Días atrás Forlán dijo: "Nosotros somos de contragolpear, Uruguay no tiene un fútbol de proponer en ningún lado"; y agregó: "No es nuevo que nos cuesta tener la pelota", yendo en contra de una corriente que, por lo que se ve y escucha, y los ecos de las redes sociales, a nivel popular parece mayoritaria.

Esa forma de ver el fútbol "no es algo nuevo", como dijo "Cachavacha", ni sólo suya: en el Mundial 2002, previo al partido con Senegal, ante la pregunta de qué haría para anular la rapidez de los africanos, Púa respondió: "Tener la pelota"; y metros después, al plantéarsele lo que dijo el DT, Recoba espetó con espontaneidad infantil: "¿Qué? ¡Los uruguayos no sabemos tener la pelota!"

Es entendible lo que se ve y escucha, de que "porque siempre jugamos así, no quiere decir que no podamos cambiar", pues "que a uno le guste el fútbol, no significa que entienda el juego", como dijo una vez Tabárez; pero si bien no es que "la mayoría no siempre tiene razón", como dijo en otra Tabaré Vázquez, en casos como éste hay supuestas minorías que, por ser de protagonistas, y de buen pie, son calificadas. Hablan con conocimiento de causa.

El Análisis