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Mayweacional vs. Pacquiañarol

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Iván Alonso y Antonio Pacheco. Foto: Archivo El País

No se le puede llamar "El Partido del Milenio", ni siquiera a los efectos del marketing; y tampoco "El Partido del Siglo".

Sin embargo, en lo previo, y por el enorme poder de convocatoria que se refleja en las multitudes identificadas con ambos, es "El Partido del Año"; o, más precisamente, "de lo que va del año".

De esto último, sí: no hay dudas de ninguna clase; basta con decir, a secas, que es el clásico. Con algunas cosas en juego que son importantes, y que van más allá del orgullo de Peñarol y Nacional por ser y sentirse mejores que el tradicional adversario.

En ese contexto, pues, hay ciertos aspectos en los que "El Partido de lo que va del Año" guarda algún punto de contacto con la tan promocionada y comentada —a favor antes y en contra después— "Pelea del Milenio" entre Floyd Mayweather y Manny Pacquiao.

En líneas generales, acá Nacional será Mayweather; y Peñarol, Pacquiao. Sin que esto represente trazar un paralelo con relación al posible resultado. No quiere decir que va a ganar Nacional; y que va a perder Peñarol. Sólo que, como lo sugieren su más que probable integración y la circunstancia de que ganó la Tabla Anual por anticipado, Nacional puede permitirse —y quizá le convenga— jugar de la manera que peleó el estadounidense: de contragolpe; mientras que a Peñarol, obligado a ser campeón del Torneo Clausura para luego entrar a tallar en la definición del Uruguayo, no le queda otra que jugar como peleó el filipino: al ataque.

De la misma forma, la especulación no significa que los tricolores sólo se van a defender y que los aurinegros no lograrán inquietar a su adversario.

El tema es que hay otras señales que llevan a pensar que el desarrollo del clásico puede darse con ese formato.

Peñarol, por ejemplo, tiene jugadores de buen pie, a los que le sienta mejor atacar que ser atacados, igual que ocurría con Pacquiao; y Nacional, por su parte, se parece a Mayweather en el sentido de que es capaz de descolocar a su adversario con las salidas rápidas por los costados, que incluso se pueden convertir en un arma clave en la medida que el rival no atine a cortarle el paso por los dos laterales de la cancha.

Asimismo, el aspecto sicológico en este tipo de enfrentamientos pesa; y en ese plano, Nacional es como el estadounidense porque está invicto desde hace tres clásicos, mientras que Peñarol viene de "comerse" en el del Torneo Apertura un KO como el que el filipino había sufrido en 2012 con Juan M. Márquez.

Así que, seguro que el clásico no es "El Partido del Milenio", ni "el del Siglo"; pero tiene ingredientes para ser "El Partido de lo que va del Año"; y, si es por marketing, Nacional puede ser como Mayweather y Peñarol como Pacquiao. Lo que no anticipa ni sugiere ningún resultado, empezando porque en este caso los goles son las tarjetas de los jurados.

NACIONAL.

Edad: no está ahí la ventaja.

El promedio de edad del probable equipo tricolor es de 27 años, pero su mayor ritmo —y más parejo— no es por eso: la circulación de pelota es más rápida.

Marca: tiene más blindaje.

Con Arismendi-Porras, a los que se pueden sumar Romero o Fucile, el equipo tricolor tiene más marca en el mediocampo, lo que protege más a la zaga.

Generación: baja tensión.

Lo de Pereiro, lo puede aportar "Nacho"; si no, la generación es por el voltaje de Barcia y De Pena en las bandas. Salvo por pases de Porras.

Punch: el KO del goleador.

Un punta como Alonso, con perfil de goleador de esos a los que busca la pelota, es como un pegador: con un solo "golpe", basta; es tener un as en la manga.

PEÑAROL.

Edad: no es demasiado.

Promedio de 29 años: no es por eso ni por el nivel físico que en los segundos tiempos Peñarol a veces decae; rema y traslada mucho, y se desgasta.

Marca: sufre, porque tarda.

Peñarol quiere ser, sobre todo, un cuadro de "buen pie"; y Píriz es el único volante de contención, no ya de marca: la recuperación sufre, porque tarda.

Generación: dos enchufes.

Peñarol genera en los costados, con "Urreta" y el "Japo", pero también por el medio: Aguiar, Zalayeta y Pacheco pueden desestabilizar, un cambio más abajo.

Punch: sólo por puntos...

Zalayeta y Pacheco no son "pescadores", hacen o dan goles en buenas jugadas; así, para ganar, Peñarol debe hacerlo por puntos: no tiene golpe de KO.

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Iván Alonso y Antonio Pacheco. Foto: Archivo El País

TORNEO CLAUSURAJORGE SAVIA

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