agregó: “Hay que cerrar los espacios al rival. Siendo locales van a salir a ganar el partido, se nos van a venir arriba y ahí alguna nos va a quedar pero esa que tengamos hay que aprovecharla para convertirla y ponerlos nerviosos a ellos”.

El arquero hizo hincapié en que a un partido de esta magnitud no se puede llegar sin competencia. “Vos en los partidos vas afinando cosas y si lo tenés que hacer en la Copa podés cometer errores que no te los perdonan. Capaz que en los primeros partidos del medio local no pasa nada, pero acá puede terminar siendo un gol en contra”, dijo.

De todas maneras, sostuvo, “el equipo parecía que se conocía desde hace mucho tiempo y fue el primer partido que jugaban juntos. Por ejemplo, en la zaga, en el doble cinco o los volantes por afuera. Se encontraron buenos circuitos y peleamos de igual a igual con un equipo muy importante”.

Uno de esos jugadores que lleva a que el Mineiro sea un equipo importante es Ricardo Oliveira, el autor de los dos goles. “Se le nota que es un jugador con mucha cancha. Te das cuenta porque habla con cualquiera y parece que todo está bien, pero está atento para hacerte daño. Parece lento, pero no lo es y saca diferencia en el mano a mano”, definió.

El arquero se animó a hablar de una de las jugadas polémicas de la noche, cuando Delfino cobró técnico luego de que tomara una pelota que salió del pie de Sergio Felipe. “Hoy (por ayer) de mañana lo hablamos con los compañeros. Felipe la quiere tirar al córner, le pega medio suave y llego a agarrarla antes de que se vaya. Eel juez interpretó que me la quiere pasar. Si me la quería pasar dalo por hecho que no la agarro. Pero en ese momento tomé la decisión, porque parecía obvia”, analizó.

Hoy en día, Cristóforo (29 años) es uno de los jugadores más grandes que tiene el plantel de Danubio, pero él se siente uno más: “Yo soy siempre el mismo. No importa si hay gente más grande o ahora que soy uno de ellos. Intento escuchar y si puedo aconsejo. Si puedo dar el ejemplo lo intento dar en los entrenamientos, porque lo hago a full. Joaquín y Facundo (Silva, arqueros del plantel) son más chicos pero con ellos es una charla normal. Si puedo los aconsejo, si ellos tienen algo para decirme lo escucho porque a veces otro punto de vista sirve”.

Fue la gran figura franjeada y el día después de su gran noche se lo vio contento y por sobre todas las cosas motivado y esperanzado con lo que pueda suceder en Brasil. El domingo por la noche partirá con la ilusión intacta rumbo a suelo norteño, sabiendo que es todo o nada. “Serán 90 minutos en los que nos jugamos gran parte de la temporada”, dijo, pero con la convicción de que las chances están intactas y con él en el arco, crecen aún más.

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