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Mochila de ilusiones

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Foto: Gerardo Pérez.

PEÑAROL

Fidel Martínez la rompió en el clásico y se anima a soñar: “Ojalá sea la primera copa de muchas que ganemos”.

Foto: Gerardo Pérez.
Foto: Gerardo Pérez.

Es así, como él mismo dice... “Alegría, alegría”, repite Fidel Martínez y lo demuestra en cada momento. Baila, se ríe, bromea con sus compañeros, pero lo más importante de todo: juega realmente bien y eso Peñarol lo aprovecha. “Desde el primer momento que entré al camarín me trataron como un hermano. Los grandes como ‘Cachi’ (Arias), ‘Cebolla’ (Rodríguez), Gargano, ‘Vikingo’ (Novick), me hablan mucho. Creo que eso me dio confianza, me dio ánimo para unirme más al grupo y en el funcionamiento eso es muy importante”, destacó.

Yendo por afuera o también por adentro, demostró que puede darle un salto de calidad a este equipo. Tiene velocidad, cambio de ritmo y gol, un combo difícil de conseguir. Además, se mueve muy bien de espaldas para descargar la pelota a sus compañeros a pesar de que no tiene un físico corpulento. El gerente deportivo Gonzalo De los Santos explicó en la llegada del atacante que uno de su mayores fuertes era justamente ese: la posibilidad de moverse por cualquiera de los tres sectores de ataque. Estos primeros partidos de enero son una clara señal de ello.

El ecuatoriano, en principio, llegó para jugar por la banda en el hueco que dejó Diego Rossi. Sin embargo, las ausencias de Lucas Viatri y Cristian Palacios obligaron a Leonardo Ramos a ubicarlo como delantero junto a la “Fiera” Rodríguez. “Últimamente he jugado más de punta, me siento muy bien allí y estoy aprovechando con velocidad, buscando espacios y tratando de ser efectivo cuando se crean chances de gol. Esperemos seguir así”, reconoció con su sonrisa inconfundible.

En el clásico del lunes, el amistoso, reventó una pelota en el travesaño cuando el encuentro aún no tenía goles. El viernes, por la Supercopa, se sacó las ganas al minuto. Aprovechó un error compartido entre Diego Arismendi y Esteban Conde para picar la pelota por encima del arquero y festejarlo de cara a la gente de Peñarol. “El clásico pasado tuve una chance que no pude convertir, pero esta vez se me dio. Fue una presión alta de todo el equipo, el jugador de Nacional la tiró corta y yo había visto al inicio del partido que el golero estaba adelantado y cuando la robé decidí patear enseguida”, señaló.

Con la 9 de su compatriota Alberto Spencer en la espalda, Fidel ilusiona al pueblo aurinegro. Con la Supercopa como primer objetivo logrado, ahora el plantel va por el bicampeonato uruguayo y lo más importante de todo: por volver a pelear la Copa Libertadores. “Estoy contento del ambiente, cómo se vive el fútbol aquí. Me decían que iba a ser un partido a muerte y ese gustito yo lo extrañaba de cuando estaba jugando en Deportivo Quito. Ese gustito es muy lindo para el jugador. Estoy tranquilo y a seguir sumando. Llegué con la ilusión de ganar copas y ojalá sea la primera de muchas. Se trabajó bien durante toda la semana, el equipo se esforzó al máximo y esta es la recompensa”.

Fidel arrancó con buen pie en Peñarol y está con la mochila llena de ilusiones.

Características. El aurinegro no solo le saca rédito a esta contratación por el nivel internacional que trae este jugador, sino también porque puede brindarle muchas otras soluciones. Si falta un nueve juega él y si no, ocupa cualquiera de las dos bandas. Como puntero y también hasta como un cuarto volante. No tiene problema con el perfil. En ambos clásicos, incluso, demostró con su habilidad que siempre se las ingenia para perfilarse correctamente y salir bien parado. Es rápido, es bueno en el uno contra uno y tiene olfato. Se ubica bien entre los centrales para aprovechar cualquier desatención.

Es una buena arma para sacar al equipo de contragolpe, como lo demostró el viernes en el segundo tiempo y como seguramente lo necesitará el equipo en algunos partidos puntuales de la Copa, pero dejó en claro que su mejor versión es cuando lo lanzan en velocidad. Desde un pase filtrado del “Cebolla” a una buena conexión que pueda tener con los laterales y volantes por afuera. Los equipos de Leonardo Ramos hacen principal hincapié en eso, jugar por afuera y darle vértigo al partido, y eso es algo en lo que Fidel se ve favorecido. Claro que habrá que ver ahora cómo se adapta cuando Peñarol enfrente a equipos que se le cierren atrás y que buscan cortar el trámite del encuentro. Ni en el fútbol de su país ni en México, donde se ha desempeñado hasta el momento, se estila esa idea. Por ese motivo, será muy importante también que sus compañeros sigan rodeándolo de buena forma.

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