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Messi cumplió el sueño de los Barovero

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Lionel Messi y Marcelo Barovero durante la final. Foto: La Nación / GDA

Tras la final del Mundial de Clubes, Marcelo Barovero declaró que lo sorprendió la humildad de Lionel Messi. Meses después dio a conocer el gesto de la "Pulga" que lo sedujo.

"Nadie sabe bien, pero es increíble la humildad de ese pibe. Increíble", cuenta Marcelo Barovero, con su bajo tono de voz, en los pasillos del estadio de Yokohama, minutos después de la derrota 3-0 de River ante Barcelona. Ese "pibe" es Lionel Messi.

-¿Por qué lo decís? ¿Qué te dijo?- insisten los periodistas argentinos.

-No, eso queda en la intimidad del partido. Pero lo voy a recordar por siempre- cierra el arquero millonario.

A tres meses de aquella final, Barovero no abandona la calma, pero sí la convicción de llevarse ese recuerdo en secreto a la eternidad. En una extensa entrevista con la revista El Gráfico, en la que repasó su pasado en el club y la proyección de su carrera lejos del arco millonario, Trapito reveló el gesto que tuvo la Pulga con él. "Me quedé mudo de admiración, jamás me imaginé que iba a hacer eso", sentenció el arquero, provocando un atractivo mayor por los detalles de la historia. ¿Qué sucedió?

Hasta ese 20 de diciembre, Barovero jamás había conocido en persona a Messi. Ni en un cancha ni en la selección ni siquiera en un evento en común. La primera vez que el cordobés visualizó al mejor jugador del mundo en persona fue en el túnel del estadio japonés, antes de que salieran los equipos. Pero el primer contacto lo tuvo a los 12 minutos del primer tiempo, cuando el uno se luce con una tremenda atajada luego de un remate de la Pulga, que se acercó para ayudarlo a levantarse. "Le cumplí el sueño a mi hijo", le dijo Trapito antes de agradecerle.

¿Qué sueño? Cada vez que miraba los partidos de la Champions League, su hijo mayor, Agustín, de nueve años, le hacía la misma pregunta: "¿Y vos cuando vas a jugar contra Barcelona? ¿Cuándo le vas a atajar un tiro a Messi". Y así se lo contó Barovero a la estrella en pleno partido: "Cuando me dio la mano para levantarme, le dije eso a Messi. Siempre veíamos como algo inalcanzable enfrentar a Barcelona, no sólo mi hijo, yo también. Y Agustín me lo decía seguido (esa pregunta). Se dio en esa jugada, me acordé y se lo dije", confesó el arquero en la entrevista.

-¿Qué te dijo Messi?

-No recuerdo, la verdad es que no recuerdo, sólo que le hice ese comentario.

Pero la historia con Messi no terminó en esa jugada. Cuando finalizó el partido, Barovero se acercó para llevarse el segundo trofeo más buscado por los jugadores millonarios: la camiseta del 20 de Barcelona (el primero era el título, claro). "Se me habían anticipado, llegué tarde (risas)", confió. Sin embargo, aprovechó para pedirle que le consiguiera el buzo de Claudio Bravo, el arquero culé. Y el astro redobló la apuesta: "Le di mi camiseta y, a los pocos minutos, llegó con la de Bravo y con un par de botines en la mano. 'Son para tu hijo', me dijo. Eran sus botines", agregó el uno millonario. En ese instante fue cuando se quedó mudo de admiración.

-Me imagino que cuando saliste del estadio llamaste a tu hijo para contarle...

-Le mandé una foto con los botines...

-Y le escribiste: "Adiviná de quién son".

-Exacto, así es (sonríe). Agustín no lo podía creer. Más cuando llegué y se los di.

Hoy, esos botines se lucen en el museo de la familia Barovero. Quizás, no se trate del trofeo más importante que se pueda encontrar allí. Pero sí simbolizan el recuerdo que acompañará al uno hasta la eternidad: el gesto de Messi.

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Lionel Messi y Marcelo Barovero durante la final. Foto: La Nación / GDA

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