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Munúa tiene una fórmula: el estilo de la Copa

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Gustavo Munúa en el duelo entre Nacional y Liverpool. Foto: Leonardo Mainé.

NACIONAL

En la campaña del año 2016, el 4-4-2 aportó puntos de oro; sirvió para defender y para intimidar, ¿por qué no repetirla en 2020?

En 2016, en el primer ciclo de Gustavo Munúa como técnico tricolor, Nacional supo traerse del exterior buenos resultados. Como suele decirse, fueron puntos de oro. Es más, la noche de la despedida de la Copa Libertadores, en la Bombonera y ante Boca Juniors, la eliminación se produjo por definición por penales, porque en el trámite del partido el conjunto xeneize no fue capaz de demoler el esquema de juego de su rival.

Aquella campaña, frente a rivales de la talla de Rosario Central, Palmeiras, Corinthians y Boca, entre otras cosas, potenció el regreso del entrenador al club de sus amores y también alimenta la ilusión de volver a pisar con fuerza. De ir a más. De ser otra vez competitivo. De iniciar la participación en el torneo continental de la mejor forma ante Alianza Lima el próximo jueves 5.

La igualdad ante Central, el triunfo sobre Palmeiras y los empates con Corinthians y Boca se cimentaron sobre la base de una fórmula que se repitió. Munúa mantuvo una línea de conducción y, especialmente, una figura táctica que solamente se vio trastocada cuando se quedó sin Kevin Ramírez por un desgarro y tuvo que dejar a Nicolás López (entre algodones) en el banco de suplentes.

marzo, 2016

La victoria frente a Palmeiras

El 9 de marzo de 2016 Nacional logró un gran triunfo de visitante ante Palmeiras, que en sus filas tenía a Gabriel Jesús. Los goles de Nicolás López y Leandro Barcia permitieron la imposición por 2-1 en el Allianz Parque.

La idea se pudo ejecutar porque el entrenador logró lo que pretendía de sus futbolistas. Para empezar, el 4-4-2 elegido para competir en la Copa contó con dos volantes centrales que nunca se quedaban sin energía y que, además, asistían o colaboraban en las incursiones ofensivas (Santiago Romero y Gonzalo Porras). El otro punto fuerte que se tuvo también estuvo en el medio, pero por las bandas. Se lastimaba con la velocidad de Leandro Barcia y Kevin Ramírez, los que además de ser vitales en gestar la profundidad del juego aportaban gol. Sí, también se pudo aprovechar un momento espectacular del “Diente” López.

mayo, 2016

El empate en el Arena de San Pablo

El 4 de mayo de 2016, Nacional eliminó a Corinthians en el Arena de San Pablo gracias al 2-2. Tras el 0-0 en el Parque Central, la clasificación a cuartos se logró con los goles del “Diente” López y el “Colo” Santiago Romero.

En la actualidad, tomando como referencia lo que pretende provocar el nuevo Nacional de Munúa, y analizando la situación en la que se encuentra el equipo, el que precisa empezar a mandar señales positivas, es fácil concluir que el “estilo Copa o modo Copa” se trate de imponer en el estadio Matute, donde Alianza oficiará de local.

Y la fórmula perfectamente se puede repetir, esencialmente porque tiene futbolistas con características para cumplirla. En algunos casos específicos muy emparentados con aquella lista de jugadores y en otros hasta con una superación técnica. De hecho, aquel once que se armaba con Esteban Conde; Jorge Fucile, Mauricio Victorino, Diego Polenta, Alfonso Espino; Leandro Barcia, Santiago Romero, Gonzalo Porras, Kevin Ramírez; Sebastián Fernández y Nicolás López podría tener un sosías. Y ese sería el de Luis Mejía; Mathías Suárez, Guzmán Corujo, Matías Laborda, Agustín Oliveros; Brian Ocampo, Gabriel Neves, Claudio Yacob, Pablo García; Santiago Rodríguez y Gonzalo Bergessio.

El armado de este once naturalmente que no está definido (al menos para los medios) y quizás en el comienzo copero tenga algunas diferencias importantes porque Gabriel Neves está en su proceso de recuperación, porque Agustín Oliveros recién se integra al plantel o porque el técnico prefiere colocar arriba a Sebastián Fernández con Bergessio, pero no se descuelga para nada de aquella estrategia que al DT le dio resultado.

Ni siquiera lo aleja un análisis que permita aseverar que el grado de exigencia, en esta ocasión, será menor que aquel que se presentó en la actuación de 2016.

Actualmente poco importa que aquellos cotejos lo tuvieron frente a frente contra oponentes que en los papeles eran rivales de ultra riesgo, porque no puede desconocerse el hecho de que en este inicio no se consiguió el triunfo en ninguno de los tres partidos oficiales disputados hasta la fecha.

Por más que reina un clima de tranquilidad y confianza, que los futbolistas están convencidos que la superación va a llegar porque son muy valorados los trabajos que se llevan adelante en Los Céspedes, es notorio que las quejas de los hinchas en las redes sociales empujan a enderezarse y comenzar a sumar victorias.

Y esto, potencia mucho más la decisión de repetir lo que supo hacerse. A lo que se agrega una definición clave: funcionó y se estuvo nada más que a un penal de la clasificación a la semifinal del torneo continental.

En definitiva, está claro que si hay algo que Munúa dejó en evidencia en el proceso anterior, cuando logró estar a la altura sus rivales, es que encontró una fórmula que sirvió para defender y para intimidar. ¿Por qué razón no copiarla en 2020?

en tres colores

La pelota de la Copa y un test de sudoración

El plantel de Nacional trabajó en Los Céspedes con el balón que competirá en la Copa Libertadores. Se trata del Nike Merlin, que se destaca del resto por sus pequeños hexágonos naranjas y rojos.
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Buenos rendimientos hubo en el equipo que en el amistoso del pasado martes se impuso ante Albion 3-0. Se ponderó el trabajo de Agustín Oliveros, Rodrigo Amaral, Alfonso Trezza y Gabriel Neves.

En la concentración de Los Céspedes además de los ensayos tácticos ayer se hizo un trabajo especial: un test de sudoración con el objetivo de tomar medidas preventivas y mejorar la hidratación de los futbolistas.

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