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Matosas: "Tabárez cambió muchas cosas que pasaban en la selección"

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Matosas
ISAAC ORTIZ

Tuvo una extensa trayectoria como jugador y otra tan larga como entrenador. Defendió la casaca de 12 clubes, muchos de ellos, grandes en América, y hoy lleva sobre sus hombros la conducción técnica de otros 12 equipos.

Gustavo Matosas (48) está de regreso en Uruguay, se tomó un descanso después de casi cinco temporadas en el fútbol mexicano donde alcanzó la gloria con el León. “Necesitaba estar acá”, dijo a Ovación, en un mano a mano con tono Celeste, porque habló maravillas de la selección y el proceso de Tabárez: “Cambió muchas cosas en las que muchos no estábamos de acuerdo, y como entrenador, a mí me enseñó a ser profesional”, sentenció Matosas.

— ¿En qué anda?

— Descansando, tomándome un respiro después de muchos años sin poder hacerlo. Cuando terminé con Atlas, quería aflojar un poco. Fueron casi cinco años de mucho trabajo, mucha presión, muchos viajes, mucho stress. También mucho cansancio. Tenía mucha necesidad de estar acá en el Uruguay con la familia, con mis hijos, los amigos. Tomarme un tiempo, hasta mayo o junio, por lo menos. Después se verá qué pasa.

— ¿Ve fútbol?

— Sí, claro. Pero con otra cabeza, sin pensar en el trabajo. Como disfrute, claro.

— ¿Qué le pareció Uruguay? Los partidos que hizo contra Brasil y Perú, al menos.

— Me gustó. Con Brasil sacó un resultado fantástico. Empatar de visitante siempre suma, y más como se había presentado la situación, se perdía por dos goles, y el equipo tuvo una notable reacción. Para mí fue muy valioso ese punto. Y el triunfo ante Perú confirmó el buen momento del equipo, un Perú que nunca es un rival fácil, siempre es complicado. Pero el camino es largo… no te podés dormir, no te podés descansar. Si uno mira la tabla están todos muy pegados.

— Pero hay otro aire.

— Sin dudas, pero hay que ser cauto. Se viene la Copa América, y después, otra vez las eliminatorias. Hay que tener cuidado con el cansancio de los jugadores. El fútbol cambia de la noche a la mañana. Puede pasar cualquier cosa. Como dice Tabárez: es un camino largo.

— A propósito de Tabárez. ¿Qué le parece este proceso de selecciones?

— Tabárez consiguió muchas cosas y creo que alguna de ellas no se han valorado como corresponde. Formó un buen grupo, cambió muchas cosas que pasaba en la selección y muchos no estábamos de acuerdo. Ha logrado un perfil, hoy no vale perder y pegar un puntapié y que te echen… eso ya no corre más. Logró un compromiso del jugador y es la parte neurálgica de cualquier emprendimiento. Eso, y que el jugador te crea, es clave. Además, tenemos dos de los tres mejores delanteros del mundo, un plantel amplio, con jugadores de trayectoria pero también muchos jóvenes con futuro. Lo veo como para que mantengan este paso. Veo bien a Uruguay, fuerte en lo grupal, y eso es todo. O casi todo.

— ¿Se puede llegar al Mundial de Rusia sin tantas penurias?

— Ahhh.... eso no lo sé. Se está yendo por el camino correcto. A mí, en lo personal, me preocupa el trajín, el desgaste que van a tener los jugadores porque después de jugar en sus ligas, van a tener la Copa América del Centenario. En lo futbolístico, Uruguay ha marcado un rumbo, y no se ha apartado.

— Todo el mundo da como seguras las clasificaciones de Brasil y Argentina a la Copa del Mundo.

— Tendrían que ir. Pero se europeizaron. Están queriendo jugar como los europeos. Y la verdad, no los entiendo. No sé a qué juegan. No sé de dónde lo han sacado…. No veo qué sistema emplean... perdieron identidad, y Uruguay no. Uruguay mantiene lo suyo, y uno ve el equipo en la cancha y sabe que tiene el estilo y el sello de Tabárez. Hay una identidad futbolística, y eso importa. Yo veo jugar a la Argentina y tocan y tocan hasta que le pueden dar la pelota a Messi, pero no veo nada más...

— Usted tuvo a Tabárez como entrenador en aquel Peñarol Campeón de América de 1987. ¿Ya mostraba un perfil diferente? ¿Lo marcó en algo?

— Tuvimos a él y al profesor (José) Herrera. Dos excelentes conductores. Como entrenador nos enseñó mucha responsabilidad profesional. Si citaba a las 8 de la mañana, tenías que estar media hora antes. Generó un grupo de mucho respeto, con un perfil muy serio, muy profesional. Y éramos todos, o casi todos, jóvenes. Más allá de lo futbolístico, nos hizo madurar como jugadores de fútbol. Y eso se lo voy a agradecer siempre. Fue muy importante en mis inicios, y quieras o no, eso te marca, porque aprendí a ser profesional, a vivir el fútbol de otra manera.

— ¿Cuál es su balance después de tantos años en el fútbol mexicano?

— Muy positivo. Logré cosas que jamás imaginé. Pude trabajar, imponer mi idea, salir campeón, ganar títulos ante clubes mucho más poderosos. Fueron casi cinco años ahí.

— Hasta el adiós en el Atlas, su último club.

— Como todo. Mandan los resultados. Pero me vine satisfecho, feliz, tranquilo de haber dado todo. Tuve mucho respaldo en la calle, en el estadio, la gente me decía ánimo Gustavo, vamos arriba, no pasa nada, la verdad que he tenido un gran apoyo de la afición, del ciudadano común, del que me encontraba en la calle en el día a día. No me puedo quejar, he tenido mucho apoyo, estoy agradecido por eso, es siempre muy importante para cualquier extranjero sentir ese respaldo de la gente.

— Y su nombre estuvo dentro de los posibles candidatos a dirigir la selección de México.

— Sí, y me sentí honrado. Pero sabía que después del Atlas, fuese como me fuese, era hora de volver. De tomar un descanso. Hay un momento en que uno tiene que priorizar los afectos, la familia, los hijos y los amigos. De aquí a dos meses veremos qué pasa, por ahora, disfruto de todo lo que no pude disfrutar en estos años. Estar en México no es fácil. Se viaja mucho, se compite mucho, de pasa de un clima a otro, es un mundo diferente.

— Si Matosas pudiese elegir ¿a qué apuntaría? ¿Un club, una selección?

— Y... una selección siempre tienta. Es una apuesta importante, un desafío, pero llegar a un club europeo también es a lo que cualquier entrenador aspira. Y no hablo de un club grande, estar y ser parte de cualquier equipo de Europa, es tentador, y un anhelo, claro.

— ¿Se imagina dirigiendo otra vez en el fútbol uruguayo?

— Todo es posible... yo no digo que no a nada... pero en este momento disfruto del día a día con mi gente. No sé lo que puede pasar de aqui a uno o dos meses. Me han llamado. Apenas terminé con Atlas me llamaron de un grande de México, pero dije que no. Y había un montón de dinero de por medio, pero ya había resuelto descansar, tomarme unas breves vacaciones. Por suerte, ofertas no me han faltado, y hay llamadas... pero la respuesta siempre es la misma: por ahora no, gracias. Hoy quiero disfrutar de mis afectos...

Un técnico con varias vueltas olímpicas.

En la temporada 2001 decidió colgar sus zapatos como futbolista después de 16 años de exitosa carrera. Lo hizo en el Querétaro de México, después de haber iniciado su carrera en Peñarol (1985-89) club con el que se coronó Campeón Uruguayo y Campeón de América en 1987. Después pasó por Málaga, San Lorenzo y Racing de Argentina, Sao Paulo de Brasil, Lleida y Real Valladolid en España, Atlético Paranaense y Goiás en Brasil, Tiajin Teda de China, y El Tanque Sisley en el fútbol local, previo a su retiro en el Querétaro.

Ya como entrenador, se inició en Villa Española en la temporada 2002. Y no paró más. Plaza Colonia, Rampla Jrs., Danubio (Campeón Uruguayo 2006/07), Peñarol, Bella Vista, Universidad San Martín de Perú, Danubio (2010-11), Querétaro, León (ascenso a Primera, Campeón de Liga dos años 2013-14), América (Campeón de la Concacaf) y su último club fue Atlas, en ese largo período como entrenador en el fútbol azteca.

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