Boca consiguió el pasaje a la final de la Copa Argentina tras vencer por 2-0 a Lanús. Nicolás Lodeiro marcó el primer gol y tiró lujitos. El segundo lo hizo Carlos Tévez.

Este Boca ciclotímico, de vaivenes emocionales, se acostumbró a caer, pero también a levantarse rápido. Hace unos días, había pasado de poder ganar y ser campeón del torneo local en Avellaneda a perder con Racing y generar un sin fin de interrogantes, que involucraron hasta las declaraciones de su ídolo y referente, Carlos Tevez, pidiendo más concentración y juego pensante para no volver a sufrir expulsiones. Pero anoche despejó los nubarrones con una actuación más que correcta, respondiendo con personalidad y actitud para borrar del campo de juego a un Lanús tibio, que casi no presentó oposición. La victoria por 2-0 deja a los xeneizes a tiro por la doble corona. Vuelve a estar en una final de la Copa Argentina (la última la jugó -y ganó- en 2012), casualmente la última vuelta olímpica que dio, en aquella oportunidad bajo la conducción de Julio César Falcioni.

Ganó varias cosas Boca además del triunfo y la clasificación a la final. Tendrá una semana tranquila, ya que una derrota le hubiera significado un traspié adicional desde lo psicológico. No hubiera sido lo mismo llegar a la definición del certamen local ante Tigre, en la Bombonera ganando, como ocurrió ayer, que perdiendo. El éxito le da aire y confianza para la definición del campeonato. Fue el empujón necesario para terminar de ir decidido por la doble corona.

Boca estuvo a la altura y respondió. De arranque se mostró más rápido y preciso que Lanús. Por eso tuvo un circuito fluido de juego y su adversario, llegando tarde a cada roce y disputa del balón, terminó cargándose de infracciones y... tarjetas amarillas. Y por eso terminó con nueve, por las expulsiones de Gómez y Fritzler.

Lo del conjunto granate fue muy flojo en todas sus líneas. Y mientras sus futbolistas se ponían nerviosos y se descontrolaban, Boca fue directo y letal en sus primeros avances. Así llegó la falta de Braghieri a Meli y el penal que terminó anotando Lodeiro, con una buena ejecución.

Los xeneizes tuvieron el control del partido de principio a fin. Y el encuentro se terminó de definir en el primer tiempo con la guapeada de Tevez ante Gómez y la definición ante un Ibáñez indefenso. A falta de Calleri, el Apache se asoció bastante bien con Lodeiro, con quien ya tiró varias paredes. De una descarga larga del uruguayo llegó el pique por la izquierda de Tevez y su posterior definición.

Boca no brilló, pero sí mostró una cara mucho mejor de la que venía entregando en los últimos partidos. Más allá de la derrota ante Racing, los dirigidos por Arruabarrena tampoco habían jugado bien ante Crucero del Norte, encuentro que habían ganado por un gol en contra de Tomasini. En ese sentido, fue muy completo el partido de Boca, aunque en el segundo tiempo reguló el ritmo y jugó con el resultado a favor.

Después del 2-0, Tevez se cruzó toda la cancha para abrazar al arquero Orion. Es que Boca, más que nunca, necesita del grupo unido a tan poco de poder conseguir dos objetivos que le harían muy bien para cicatrizar viejas heridas. 

La final será ante Rosario Central que venció por 1-0 a Racing.

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