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Matías Cabrera en el club perfecto

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Matías Cabrera
Soccer Football - Copa Sudamericana - Bolivia's Bolivar v Colombia's Deportivo Cali - Hernando Siles Stadium, La Paz, Bolivia. August 2, 2018. Matias Cabrera (3rd L) and teammates of Deportivo Cali react. REUTERS/David Mercado SOCCER-SUDAMERICANA/
DAVID MERCADO/REUTERS

COLOMBIA

El exenganche violeta juega de doble cinco con Pelusso, pero se siente muy cómodo y le parece que hubiera llegado a Colombia hace años aunque lleva sólo dos meses

Matías Cabrera

Matías Cabrera llegó hace dos meses a Deportivo Cali y fue el primer refuerzo del equipo de Gerardo Pelusso para el segundo semestre. Se ha adaptado muy bien, tanto que hasta él mismo está sorprendido. Pero las cosas se dieron naturalmente.

“Me adapté muy rápido al fútbol de acá, donde el juego no es tan directo como en Uruguay. Me acostumbré enseguida a los compañeros y a la posición. Pelusso me está poniendo de doble cinco, con Andrés Pérez, que es el capitán. Hacía mucho que no jugaba en esa posición (lo había hecho en Portugal) y me tengo que acostumbrar. Venía jugando de enganche, que es lo que más disfruto, pero ya le estoy agarrando la mano al doble cinco”, contó Matías desde su casa en Pance, una zona casi balnearia con mucho verde en el sur de la ciudad de las flores, como se le llama a Cali.

“Acá están todos sorprendidos por la forma en que me adapté. Encuentro un poco más de espacios en los partidos y eso es bueno para mí. Y Gerardo (Pelusso) bárbaro conmigo. Me explicó bien lo que quería, que le maneje el equipo de atrás para adelante. Que me suelte y que aparezca. Agarrar la cancha más de frente siempre me gustó”, agregó el volante, que cuando llegó tenía desconcertados a los periodistas porque no sabían cual era su posición.

“Todos me preguntaban sobre la posición. Y por qué Gerardo me iba a poner de doble cinco si en Uruguay jugaba de enganche. Entonces yo les preguntaba de qué juega Rakitic y les explicaba que soy volante y que si en algunos partidos me tengo que poner el overol para trabajar un poco más lo hago y si hay otros partidos que se prestan más para el juego, trato de generar. Recién ahora me están entendiendo un poco, je”, contó. “Pero son muy correctos y muy respetuosos”.

En la interna de Cali están muy contentos con la personalidad de Cabrera. Dicen que les transmite mucha alegría a sus compañeros. “Es cierto que estoy contento. Lo dije cuando estaba en Defensor, que no me iba a ir a cualquier lado. No me iba a ir a un lugar donde sólo me entusiasmara la propuesta económica. Si me iba de Defensor lo iba a hacer para un equipo donde todo me entusiasmara. Y acá encontré una institución seria, ordenada, que tiene muchas aspiraciones a corto y largo plazo. Me ofrecieron un contrato dos años y me llamó Gerardo, a quien yo no conocía personalmente, y me contó sobre el proyecto y todo lo que quería hacer conmigo. Se dio todo, encontré la institución perfecta. Mejor imposible”, afirmó.

Matias Cabrera

“Estoy pasando bien con los compañeros, estoy entusiasmado y motivado. Fue todo muy rápido, es como si hiciera mucho más tiempo que estoy acá. La gente me para y me dice eso por la calle, que parece que estuviera acá hace años, y hace solo dos meses. Se ve que me ven contento, je”, añadió y contó que con el que hizo mejores migas es con el argentino José Sand.

“La ciudad es muy linda, preciosa. Hace calor todo el año. La liga es muy competitiva y el club es tal cual me lo pintó el presidente Mejía cuando viajó a Uruguay a hablar conmigo y contarme sus proyectos. Me lo pintó tal cual. Es un presidente nuevo, que llegó hace seis meses a la institución y quiere poner todo en orden. Cali es el único club de Colombia que tiene estadio propio y socios, porque el resto son empresas con dueños. Y es el único club colombiano que nunca permitió que entrara el narcotráfico. Y eso mismo lo dejó un poco rezagado. Cali es un club grande y la gente está muy entusiasmada. La ciudad tiene tres millones de habitantes, la mitad son del América y la otra mitad de Cali”, añadió el volante, quien regresaba de almorzar junto a su esposa Lucía y una pareja de amigos que ya habían viajado a visitarlos.

Los proyectos de los directivos caleños y del técnico Pelusso son devolver al Cali al sitial de privilegio que tuvo antes. “Volver a ganar campeonatos, porque el último fue en 2015. Y que sea un equipo que haga ruido a nivel internacional. Ahora estamos jugando la Copa Sudamericana y estamos bien. Por más que el otro día perdimos de visita con Liga de Quito, lo podemos dar vuelta acá en casa con nuestra hinchada. Estamos jugando tres campeonatos al mismo tiempo: la Liga, la Copa Colombia y la Sudamericana”, señaló.

Para que todo sea perfecto, Cabrera generó una química muy especial con la hinchada caleña, que al quinto partido ya lo estaban coreano. “No lo podía creer, era mi quinto partido y antes de salir a la cancha me empezaron a cantar ‘uruguayo, uruguayo’. Me quedé un poco shockeado porque recién había llegado. Pero la gente ha sido espectacular conmigo y por suerte les estoy respondiendo dentro de la cancha. Y estoy muy comprometido con lo que quiere el club. Por el club, por la gente, por Gerardo, por el presidente, por la clase de persona que es y por la transparencia con que maneja el club, por los compañeros y por mí. Es un compromiso que tuve en todos los clubes, siempre traté de dejar todo”.

Pequeño. Hoy Cabrera se ríe al recordar cuando siendo un juvenil recorrió muchos clubes para cumplir su sueño de ser futbolista y en todos le cerraban las puertas. “Para mí la etapa de juveniles es la más difícil de un jugador porque no sos nadie y cualquier técnico te puede dejar afuera y frustrarte la carrera. Me pasó varias veces. Es que yo tenía 15 o 16 años y parecía de 12. Entonces me decían que jugaba bien, pero que era chico. Me probé en Central Español, en Miramar Misiones, estuve un año en Wanderers y cuando cambié de categoría me dijeron que era muy chico y no me iban a tener en cuenta. Fui a Danubio a probarme, y a Defensor también. Pero no me fichaban. Fue Cerro que me dio la oportunidad. William Lemos, que me conocía, me abrió las puertas. Por eso mi cariño eterno para Cerro, porque ahí empezó mi carrera”.

Matías está pendiente de Defensor Sporting por sus tíos y por sus compañeros. Ve todos los partidos por la computadora y el otro día se enteró que en una comida del plantel iban a ver el partido del Cali por la Sudamericana frente a Liga de Quito. Y se había propuesto festejar tapándose un ojo para ellos si hacía un gol, pero no sucedió. “Están en un proceso de cambio, pero como los conozco sé que van a darlo vuelta y sacarlo adelante”.

Lo único que le ha costado en Colombia es adaptarse a jugar en la altura. Por ejemplo, el fin de semana pasado jugaron en Bogotá contra Millonarios y tres días después por la Copa Sudamericana en Quito. “Jugué los 90 minutos en los dos partidos y lo sentí. Al final en Quito me faltaba el aire”, admitió. Por eso ayer Cabrera no jugó frente a Águilas en la altura de Pereira. Pelusso le dio descanso a varios futbolistas. Y él aprovechó el día libre con Lucía y Francia, su perrita colombiana que se llama así en honor al campeón del mundo.

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