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El medio vaso lleno

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Para Peñarol, no perder jugando como lo hizo, también es un buen signo.

Caras de satisfacción en el plantel aurinegro. Al menos no manifestaron preocupación por el poco juego colectivo que mostró el equipo en el debut ante Sporting Cristal. El buen ambiente y las risas reinaron aquí en Lima hasta el momento de levantar el campamento y pegar la vuelta a Montevideo.

Dudas.

"Desde lo futbolístico, quedaron dudas porque tenemos que mejorar. Desde el resultado, la sensación es positiva porque sumamos de visitante y en un grupo que creo que va a ser muy parejo. Sirve para seguir fortaleciéndonos", reconoció Jorge Da Silva, con la cabeza fría, haciendo un perfecto análisis tras el partido.

Lo bueno.

Es una frase hecha dentro del fútbol, pero en este caso se aplica a la perfección: es bueno no perder cuando no jugás bien. Es un síntoma alentador, principalmente teniendo en cuenta el buen rendimiento que mostró Peñarol en los dos primeros partidos del Clausura a diferencia del debut en la Copa.

Además, el elenco mirasol salteó los nervios típicos que proponen los comienzos de cada torneo y más en este caso, si se trata de la Libertadores.

Por otro lado, la actitud del equipo también dejó una buena imagen en la interna. Corrieron hasta la última pelota y siempre dio la sensación que en cada contragolpe lo podía liquidar.

Por último, se valoró el buen rendimiento del colombiano Miguel Murillo en su segunda presentación y los que tuvieron en el complemento Maximiliano Rodríguez y Nicolás Albarracín. Ambos se mostraron movedizos, inquietos y se pusieron el equipo al hombro.

El primero, que llegó sin fútbol, y el segundo, que viene de un semestre con muchos altibajos, se volvieron a parecer a los jugadores que Peñarol fue a buscar.

Si cada uno de ellos retoma su nivel, serán "refuerzos" en este plantel.

Lo malo.

Arrancó muy mal parado y no pudo hacer pie en la cancha hasta que apareció el gol de Luis Aguiar que no estaba en los planes de nadie. No pudo salir del ahogo que le provocó el rival y de no ser por la falta de puntería del Cristal y de la buena actuación de Gastón Guruceaga (le generaron 12 situaciones de gol), podría haber estado en desventaja de inmediato y por más de un gol.

Asimismo, lo más importante: no pudo plasmar en la cancha la idea que tenía en mente el cuerpo técnico. Agregó un volante de marca, sacó uno de creación y lo que no pudo fue justamente tener presencia y cortar los circuitos de juego del rival.

Abuso.

Por último, vale destacar que el equipo aurinegro abusó demasiado de las infracciones. Terminó con seis futbolistas amonestados y un par de ellos acariciando la roja. En un encuentro de estas características por la Libertadores, ese exceso con un árbitro más localista, le puede costar carísimo.

Peñarol rescató un punto y en la interna, de regreso a Montevideo, dirigentes, cuerpo técnico y jugadores ven el vaso medio lleno.

Al fin y al cabo, no perder, pese a haber jugado como lo hizo en su debut en la Copa, también es un buen signo.

Forlán le hizo un caño a la hoja de ruta para conocer a su hijo.

"Cachavacha" tomó sus cosas y ayer las 6.15 horas (8.15 en Uruguay), luego del empate de Peñarol en el debut ante Sporting Cristal, se retiró de la concentración. El jugador firmó una camiseta, se despidió muy amablemente de los funcionarios del Hotel Meliá y salió despedido en un taxi para tomarse, a las 8:00, un vuelo directo hacia Montevideo para ahora sí estar junto a su hijo Martín.

"Era un partido bravo para él. Nosotros lo vivimos todo el día. Estuvo pendiente del teléfono hasta un rato antes de venir al estadio. Estoy seguro que no descansó nada a la tarde. También era su primer partido de Copa... No era fácil, pero él es un jugador que quiere estar y por eso le dimos la confianza", dijo el entrenador Jorge Da Silva sobre esta situación.

El jueves, Forlán siguió el nacimiento de su hijo pegado al celular. Paz Cardoso, su mujer, rompió bolsa en la madrugada y estuvo en trabajo de parto durante casi diez horas.

El crack en Lima nunca perdió la calma, pero la ansiedad le hacía sacar canas. Antes de salir hacia el Estadio Nacional para tener su debut en la Copa, recibió el llamado que tanto estaba esperando desde la mañana: había nacido Martín.

Forlán, por su parte, después cumplió. Jugó el partido contra el Sporting Cristal y, con el consentimiento del club, adelantó ayer su viaje para estar junto a su familia en este día tan especial.

De esa manera, entonces, sobre las 15:00 horas de Uruguay, arribó a Montevideo y se dirigió de inmediato con su mujer y su hijo.

El plantel aurinegro, mientras tanto, pasó todo el día en Lima, entrenó por la mañana en un predio de Universitario, descansó en la tarde y sobre la noche comenzó el operativo retorno en direccioón a nuestro país.

Hoy a las 4:00, los aurinegros estaban llegando al Aeoropuerto Internacional de Carrasco, para trasladarse de inmediato a Los Aromos donde quedarán concentrados para el partido de mañana en el estadio Centenario ante Defensor Sporting por la tercera fecha del Torneo Clausura

¡QUÉ VIAJE...!

Los hinchas no la pasaron bien.

Unos 300 hinchas aurinegros tuvieron encontronazos con los del Cristal que les tiraron proyectiles. La policía actuó de inmediato y armó un pulmón entre ambas hinchadas. Además, unos 20 no pudieron entrar al estadio y fueron recibidos por pedradas de los hinchas locales.

Ya hay 11 peñas en el exterior.

Con la presencia del hijo de Hohberg y la hija de Joya, comenzó a teñirse de amarillo y negro.

Bajo la batuta de Fernando Morena, Rodolfo Catino, Edgar Welker, Ignacio Ruglio y Pablo Sciarra, se inauguró la Peña en Perú, desarrollando un proyecto que ya tiene 11 grupos de este tipo en el exterior.

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Foto: Ángel Asteggiante.

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