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Morena, una vida a puro gol

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Fernando Morena
[MARCELO BONJOUR; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ]; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ; ;

A cuatro días de cumplir 65 años y de festejar este año los 50 en el fútbol, Fernando Morena repasó momentos de su carrera, que brilló en Peñarol pero también tuvo pasajes por España, Argentina y River Plate.

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Llegó al bar de General Paz y Caramurú, a pocas cuadras de la casa en la que vive hace 40 años, diez minutos antes. "Soy muy puntal, lo aprendí de mi padre. Nunca falté ni llegué tarde a un entrenamiento", dice con orgullo Fernando Morena, hoy Director de Relaciones Institucionales y Deportivas de Peñarol, el mismo cargo que ostenta Emilio Butragueño en Real Madrid.

A cuatro días de cumplir 65 años y de festejar este año los 50 en el fútbol, el ídolo repasó momentos de su carrera. Contó que hoy los hinchas le siguen comentando que pusieron dinero para repatriarlo desde España. Y en cada acto público en que participa recibe más pedidos de fotos que los actuales futbolistas, aun de gente que por edad, es imposible que lo haya visto jugar.

—¿Naciste con ese don para hacer goles?

—Recuerdo que cuando jugaba en la Quinta de River Plate salimos últimos. Hicimos sólo 3 puntos, ganamos un partido y empatamos otro, en la época en que los triunfos valían dos puntos. Pero salí goleador del campeonato, hice 14 goles habiendo jugado solo 12 partidos. Entonces, Ranzone (que era el técnico de Primera) le dijo al presidente Castro Quintela: este botija algo tiene. Y salté de la Quinta a Primera. Arranqué la pretemporada en la playa Carrasco en marzo, porque en aquella época los únicos que empezaban en enero y febrero eran los grandes, los cuadros chicos arrancaban en marzo porque pagaban sólo 10 meses.

—Insisto, porque fuiste goleador en todos lados. ¿Es algo innato o lo adquiriste?

— No sé, capaz que sí. Quizás me fui perfeccionando, pero creo que lo principal fue estar con 17 años jugando en Primera División, Aprendiendo de gente que era mucho mayor. Para mí, lo principal es entrenar y ser profesional y no dejar pasar las oportunidades, por ejemplo, de ser titular. A mí me gustaba mucho entrenar y cuidarme. Yo podía jugar mal un partido, pero nadie podía decir que me había pasado de joda.

—¿Fuiste goleador desde chiquito?

—Recuerdo que una vez fui a jugar a Buenos Aires con el baby fútbol de Defensor, porque me habían visto jugando en un cuadrangular en el que le ganamos a todos con el Faro y el profe Gioscia me llevó. En el Faro me dejaron ir, pero con la condición que no jugara al básquetbol en Defensor. Y en Vélez ya me quisieron contratar, pero mi padre dijo que no. Y con River argentino también hubo un coqueteo, me regalaron una medalla de oro.

—¿Eras de esos niños que jugaban bien a todos los deportes?

—Lo que pasa es que vivía frente al Faro y me pasaba todo el día jugando al básquetbol, al fútbol, a todo. También jugaba al vóleibol en la playa. En la Ramírez. O de cabeza que me encantaba, con la arena blandita.

—¿Que técnico fue importante en tu carrera? ¿Bagnulo que te tapaba para que no te resfriaras?

—Eso es mentira... empiezan a decir cosas y todo el mundo cree que son ciertas. ¿Qué me iba a tener que tapar? ¡Una tontería! Bagnulo, Juan Faccio, todos fueron importantes. Faccio en 1972 estaba dirigiendo a Peñarol y dijo: "Con Morena éramos campeones". Salió en un diario. Y entonces me fueron a buscar a River. Lo que pasa es que con él jugué muy poco; la Libertadores, cuando Botafogo y Palmeiras que tenían cuadrazos, nos tiraron para afuera a los dos grandes. Y a los meses asumió Bagnulo. A Hugo lo tuve más tiempo, pero también Dino Sani y Schiaffino me dejaron cosas importantes.

—Qué eras hincha de Nacional, ¿sí es cierto?

—Eso es verdad, por mi padre que me llevaba al estadio cuando era chico. Pero lo perdí cuando me puse la camiseta de River, eso fue clave. Ya antes, estando en Quinta seguía al cuadro. Y me hice hincha. Sobre todo por la forma en que me trataron. La gente de River era maravillosa y le tomé mucho cariño.

—Contigo pasaron cosas increíbles, como aquella campaña de a Morena lo traemos todos. ¿Hoy cómo lo recordás?

—Hay gente que me sigue diciendo que puso plata para traerme. Estaba en Valencia y me llamó Cataldi para decirme que querían que volviera. Eran las 12 de la noche, enseguida me llamó un periodista para preguntarme si volvía. En la época en que había que hablar 30 segundos porque salía carísimo. Yo tenía una vida nueva en Valencia. Me quedaban dos años de contrato, ya tenía dos hijas y estaba por comprarme una casa. Es más, quería llevarme a mis padres y comprar un restaurante al que íbamos siempre y donde se hizo el pase del Rayo al Valencia y de Valencia a Peñarol. Mi padre había sido jefe de cocina del club de Golf y yo quería que se hiciera cargo del restaurante. Y surgió lo de volver.

—¿Qué sentiste cuando volviste y viste toda la gente que te esperaba? ¿Eras consciente de lo que vivías?

—Fue una locura, avenida Italia llena de gente. La cantidad de dinero era mucha y yo era consciente de mis obligaciones. Porque, ¿qué hubiera pasado si me traían y las cosas salían mal?

—¿Te gusta el cargo que tenés en Peñarol?

—Sí, me gusta mucho. Es acompañar al club. Voy a las reuniones de directiva, a las de las formativas y estoy todos los días en Los Aromos. Los jugadores me respetan y yo no me meto en nada. No hablo con los dirigentes para incidir en los pases ni les digo a los entrenadores que pongan a uno o saquen al otro. Y eso me ayuda mucho a disfrutar.

Fernando Morena
Fernando Morena

HISTORIASSILVIA PÉREZ

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