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La mística de Anfield pudo con el Barcelona de Messi y Suárez

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Agonía. Origi, que la pasada temporada había sido cedido y ayer entró por la lesión de Firmino, fue uno de los héroes reds.
Soccer Football - Champions League Semi Final Second Leg - Liverpool v FC Barcelona - Anfield, Liverpool, Britain - May 7, 2019 Liverpool's Divock Origi scores their first goal Action Images via Reuters/Carl Recine
CARL RECINE/Action Images via Reuters

UEFA CHAMPIONS LEAGUE

“Me habían contado que el ambiente en Liverpool era así. Pero no pensaba que era para tanto”, dijo Jürgen Klopp tras la remontada a Barcelona con el 4-0 de este martes. “Estamos en Barcelona, pero en el cuarto gol parecíamos juveniles”, criticó el delantero uruguayo.

Una noche para reforzar el mito de Anfield, casa de un equipo dueño de algunas de las más grandes hazañas europeas y remontadas inolvidables. Era el estadio que el mismo Luis Suárez dijo el día anterior que “jugar acá es tener un jugador más por lo que te transmite la gente, por lo que empuja”. Y así fue. Los reds vivieron la “mejor noche de todas en Anfield”, aseguró Jamie Carragher, histórico jugador del club, segundo en la historia con más presencias.

Liverpool estaba con la esperanza de la remontada sobre Barcelona confiando en antiguas hazañas, como la que un 25 de mayo de 2005 en Estambul para dar vuelta un 3-0 en 45 minutos; o la que hace apenas tres años atrás hicieron con este mismo entrenador contra Borussia Dortmund, cuando perdiendo 3-1 hasta los 65’ lo revirtieron 4-3 en la hora en la temporada de la primera final con Jürgen Klopp, la de la Europa League en 2016.

Es precisamente él la clave, el nombre y la figura de todo esto. Porque cuando ayer faltaron los Roberto Firmino y Mohamed Salah, dos de los tres goleadores del plantel, apareció el equipo. Ya en el Camp Nou los dominadores fueron los reds, pero con falta de gol. Ayer golpearon en los momentos justos, siendo el primero, el descuento más urgido a los 7’ por Divock Origi.

El mano a mano entre Luis Suárez y Virgil van Dijk en el Liverpool vs. Barcelona
El mano a mano constante de Luis Suárez y Virgil van Dijk anoche en Anfield. Foto: AFP

Suárez peleaba en el cuerpo a cuerpo con Virgil van Dijk y Messi intentaba escabullirse entre los espacios cerrados, pero eran dos desconocidos en Anfield. El primero tras cinco años jugaba un partido oficial en lo que fue su casa por tres años y medio, pero con un plantel enfrente prácticamente desconocido para el uruguayo, apenas manteniendo al capitán Jordan Henderson y a Daniel Sturridge, que era su compañero de delantera pero que ayer fue suplente, de su época. En su lugar, hay nuevos con los que discutió como extraños, como el lateral escocés Andrew Robertson que tras el partido le preguntaron por Luis y, acordándose de los entredichos en ambos juegos dijo: “¿Quién va a la final?”.

“Estamos en Barcelona, pero en el cuarto gol de Liverpool parecíamos juveniles”

Luis Suárez
Luis SuárezDelantero de Barcelona

“Estamos en Barcelona, no puede ser que en un minuto te marquen dos goles y después en el cuarto gol parecíamos juveniles”, dijo luego del partido en zona mixta el uruguayo refiriéndose a dos momentos claves que, dentro del dominio local encontraron los goles que les faltó en la ida. También lo sucedido en el cuarto gol, con la viveza del joven Trent Alexander-Arnold (20 años) al lanzar el córner y encontrar la distracción del Barça.

Divock Origi en el 4-0 de Liverpool a Barcelona
Origi y Alexander Arnold, los responsables del cuarto gol de Liverpool. En el fondo, los jugadores de Barcelona no lo puede creer. Foto: Reuters

“No podemos tener el mismo error dos años seguidos”, reprochó Suárez recordando el gran fantasma del año pasado que apareció en cada momento en Anfield, el 3-0 de Roma en Italia luego de la ventaja 4-1 conseguida en el Camp Nou. Lucho asumió su culpa y liberó a Ernesto Valverde, señalado por los medios españoles: “Al entrenador no hay que reprocharle. Fuimos nosotros”, aseguró. “Hay que pedir perdón por la actitud a nuestra familia, nuestros hijos, nuestro público que nos apoya todo el año. Hay que hacer autocrítica”, finalizó el goleador.

“Hay que pedir perdón por la actitud a nuestra familia, nuestros hijos, nuestro público”.

Luis Suárez
Luis SuárezDelantero de Barcelona

Es que, a diferencia de lo que pasaba con Liverpool, para el Barcelona la Champions League era el objetivo principal de la temporada. Lo dijo su capitán al inicio de temporada y Klopp lo tomó como amenaza en esta semifinal: “Messi dijo que quería recuperar esta copa y me pareció una amenaza, pero nosotros también queremos pasar a la final”, había afirmado el alemán previo al partido de la semana pasada.

Lionel Messi en la Champions League con Barcelona.
Messi no pudo gravitar como en la ida. Foto: AFP

Es que para Liverpool avanzar a la final significa repetir lo hecho la campaña pasada, cuando cayó 3-1 con Real Madrid en una final de Kiev más recordada por el error de Loris Karius y la falta de Sergio Ramos a Mohamed Salah que el golazo de Gareth Bale. Será una revancha para los de Anfield, que en este 2019 esperaban, sin embargo, levantar por fin la Premier League que desde 1990 le es esquiva y esta vez podría no ser la excepción.

Liverpool tomó todo eso, la decepción en la final pasada, el cierre utópico de la Premier y la derrota 3-0 de la ida, para sacar un conejo de la galera. Estaba a poco de hacer una campaña histórica en la liga inglesa y en la Liga de Campeones pero en la puerta de quedarse sin celebrar nada y lo revirtieron. Sin Mohamed Salah ni Roberto Fimino, Liverpool tuvo en Jürgen Klopp la explicación de la supremacía táctica y el dominio mental sobre su rival, ayudado por el peso del ambiente en Anfield.

Mohamed Salah, Jürgen Klopp y Virgil van Dijk en Liverpool.
Foto: Reuters

“Hemos demostrado que todo es posible”, comentó Klopp después de la hazaña. “Me habían contado que el ambiente en Liverpool era así. Pero no pensaba que era para tanto”, añadió y con su clásico humor dijo: “Hubiese firmado un contrato más barato si hubiese conocido el ambiente de este estadio”. Aunque sí se negó a comparar lo hecho con la remontada de 2005. “No se puede comparar con Estambul. Nosotros queremos crear nuestra propia historia. Hay que escribir nuevos capítulos”, solicitó.

“Hubiese firmado un contrato más barato si hubiese conocido el ambiente de este estadio”

Jürgen Klopp en Liverpool
Jürgen KloppTras la remontada

“Conseguir una victoria frente al Barcelona es una de las cosas más difíciles del mundo, pero ganar cuando vas perdiendo 3-0 es mucho más. Teníamos que atacar con todo lo que teníamos. Ellos tuvieron que aguantar toda nuestra potencia. Nuestro equipo es una mezcla de corazón y habilidad”, cerró el responsable de hacer volver a soñar a toda la hinchada de Anfield.

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