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"El mejor cambio que hice en mi vida fue sacarme a mí mismo en un partido"

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“Sacar a un jugador es lo más difícil, pero lo bueno es que mañana tienen otro equipo. Es más duro tener que irse de una empresa y encontrar trabajo”.

PAULO PEZZOLANO

El "Papa" no pensaba ser técnico, pero el balance de sus dos primeros años muestran que acertó: logró el ascenso con Torque y clasificó a una copa con Liverpool.

Paulo Pezzolano lleva dos años dirigiendo. El primero fue en Torque, donde dejó de jugar para convertirse en técnico y lograr el ascenso. Y en la temporada pasada estuvo al frente de Liverpool, el club del que fue ídolo como jugador y clasificó a la Copa Sudamericana. El “Papa” se prepara para hacer su debut internacional frente al brasileño Bahía en febrero.

“El mejor cambio que hice fue sacarme a mí mismo en un partido de Torque. Creo que va a ser el mejor cambio de mi vida. Haber pasado de adentro de la cancha para afuera me ayudó mucho para manejar el vestuario. Sé los que sienten los jugadores porque yo lo sentía hace un año y medio atrás. Lo que más me costó fue sacar a 14 compañeros en Torque, duele, pero hice lo que creí mejor. Trato siempre de ser claro con los jugadores, porque a mí me gustaba que fueran claros conmigo. Siempre pienso lo mejor para mi familia. A ellos no les puedo fallar. Y en el fútbol no hay amigos, con los amigos como un asado. Y, por suerte, hoy como un asado con algunos de los que tuve que sacar”, contó el entrenador, quien por segundo año consecutivo se fue a ver entrenamientos a Europa junto a su ayudante, Valentín Villazán. Y se acaba de reunir varias horas con Óscar Tabárez, el técnico de la selección, para conversar de fútbol.

“Ojalá pueda ir a Europa todos los años. Ojalá tenga 70, 80 años y siga yendo. Ves lo bueno que hacés y te das cuenta que no estás tan lejos. Y lo que no te gusta no lo agarrás por más que lo veas en el mejor equipo del mundo. Pero estar actualizado es muy importante”, afirmó.

Pezzolano no tenía claro que quería ser entrenador, se veía más como un gerente deportivo. Pero tenía el curso hecho y cuando se lo propusieron en Torque, aceptó. Hoy no se imagina en otra función. “Tenía 33 años cuando empecé a dirigir, podía haber seguido jugando, pero no tenía mucho más para dar. Hoy estoy convencido de ser técnico, me gusta el día a día, ver videos, compartir con los jugadores, trabajar en cancha. Encontré algo que me apasionó”, reconoció uno de los técnicos de la nueva camada, a los que les gusta arriesgar.

Paulo Pezzolano en su época como jugador de Liverpool. Foto: Archivo El País.
Paulo Pezzolano en su época como jugador de Liverpool. Foto: Archivo El País.

“No creo que pase por la edad, es la manera de ver el fútbol y de vivirlo. Yo creo que arriesgo mucho si me defiendo. Si mi equipo está atacando veo más riesgo para el rival que para mí. Buscamos una identidad de juego. El salir jugando no es porque quede lindo, lo utilizamos para que haya más espacios atrás del rival. Puede salir bien o mal, trabajamos para que salga bien. Yo creo que si le pegamos desde el arco, la pelota está dividida y es 50 y 50. En cambio, si salimos jugando la pelota sigue siendo nuestra”, explicó.

“Planificamos mucho, nos fijamos mucho en el jugador y trabajamos mucho con la psicología. Estamos constantemente hablando, individual y grupalmente. Y trabajamos mucho en cancha”, añadió quien cuenta en Liverpool con el psicólogo y el nutricionista de juveniles, que le dan una mano en la semana.

“En Liverpool tenés todo lo que necesitás para trabajar. Pero tiene mucho por alcanzar todavía. A Liverpool le falta un título y como le dije al presidente cuando llegué, lo que busco es la estabilidad deportiva. Liverpool tiene que estar entre los seis o siete primeros siempre. Y a partir de ahí encontrar un campeonato. Se va a dar, va a llegar si se logra la estabilidad. Sin ella un campeonato no va a servir de nada, porque se necesitan cimientos. Queremos lograr esa estabilidad”, afirmó quien al principio sintió el rechazo de la hinchada negriazul por su forma de jugar.

EL RIESGO. “Cuando agarramos éramos los más complicado en la tabla del descenso. Era un riesgo y Liverpool no es una institución fácil. La gente de Liverpool nunca consiguió un campeonato y sufre mucho. Y cuando arrancamos estaban muy nerviosos por el tema del descenso y nuestro estilo de juego. Nos gritaban que no éramos el Barcelona. Y en la segunda fecha, sin esperarnos. Y eso se traslada a la cancha. Por suerte logramos encaminarlo y clasificamos en forma anticipada a la copa. Y estuvimos a dos puntos de la Libertadores. Rompimos muchos mitos, como el que para salvarse había que tener un entrenador de experiencia y ser bicho. Mostramos juveniles con un etilo de juego que supuestamente no era para el descenso. Hicimos debutar a cinco juveniles y cuatro de ellos terminaron como titulares. Liverpool es una institución que necesita vender, pero hay que buscar el momento preciso para que cuando un jugador debute no salga más”. dijo con convicción.

“Por suerte fuimos convenciendo a la gente, aunque les costaba. Mi relación con la hinchada de Liverpool siempre fue de amor-odio. Nos abrazábamos y nos putéabamos. Y ahora como técnico, la evolución que tuvimos con la gente fue espectacular. Hoy tenemos el 99% del apoyo de la gente. Liverpool es un todo y eso nos va a llevar a conseguir un título”.

Paulo Pezzolano disfruta de su familia día a día.
Paulo Pezzolano disfruta de su familia día a día.

Cuando vuelve Paulina le pregunta si ganó.

Pezzolano y su pareja Gabriela, tienen dos niñas: Paulina de tres años y Pilar de ocho meses. Cuando vuelve de los partidos, la mayor le pregunta cómo le fue. “¿Ganaste papá?”, y si el resultado fue positivo, agrega el “¡bien papi!”. Si perdieron, se lamenta, “¡ayyyy papi!”.

Palma lo echó, pero luego lo fue a buscar.

“Palma tiene fama de difícil, pero conmigo ha sido espectacular. Las decisiones siempre son mutuas. Y me ha respaldado en todo sentido. Es cierto que él me echó cuando era jugador, pero luego me fue a buscar. Cuando me tuve que ir del club sufrí muchísimo y él lo sabe. Hoy estoy feliz de estar en Liverpool y sabía que no podía fallar. Lo sentía así”.

Copa: “con un brasileño te querés matar”.

“Cuando te enterás que te tocó un brasileño te querés matar. Por más que piensen que Bahía es chico. No se compara en presupuesto ni en jugadores. Sé que va a ser durísimo, pero estoy convencido del trabajo que hacemos. Nos vamos a plantar de igual a igual”.

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