DE VOLEA

DANIEL ROSA

Como todo ser humano, voy a contar las ganadas. Las perdidas que me las cuenten otros. Tampoco quiero con esto demostrar que soy el dueño de la verdad porque no lo soy; de hecho me equivoco tanto o más de lo que acierto, también como buen ser humano. Sin embargo, el tema viene a cuento como ejemplo para pintar el momento de Nacional.

Sí, usted dirá ¿por qué no habla de Peñarol que es el campeón? Y capaz que tiene razón, pero poco le importa un análisis a quien gana, aunque sí al que pierde y quiere aprender de sus errores.

Desde esta misma columna comenté que la contratación de Pierre Webó era una mala señal, porque además de aceptar la llegada de un extranjero a un plantel que no cobraba significaba reconocer errores cometidos a la hora de conformar el plantel y también mandar el mensaje que no se confiaba en las alternativas que tenía el técnico.

Hubo errores arbitrales indiscutibles en el último clásico, pero la caída anímica del equipo luego de recibir el empate no fue la excepción, sino la regla. Eso le pasó a este conjunto tricolor la mayoría de las veces que enfrentó desafíos importantes.

¿Hay un culpable de esto? No, hay muchos. La conducción de Nacional tuvo más errores que aciertos a lo largo de la presidencia de José Luis Rodríguez. Tal vez el mayor de los éxitos haya sido nombrar al “Cacique” Medina como técnico. Sin embargo, no estuvo bien rodeado. Mantenerlo y asesorarlo bien será el gran desafío del próximo presidente para que Nacional renueve la confianza perdida.