DE VOLEA
DANIEL ROSA
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"Este Peñarol se pareció mucho al que fue campeónu201d, dijo Leonardo Ramos -con toda razón- apenas concretada la goleada 6-0 sobre River Plate. El aurinegro fue un vendaval de goles ante un equipo que es cierto le opuso escasa resistencia, porque debe haber sido de los peores partidos del darsenero en los últimos tiempos, ya que no defendió ni atacó.
Sin embargo, más allá de las virtudes futbolísticas que tuvo Peñarol, hay que reparar en otra tan o más importante: la anímica. El aurinegro venía de una semana terrible, iniciada con la derrota ante Progreso en el debut del Intermedio y seguida con la eliminación de la Libertadores y sus coletazos, como las declaraciones del u201cCebollau201d Rodríguez que no cayeron bien en la dirigencia, lo que hasta motivó un festejo especial del capitán al anotar su gol.
Peñarol, entonces, no solo le ganó a River, sino a todo un entorno desfavorable. Eso habla bien de la fortaleza anímica del plantel, porque ante la adversidad respondió con una goleada. Fue un mensaje esperanzador para el hincha, porque fue como decirle: mientras más fuertes los cachetazos, más fortalecidos saldremos. El gran desafío del equipo ahora será mantener ese compromiso hasta fin de año.