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"Es el momento para que los grandes se pongan los pantalones"

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Repasá alguna de las mejores frases de Diego Lugano. Foto: Delfina Milder.

DIEGO LUGANO

Ovación viajó a San Pablo para conversar con la "Tota" en un mano a mano muy interesante. El excapitán de la selección sentenció: "Hay clubes que no quieren ganar más dinero".

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-¿Estás cómodo en tu nueva función en Sao Paulo?

-Creo que la transición de dejar el fútbol al seguir en el ambiente involucrado, con una agenda más libre, aprendiendo otras cosas, observando cómo se manejan las cosas desde otro punto de vista hace que esté cómodo. Obviamente que nunca más voy a sentir las sensaciones que recibía cuando jugaba, ni siquiera voy a tener aquel poder de decisión sobre muchas cosas por lo que a veces el vestuario te da, pero se puede decir que sí, que estoy bien, contento. Estoy en mi casa.

-¿De verdad no extrañás el prepararte para un gran partido en el vestuario?

-Es que el hecho de seguir en el club y en los grandes partidos siempre estoy en el vestuario con los compañeros hace que la transición sea muy light para mí. Creo que esa es la explicación. Además, voy a las prácticas, me ayuda muchísimo. Solamente algún clásico, algún partido muy grande por Copa Libertadores me digo: “la pucha, podría estar ahí”. Pero te juro que después de esos momentos puntuales nada, todo lo contrario, estoy contento de tener más libertad y ya no depender tanto de agenda y de tanto horario específico.

-¿Por qué esto y no entrenador?

-Le dedique mucho tiempo al fútbol, viajes, concentraciones, lejos de casa, quería un tiempo libre. Entonces, como el club quería contar conmigo en cualquier función yo entendía que podía darle una mano con mi visión en un área más administrativa y también aportar en lo deportivo, como aporto, pero sin la obligación de la presencia diaria y estar en toda la toma de decisiones. Por eso hago un trabajo institucional. Estoy en varias áreas, tengo la posibilidad de viajar, ahora voy a ir 15 días a China, participo en la proyección del club para el año y también en decisiones deportivas importantes como puede ser la contratación de algún jugador o entrenador, pero no en la diaria.

-Partido crucial, ¿entrás al vestuario para hablar con los zagueros? ¿Metés mensajes a los jugadores?

-Sí, lo hago. Y para eso quieren que esté acá. Eso sin duda que lo hago, porque me nace, porque muchos de los muchachos jugaron conmigo y me tienen confianza y mucho respeto. Igual también intento mantener cierta distancia porque es imposible tomar decisiones sobre compañeros que fueron mis amigos el año pasado, nunca sería objetivo y ahí ya perdería mi valor. Estoy desde la parte humana, pero no en el día a día. No puedo ser objetivo y ya he cometido ese error, me caliento y me olvido que estoy del otro lado. A veces en directiva cuando hablan de un jugador y lo quieren multar o vender, no lo asimilo, y quizás esté bien desde el punto de vista de la estrategia del club pero yo no puedo, de ahí que tenga que toma distancia.

-¿En alguna reunión de directiva pegaste un golpe en la mesa para decir: esto se tiene que hacer así?

-Ese es el gran problema, es en lo que más me tengo que acostumbrar, que más me cuesta. A veces en el vestuario un poco menos o poco más se terminaba haciendo lo que yo quería, por convicción y convencimiento, pero lo que se define en un vestuario muchas veces es lo que se define en un club o en una selección. De este lado, muchas veces, no se hace lo que vos querés ni lo que vos pensás y eso a veces me cuesta muchísimo asimilarlo. Me frustro, me entra la ansiedad. Quiero hacer ver que se hace así, pero no hay forma porque hay otros procedimientos, otras jerarquías. No sé si me adaptaré en algún momento a tener que dar opiniones sobre ciertas cosas y que no sean las que terminen primando. Fue un poco lo que pasó con Diego (Aguirre). Cuando llegó a Sao Paulo fue porque yo dije que era la mejor opción y cuando se fue les dije que era un error grandísimo, hoy todos entienden que fue un error pero me agarré tremenda calentura. Es difícil.

-¿En el futuro te ves con alguna función dentro de la Selección uruguaya?

-En la Selección uruguaya es mucho el arraigo como para decir que nunca más volveré a estar en alguna función. Si bien fue mucho el desgaste, porque fueron diez años tan intensos y profundos la marca es grande, pero mi caso es especial porque sigo muy conectado con los muchachos, muy participativo.

-Una política futura de la Selección debería tener continuidad con aquellos jugadores que devolvieron a Uruguay al primer lugar de la consideración mundial. Concreto: ¿Lugano o Scotti, o Eguren o Forlán o Abreu deberían estar cercanos a la Celeste?

-Creo que sí. Se marcó época y el tiempo va a poner la dimensión exacta de lo que se logró en diez años, porque se estuvo en el Top 5 de FIFA. Si eso sucedió es porque había figuras que así lo pensaron y así lo quisieron y naturalmente el tiempo va a traer a esos jugadores a la Selección nuevamente en diferentes funciones. Ahora Andrés (Scotti) participó, en un momento histórico del fútbol uruguayo de cambios importantísimos, con una claridad y convicción fundamental. Y bueno, algún día el “Loco”, Diego (Forlán) van a tener oportunidad como entrenador o en otra función, porque el arraigo con la gente y con la Selección fue muy grande. Debería ser proyectado como en otras partes del mundo, donde la propia Federación les va marcando los rumbos para que seguir juntos. Hay una época muy pesada que va a hacer que muchos de los jugadores de esta generación van a seguir vinculados a la Celeste.

Foto: Delfina Milder
Foto: Delfina Milder

-¿Te imaginás un Uruguay sin Óscar Tabárez?

-A todos nos cuesta imaginárnoslo. Todos pensamos qué será de Uruguay después del maestro, porque independiente de cualquier sistema táctico o variante deportiva, el mérito enorme del maestro, con su convicción, con su hombría de bien, con su intelecto, con su experiencia y liderazgo, es que consiguió marcar un camino que Uruguay en 100 años nunca había tenido. Planeó un proceso y lo defendió a capa y espada. Su presencia y su liderazgo fue fundamental para lograr que este proceso tuviera su sustancia y tiempo para desarrollarse. No hay otra persona igual. Solamente una figura como él tuvo la espalda para aguantar tanto tiempo. Así que es muy difícil imaginarse una Selección sin el maestro, pero obviamente hay que imaginársela porque un día va a pasar y el legado que deja es eterno y será siempre un mojón de referencia para el futuro del fútbol uruguayo.

-Si te llaman de la Selección uruguaya porque el futuro técnico te quiere con él, ¿qué hacés?

-He seguido tan involucrado en temas internos y más desagradables que los de antes, que me tiene un poco desgastado y sinceramente en esa función hoy seguramente se encuentren muchachos más preparados que yo para asumir ese desafío específico. En eso hoy no me veo. No sería justo y no sería la persona ideal. Tal vez sea la persona ideal para otras cosas, pero para eso no.

-¿Cómo la llevaste con la crítica por los vaivenes deportivos que iba teniendo la Selección?

-En el fútbol de elite, exigente, y mucho más en una Selección y sobre todo en Uruguay la crítica es parte del juego. Por suerte así lo entendimos desde el principio, hasta fue una estrategia que acordamos con los muchachos de intentar ser siempre respetuosos ante la crítica por más despiadada que fuera y estar a la altura de lo que entendíamos debía estar un jugador de Selección. Creo que eso también fue haciendo que la gente, el hincha y la prensa comenzar a valorar y respetar. Cuando un jugador tiene la madurez necesaria sabe que está tratando con pasión y la pasión no siempre es racional. Ese es un legado también que hemos dejado, el saber entender las idas y vueltas de la prensa porque esos son también los sentimientos de la gente y de la pasión de cualquier persona. Fue algo que se habló, se pensó y se ejecutó. No fue casualidad. Fue algo de lo que intentamos fuera notorio para que el proceso tuviera esencia y sustancia.

-El Lugano analista, ¿qué dice del nivel de juego de la Selección que integró y de la actual?

-Nosotros tuvimos épocas muy buenas. Del 2010 al 2012 o 2013 estuvimos 20 partidos invictos. Ahí la Selección estaba en un nivel muy alto, muy intenso desde el punto de vista competitivo, nunca siendo muy vistosa pero muy competitivo como exige el fútbol actual. Antes y después baches grandes de rendimiento, entonces no alcanzamos una regularidad muy grande. Esta Selección hoy está muy sólida porque todavía tiene a la base en su auge: ‘Nando’ Muslera, el ‘Faraón’ un fenómeno, el ‘Pelado’ Cáceres, Luis, Edi, y una generación nueva que aparece con mucha fuerza. Estamos en un momento lindo, lo demostramos en Rusia donde otra vez fuimos competitivos, fuimos la mejor selección sudamericana en el Mundial y se mantiene una línea. Tal vez ahora con más jugadores jugando en grandes equipos y eso también es el resultado del proceso.

-San Pablo va a comprar un jugador uruguayo y te da a elegir entre dos futbolistas: Diego Forlán o Luis Suárez. ¿Cuál compras?

-Ave María. Si era en 2010 a Diego, en 2014 a Luis. Sería lo ideal. Los dos más grandes jugadores de la historia del fútbol uruguayo y creo que el proceso colaboró muchísimo a afianzarlos, a que tengan una carrera en la Selección que les permitió a ellos ser más grandes. Tanto Luis como Edi y Diego ayudaron mucho en el proceso, pero el proceso también los bancó, les dio protagonismo, les hizo sentir cómodos, les dio continuidad, los protegió para que ellos fueran lo que son. Siempre tomo como referencia, y no me olvido más, de una charla que tuve cuando llegué al club con Pedro Rocha y Darío Pereyra. Yo les hablaba de la Selección, cuando ni soñaba que iba a estar, y ellos me hablaban de Sao Paulo no me querían hablar de Uruguay. No tenían un recuerdo lindo de Uruguay y en un momento les pregunté y me hacían los cuentos de que no la pasaban bien, de que las preparaciones eran malas, que los grupos a veces estaban divididos, que iban a los mundiales deseándose volver. Esos monstruos no disfrutaban a la Selección, después cuando me tocó ser parte de la Celeste lo primero a lo que apunté como capitán a disfrutar, disfrutar y disfrutar. No quería que ni yo ni mis compañeros llegaran a los 70 años, haber sido tan grande como Pedro (Rocha) que jugó cuatro mundiales y no haber vivido con alegría a la Selección.

-A los uruguayos nos gusta ser tajantes. ¿Va a ser muy difícil que vuelvan un Suárez y un Cavani al fútbol uruguayo?

-(Risas) Y sí… va a ser muy difícil. Qué te pensás, son unas bestias los dos. Va a ser muy difícil. Y Forlán, porque también fue un monstruo y jugamos con los tres juntos. Ahí fue donde estuvimos la etapa de Copa América, Sudáfrica, 20 partidos invictos.

Foto: Delfina Milder
Foto: Delfina Milder

-¿La mejor arenga que hiciste? ¿La planificabas?

-Nunca, jamás. Quizás la mejor me la recordó ‘Palito’ (Pereira) y fue en Argentina cuando los eliminamos de la Copa América. Estábamos en el túnel, era 16 de julio, éramos visitantes, nada menos que contra Argentina y les dije: ‘muchachos, es 16 de julio, está para nosotros. Es imposible que esto sea coincidencia. Sin gritar, si nada. Escuchando todavía a la hinchada adversaria les dije acá tenemos que ganar.

-Fuiste el capitán de un barco deportivo, ¿ahora de una lucha de derechos?

-No, no. En realidad es la continuidad de un razonamiento lógico, que comenzamos desde la Selección. Lo hicimos desde el Mundial de 2010, cuando nos empezamos a interiorizar sobre temas exclusivamente comerciales que hacen al futbolista profesional. Antes se decía que el jugador solamente tiene que jugar y dejar el resto a la gente de afuera, dirigentes u otras personas, pero hoy el fútbol genera mucho, el futbolista es el artista que hace que este producto valga, porque nadie paga entradas, nadie compra una camiseta por un dirigente, por un empresario o por un árbitro. Si bien se precisa de todos para que este deporte funcione, el jugador es el artista y bueno veíamos que en Uruguay muchas cosas no funcionaban como el resto del mundo y mis compañeros me cuestionaron –como capitán- para que los protegiéramos, porque los derechos en Uruguay estaban siendo aprovechados de forma ilegal. Cuestionaban que estábamos perdiendo contratos de imagen, mismo en Europa, porque en Uruguay estaban siendo mal utilizados.

-¿Qué hiciste?

-Primero que nada me asesoré, porque no soy entendido en el tema. Lo hice con abogados experientes en Sudamérica y fuimos avanzando en esa abertura comercial, que no es más que eso, para intentar que en Uruguay las cosas funcionen como deben funcionar, principalmente por los que vendrán. Y bueno… nos encontramos con un mundo complicado, yo sabía que la AUF era difícil pero nunca imagine que fuese tanto, con tantas raíces, tantos tentáculos.

-¿Fueron al choque de entrada?

-No, no. Fue de apoco. Mientas íbamos aprendiendo primero fue con Sebastián Bauzá, que fue comprendiendo de qué se trataba, también con la gente de la Mutual y también con la gente de la empresa (Tenfield) que tenía todos los contratos hechos. Al principio fueron diálogos tranquilos y allá por el Mundial de 2014 resolvimos que había que plantarse firme porque si no íbamos a seguir perdiendo muchísimo dinero los jugadores y el fútbol. Ya teníamos informes de consultaras especializadas que nos hicieron ver cuáles eran los valores de nuestra imagen. Y los dirigentes, ya sea por falta de desconocimiento o por no dispensarle el verdadero tiempo al tema o porque no les interesaba, no se asesoraron sobre lo que podía recibir la AUF.

-¿Ahí cambió la actitud?

-Sí, a partir de eso nos pusimos firmes, porque en el derecho uruguayo constitucional la imagen y los derechos audiovisuales requieren de una participación del protagonista en su cesión. Es una obviedad, pero no lo tuvieron en consideración. Ahí empezamos a bloquear nuestra imagen a la AUF, a la empresa, que tenía un convenio de 20 años por un dinero anual que se le daba a la Mutual. Es cierto que hubo un intento de colaboración de la empresa con la Mutual, pero de una forma totalmente irregular y eso hacía que el mercado estuviese devaluado y nosotros entendíamos que se debía crecer por lo menos diez veces más.

-¿Demoró tanto en prosperar su defensa porque los dirigentes del fútbol uruguayo son malos dirigentes?

-Demoró tanto porque hay un status quo de 20 años. Hay mucha amistad, hay mucha gente que está en el entorno, todo el mundo se conoce y me imagino que todos tienen favores que se deben y también había documentos firmados. Aunque según nuestros informes muchos de esos contratos gozan de irregularidad por varios motivos jurídicos.

-¿Cómo cuáles?

- Monopolio, falta de competencia, la forma en la que se hicieron las asambleas, incluir la imagen del jugador en el contrato de forma ilegal. Eso lo tengo muy aceitado porque desde hace cinco o seis años me tuve que zambullir en el tema y tengo todo el proceso. Igual me sorprendió lo que le costó a los dirigentes ponerse del lado nuestro, porque nuestro objetivo es que entre más dinero al fútbol, porque si el mundo fútbol sigue creciendo en otros lugares eso es en base a más inversión. Es simple, si se venden bien los activos a través de gente idónea, que entiende como funcional el mercado, seguramente se maximizan los ingresos. Es cierto que el mercado uruguayo es pequeño, pero no entendí las razones por las cuáles no se aceptó crecer. O sí entiendo perfectamente…

Foto: Delfina Milder
Foto: Delfina Milder

-¿Qué son?

-Déjalo ahí. Tal vez nuestro error es que como no estamos en Uruguay no tenemos muchas entrevistas y no pasamos hablando de esto, simplemente vamos y hacemos, entonces capaz que hay desinformación, vaya a saber la manija que hay allá, que también esto perjudica a mucha gente, pero después encontramos eco en el Ejecutivo de (Wilmar) Valdez y se logró destrabar la situación que hoy le hace ingresar a la AUF 4 millones en camiseta, 4 millones en sponsors, otro tanto en merchandising, se recuperaron los partidos amistosos para la AUF, Pedro (Bordaberry) hizo el balance y demostró que ingresaban a la AUF 18 millones de dólares. Y en mis diez años de capitán de la Selección, cuando fuimos campeones de América, cuartos en un Mundial, ocho años en el Top 5 del ranking FIFA, jugábamos partidos con todo el mundo, íbamos a China todo el mundo nos adoraba, ¿sabés cuánto dinero entró?

-No

-Cero. Cero. ¿Sabés cuánto ganaron los jugadores?

-¿Cero?

-Sí, cero. ¿Y cuánto generamos? Millones. Tanto, según las cuentas que sacamos hoy de lo que perciben los jugadores, no es una proyección a futuro, es con números reales, nuestra generación dejó de percibir o no nos dejaron ganar o nos robaron, no sé cómo decirlo, 20 millones de dólares. Y cómo explicó que por desinformación o ignorancia dejamos escapar eso, porque en definitiva esto es profesional, todos luchan por lo suyo y no todos son (Edinson) Cavani, (Luis) Suárez, (Diego) Godín. La mayoría de esa generación que llevó a Uruguay allá arriba e hizo ganar muchísimo dinero la está peleando, entonces, es injusto. No hay por qué seguir tolerando o haciéndote el que no entendés nada o que ya pasó porque ahora no te corresponde. No. Esto es un tema de valores, de intentar que las cosas funcionen como tienen que ser, con justicia, para que a los muchachos de ahora no les suceda lo que nos ocurrió en nuestra generación.

-Tengo que volver a insistir. Decís “sí entiendo”, ¿crees que los clubes no quieren ganar más dinero?

-Sí, lo creo. Hay muchos clubes que no quieren recibir más dinero, eso es clarísimo. El tema de Puma-Nike fue un ejemplo, expuesto un poco estratégicamente, que lo dejan en claro. Pero hay muchos ejemplos más.

-¿Cómo cuál?

-Querer firmar la extensión del contrato de derechos de televisación del fútbol local hasta el año 2032 a cambio de un pequeño aumento eso no querer destrabar el tema y, obviamente, vaya a saber por qué razón es seguir dependiente. Y cuando el Ejecutivo de Valdez decidió volcarse al lado de los jugadores y no seguir renovando contratos eternamente le hicieron la guerra y pasó todo lo que pasó, pero la Justicia hasta ahora no puede decir nada de Valdez. Todo eso nos lleva a pensar que hay clubes que no quieren recibir más dinero. Dejan de existir las dudas cuando te ofrecen 30 y querés dos…

-Hay dirigentes que dicen que ustedes, los jugadores de la Selección, quieren formar una empresa para convertirse en los dueños del negocio. ¿Ese es el objetivo?

-Dicen de todo. Dijeron que me quería quedar con la Mutual, después que queríamos quedarnos con Nike, después que quería ser el presidente de la AUF, que queremos ser los dueños del negocio. No tienen argumentos, entonces atacan a las personas, usan el poderío periodístico que tienen para defender su producto y eso es normal. Yo lo sabía, además.

-¿Por qué?

-Porque me lo advirtieron hace cinco años y esas son las reglas de este juego. Yo comuniqué que estábamos asesorados, que la banda no aguantaba más porque habíamos perdido mucho dinero, que lo que se hacía estaba mal y que podíamos terminar en el Poder Judicial. Ahí me avisaron que tenían un aparato de prensa muy grande, que éramos jugadores que estaban afuera de Uruguay.

-¿Y?

-No cambió nada, seguimos para adelante por convencimiento. Y cada uno por su lado siguió haciendo lo que entiende que era lo correcto. Por supuesto que nosotros tenemos un reconocimiento local, pero también internacional, y una gran espalda que nos afecta poquísimo las bobadas o inventos que puedan decir en Uruguay. Además, justamente por todo eso, yo entendí que por no depender más de lo que pasara en la cancha tenía que llevar adelante esto. Diego (Godín), “Lucho” y “Edi” ellos sí que han tenido coraje de verdad, porque si pisan una pelota y se comen un gol ahí vendrían las consecuencias. Corresponde, por estrategia, ser el diablo y que me apunten a mí porque así tienen que ser. Pero, para el que está del lado nuestro, el 99% de los que tienen sentido común, que sepan que hay una barra, una generación impresionante de muchachos que simplemente dicen dos más dos son cuatro, blanco es blanco y negro es negro. Ni gris, ni tres y medio. Así de simple.

-¿En qué medida participaste en la decisión de FIFA de intervenir la AUF?

-Tuve que ver, sí. Después del FIFAGate, cuando surgió la intención de cambiar el organismo, de limpiar desde adentro, venimos indicándole a la FIFA que en Uruguay las cosas funcionan mal, que los jugadores estamos perdiendo muchísimo dinero y solicitamos que observaran lo que ocurría en la AUF. Queríamos que intentaran ver cómo funcionaba para que la modernizaran, para que la pusieran en regla, con controles. No es de ahora, ya hace años que venimos diciéndoles: ‘si ustedes dicen que hay que cambiar, bueno, ayuden a cambiar. Vean lo que está mal’. Y, específicamente, cuando empezaron los problemas de los audios de Valdez mandamos una carta a FIFA y a Conmebol preguntándoles cuándo iban a venir a poner las reglas, porque Uruguay era una selva, en la que quien pegaba un grito más fuerte nos robó la guita a nosotros. Así que tuvimos mucho que ver y lo decimos sin problemas.

-¿Te escucha Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol?

-Las veces que hemos hablado, por supuesto. Y también (Gianni) Infantino porque decimos las cosas como son. Ni más ni menos y con el respaldo de una generación que ha visto cómo funciona el mundo y que, por suerte, no tenemos dependencia en Uruguay con nadie. Tenemos la libertad para decir lo que pensamos y preguntándonos siempre si las cosas funcionan mejor porqué no hacerlo.

-¿Qué los hizo crear la nueva asociación de futbolistas?

-Los nuevos estatutos de la AUF. No es una Mutual o un sindicato la que representa a los jugadores en la Asociación o Federación. La personería jurídica es otra, así que había que crear una asociación sí o sí para tener los votos en el Congreso. Los clubes sabían, obviamente que pensaron que no nos iba a dar el tiempo, pero como estamos muy asesorados rápidamente sobre el final armamos la asociación que representa a todo el fútbol.

-¿Por qué Lugano presidente?

-Me llamaron y me dijeron: ‘Tota, tenés que ser el presidente. Sos vos’. Aunque les dije que estaba en Sao Paulo y que no podía insistieron, que por todo lo que se iba a venir después tenía que ser yo y… bueno… se dio. Es el camino que encontramos para que el jugador tenga participación, que es lo que se buscó con esta intervención, que era modernizar la AUF, darle reglas a un mundo que no tenía reglas, formalizar a un mundo informal, dándole controles a un mundo que no tenía control y que mueve muchísimo dinero generado por los jugadores y principalmente la Selección. Y el jugador era el único que no era escuchado.

Foto: Delfina Milder
Foto: Delfina Milder

-¿Qué otras cosas quieren cambiar del fútbol uruguayo?

-Todo comienza con la Selección, porque antes había ingreso cero y se lucha por liberar los activos para que ingrese más dinero y así bancar la estructura de la AUF y que después llegue a los clubes. La AUF es el organismo para desarrollar el fútbol del país, no para bancar la Liga uruguaya ni para bancar a diez o doce equipos y por eso los clubes no querían abrir la cancha y permitir el ingreso del fútbol interior y de los grupos de interés.

-Te lo pregunto mejor, ¿te preocupa la infraestructura del fútbol uruguayo? ¿Te preocupa el desarrollo del fútbol infantil?

-Principalmente todo eso. Pero vos cómo haces para desarrollar todo eso si no tenés ingresos. Y el ingreso viene de la Selección, donde los jugadores no opinaban y tenían convenios eternos firmados por terceros. Por eso primero obligamos a la AUF a vender el activo de nuestra imagen para que hubiese el mayor ingreso posible.

-¿De qué manera?

-Le dijimos que tenían una excusa para hacerlo. ¿Cuál? Que nosotros los jugadores somos socios. Fácil, ‘andá y decile a tu dueño que yo te obligo. Que no es culpa tuya’. Con una acción posterior, en caso de ser necesario, porque si no querían, si se complicaba más no jugábamos. Logrado ello, o sea que lo tiene la AUF, lo que hay que hacer es repartirlo en forma equitativa, pero no entre doce clubes, entre todo el fútbol uruguayo. Entre los 600 equipos del interior, el baby fútbol -qué no sé por qué no ingresó ahora en el Congreso-, entre el fútbol femenino, el fútbol sala, el fútbol playa. Todo eso se desarrolla con dinero y el dinero sale de la AUF y el 100% sale de la Selección, entonces cómo no vamos a tener voz y voto sobre lo que está pasando. Todos tienen que poder decidir en el Congreso cómo se venden los activos, cómo se reparten, contra que proyectos, porque esa es la idea nuestra, que se tomen en cuenta los proyectos que se quieren desarrollar. Esa es la única y verdadera historia: que ganen los jugadores, que gane la AUF, que los dirigentes ganen en tranquilidad. Si los clubes tienen mejores ingresos pagan los salarios al día, tal vez aumenten los salarios de los futbolistas y no se desmantelen sus planteles. Es tan simple. ¿Qué van a decir contra eso? Y sí, que Lugano se quiere quedar con algo. Esto no lo digo yo, lo he aprendido, he ido a muchas reuniones, me lo han enseñado expertos. Tuve la intención de aprender.

-¿Algún dirigente les dijo: ‘si traen una empresa que ponga tantos millones, vamos con ustedes’?

-Pero no va por ahí. Va por entender el tema. Y, además, si alguien me lo dijera le respondería que eso es un tema de los dirigentes y no nuestro. Lo que queremos es que entiendan que el activo de la AUF y del fútbol local tiene otro valor. Si por ese activo ganan cinco o seis veces menos y no les importa que así sea, por qué los jugadores tenemos que ganar menos. Y la gente y los hinchas o socios qué dicen, porque si un club gana menos de lo que debe ganar no se potencia como puede. Tomar una decisión en ese camino perjudica el desarrollo del fútbol, que a lo largo de estos años ha ido cambiando, tanto que hoy los clubes uruguayos no figuran en la Libertadores y la Selección es un milagro. No hay otro camino. Esto se desarrolla con mejores ingresos. La AUF tiene un precio, tiene un valor y por eso se habla del canal AUF.

-De AUFTV se viene hablando desde hace varios años, ¿por qué no desarrolla en Uruguay?

-Por lo mismo que dijimos anteriormente, algunos clubes no quieren ganar más de lo que perciben ahora. Algunos por miedo, otros porque es un mundo nuevo, otros vaya a saber por qué, aunque sabemos las razones. Cualquier empresario con un mínimo de preparación agarra la AUF y la da vuelta, como pasó ahora con (Pedro) Bordaberry, que en cuatro meses ya marcó un camino. El tema político en la AUF es lo que ha impedido que las recomendaciones realizadas por consultoras no prosperaran, pero en algún momento hasta la gente va a tener que decir basta.

-¿Se puede torcer esa postura?

-Y lo estamos haciendo a base de sentido común. A lo mejor mucho de ese dinero que tendría que ir para el fútbol va para otra parte y ese no debe ser el flujo, quizás por eso en mucha prensa de Uruguay se defiende esa situación, porque están defendiendo el trabajo de ellos. Me banco que me critiquen porque en el fondo están defendiendo su trabajo, pero creo que si esto se desarrolla con gente idónea, independiente, preparada, todos vamos a salir mejor parados.

-¿Uruguay no es un mercado pequeño?

-Sí, claro que lo es. Cuando querés venderlo para el exterior hay poco margen porque hay muchísimos problemas y el mercado es pequeño, pero todos los informes que tenemos de un canal AUF establecen que se puede aprovechar que tenemos 700 mil abonados cable, más 200 o 300 mil uruguayos en el exterior que como yo pagan 10 dólares para ver el fútbol, y eso no lo ponen las consultoras porque es un dinero que no pasa por las mediciones de la Ursec. Si el Canal AUF controla el flujo de caja obviamente que las ganancias se van a multiplicar varias veces sino que el poder y la toma de decisiones van a estar en el lugar que corresponde. Con un Congreso plural, democrático, con comisiones de control transparente. Ese es el camino lógico. Hay que hacer lo que el mercado te invita. Hay un tema de costos que es mínimo y se solventa y un tema de producción que se licita bajo términos claros y transparentes. Todos saben que ese es el mejor camino, no todos quieren por diversas opiniones.

Foto: Delfina Milder
Foto: Delfina Milder

-¿Sin Diego Lugano no hay lucha?

-La generación actual ya está informada, vive en otro mundo, ve los resultados, la lógica de esto, observa el avance que se produce en los ingresos. Esto es irreversible, no se precisa a Lugano. Podrán presionar a algún muchacho que tenga más problemas para plantarse firme pero la conciencia general ya es tan clara que es totalmente irreversible. Quizás pueda demorar un poco más si yo no estoy porque soy más radical y menos político.

-¿Para vos sí es blanco o negro? ¿Te cuesta ser político?

-Sí. No soy político, soy gente de barrio, del interior, que he recorrido el mundo, pero no soy político, qué querés que haga.

-Pero cómo hacen ahora para reunir un consenso político, con tres candidatos a presidente de la AUF, si es necesario negociar.

-A mí se me complica muchísimo, por eso dejo a los muchachos allá. Yo no puedo, inclusive ya cometimos algunos errores políticos, porque creíamos que Pedro (Bordaberry) iba a aceptar la invitación nuestra para presentarse y después pensamos en Sebastián Bauzá y luego a último momento llamamos a Ricardo (Alarcón). Son cosas que no estamos acostumbrados a manejar y ahí es donde perdemos por goleada, yo por lo menos.

-¿Cuál es el candidato de Diego Lugano?

-Para mí, indiscutible, por lo que demostró es Pedro (Bordaberry). Creo que es indiscutible para todo el fútbol, por capacidad, claridad, una persona que tiene una gran presencia y no le queda nada grande. Era el idóneo, el que le daba tranquilidad a todos los grupos de interés y a todos los clubes, salvo aquellos que los cuestionaban y que lo hacían sabiendo igual que era el mejor. Y si no Sebastián (Bauzá), aunque también los mismos clubes que no quieren ganar más dinero también lo iban a cuestionar. Son los mismos, por suerte y gracias a Dios, los que me cuestionan a mí. Lo más lindo que hay es cuando vos ves a quienes tenés enfrente y a quienes tenés a tu lado. Eso me genera orgullo y me invita a seguir para adelante.

-¿Hablaste con los tres candidatos?

-Con Carlos Ham ya había hablado antes de la intervención y estoy convencido que tiene el perfil que se precisa para integrar el Ejecutivo de la AUF. Una persona preparada, que trabaja en un mundo comercial, que sabe gestionar, medir costos, aumentar los activos y eso es lo que se precisa.

-¿Con Ignacio Alonso y Óscar Curutchet?

-Sí, hablé con los dos y ambos les dije lo mismo, que no creo que en politiquerías, que no es lo que nos imaginamos cuando armamos toda esta revolución. Les dije que ese mundo político a mi generación le robó 20 millones de dólares y quién lo devuelve eso. ¿Quién se lo devuelve al ‘Palito’ Pereira, al ‘Cacha’ Arévalo Ríos, a Martín Silva? ¿Quién se lo devuelve, el presidente de Cerro, el de Juventud, el Defensor? Obviamente que para llegar al Ejecutivo se precisa política, pero yo no soy el indicado para eso, así que lo hagan otros. Y no cuestiono a las personas, menos a Alonso con quien tengo una excelente relación porque en el período de Valdez él fue muy valiente y ayudó a destrabar esta situación. Si no hubiese sido por Alonso y Valdez capaz que esto no hubiera sucedido.

-Nacional y Peñarol quieren tener el respaldo de los futbolistas, ustedes también quieren tener el apoyo de los grandes. ¿Cómo se unen?

-¿Qué quieren Peñarol y Nacional? Más dinero. ¿Qué vienen pidiendo los jugadores? Que trabajen para ganar más dinero. Tienen contratos firmados increíbles hasta 2025 y no solo de televisión, sino de merchandising que estoy seguro que si los socios se enteran de esos acuerdos explota todo. Por unos dólares más clavarse diez años en el fútbol moderno no existe. Los clubes grandes hoy tienen poco margen de maniobra porque hay contratos que los atan, solamente uniéndose a través del sentido común se puede salir. Creo, sin temor a equivocarme, que Nacional y Peñarol son los que tienen que llevar este cambio adelante, no deberíamos ser los jugadores. Este momento es ideal para que los grandes se pongan los pantalones.

-En ese ámbito donde se precisa negociar, ¿estarías dispuesto a ir detrás de los grandes?

-El fútbol uruguayo es Peñarol y Nacional. Es su historia, el respaldo de sus hinchas, lo que debe empujarlos para encarar la búsqueda del mejor camino para potenciar los ingresos. A los jugadores esto nos ha costado caro, dolores de cabeza, problemas, críticas, que la familia pase mal, temas personales, entonces cuándo van a hacer Nacional y Peñarol, como instituciones o con sus dirigentes de peso los que resuelven acomodar esto.

-Sí a Ham, ¿no a quién?

-Lo más importante es que ingrese gente idónea al Ejecutivo. Con sentido comercial de lo que significa la industria AUF, con peso, con valores, con nivel. Porque yo visualizo que se puede tener un gran impacto. La tristeza y desilusión que tengo es que hemos consultado a mucha gente y nadie quiere embarrarse, está tan mal vista la AUF que gente muy recomendada no quiere arrimarse porque entienden que se afecta su imagen, genera desprestigio. La gente de bien y de capacidad tiene que estar en el fútbol.

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