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El uso de la mano es hoy la preocupación principal del reglamento

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Mano en el área
Gerardo Perez

REGLAS DEL FúTBOL

En los últimos años, la International Board no ha cesado de ajustar y definir los criterios para sancionar esa infracción, sobre todo en el área penal

Tocar la pelota con la mano es la prohibición básica del fútbol desde que se crearon sus reglas, con las notorias excepciones de los arqueros y los saques de costado. Pero en los últimos tiempos la International Football Association Board (IFAB), el organismo encargado de establecer esas normas, parece mostrar una especial preocupación por regular y redefinir la infracción cometida con manos y brazos.

El 1° de junio próximo entrarán en vigencia las modificaciones en el reglamento del fútbol aprobadas en febrero pasado por la IFAB, aunque para verlas aplicadas habrá que esperar el fin de la pandemia de coronavirus, con excepción quizás de los torneos de Bielorrusia y Nicaragua, que todavía se juegan.

De cualquier forma, el órgano aclaró que las asociaciones miembro de la FIFA pueden dilatar la aplicación de estos cambios hasta el comienzo de la temporada 2020-2021.

Según la circular de la Asamblea General Anual nº 134 de la IFAB, que se celebró el pasado 29 de febrero en Irlanda del Norte, la falta por mano se sancionará si el balón pega por debajo del punto inferior de la axila.

Se estableció además que en el caso de que el atacante toque la pelota con la mano de manera fortuita únicamente habrá sanción si la jugada acaba inmediatamente en gol o en una ocasión manifiesta de gol a favor del atacante o su equipo.

Esto significa que solo serán invalidados los goles o acciones de riesgo cuando la mano fortuita se produce al término de la acción o justo antes de que se produzca el tanto o la posibilidad de convertirlo.

Las reglas relativas a lo que antes se conocía genéricamente por hand han ido variando y, sobre todo, precisándose. Por supuesto, los casos más conflictivos fueron siempre los que se registraban en el área. Durante años se penaba la “mano intencional” y la intención solo la medía el árbitro, pero los criterios eran dispares y la aplicación despertaba polémicas.

Por eso, la IFAB comenzó a establecer criterios precisos. Hoy, las manos son sancionadas si el brazo del infractor invade un espacio al que va la pelota. Se distinguen así las manos invasivas (las penalizadas) y las evasivas (no penalizadas). En caso de llegar de un rebote o que el balón se dirija a una posición natural del brazo, no son sancionadas.

En este sentido, se afirmó el concepto de posición “antinatural” del brazo cuando le pega la pelota, por ejemplo si el jugador lo levanta por encima del hombro.

Si el atacante remata al arco y la pelota pega en la mano del defensor de manera involuntaria, si hay una distancia considerablemente corta y el jugador no tiene oportunidad de reaccionar, no se marca la mano.

Existe sin embargo una variedad de situaciones muy amplia, como el jugador que cae y apoya sus manos en el suelo, hacia donde va la pelota, o las carambolas de varios rebotes, en las cuales el árbitro interpreta de acuerdo con su criterio.

Más cambios. Sobre la ejecución de penales, las nuevas reglas de la IFAB establecen:

-Si el arquero infringe las reglas pero la pelota no entra en el arco o rebota en los postes o el travesaño, no se repetirá el lanzamiento como se hace hasta ahora, a menos que la infracción del arquero influyera claramente en el ejecutante del penal.

-Si se sanciona al guardameta y se repite el lanzamiento, se advertirá al arquero por una primera infracción (durante el partido o en la tanda de penales) y se le amonestará (tarjeta amarilla) en caso de más infracciones.

-Las tarjetas amarillas mostradas durante el partido (incluida la prórroga) no se tendrán en cuenta en la tanda de penales. Si se le mostraran a un mismo jugador dos tarjetas amarillas, una durante el partido y otra en la tanda de penales, constarán en el acta arbitral como dos tarjetas y no como expulsión.

-En el caso de que arquero y ejecutante de un penal infringieran las reglas de juego al mismo tiempo, se sancionará al lanzador.

-Si el árbitro permite la ejecución de un tiro libre rápido o concede ventaja tras la comisión de una infracción que interfiere en un ataque prometedor o acaba evitándolo, no se mostrará tarjeta amarilla.

-Se amonestará con tarjeta amarilla al jugador que no respete los cuatro metros de distancia obligatoria cuando el árbitro señale balón a tierra.-Si en un saque de meta o tiro libre, el arquero eleva la pelota hacia un compañero, y este se la devuelve con la cabeza o el pecho para que el guardameta la recoja, se repetirá el saque, pero habrá sanción disciplinaria, a menos que la infracción se produjera de manera reiterada.

En caso de utilización del VAR, la IFAB mantiene que no es necesario facilitar acceso al procedimiento de toma de decisiones, por ejemplo, permitir escuchar las conversaciones entre los árbitros durante la revisión de una jugada, pero que en cualquier caso se deberían mejorar los métodos de comunicación existentes para conseguir que se entienda mejor el procedimiento y la decisión de los árbitros.

El offside, casi sin cambios desde hace 95 años

Pese a que las revisiones de las reglas del fútbol cada vez son más frecuentes, una norma fundamental del juego(y quizás la fuente de sus mayores polémicas) cumplió hace pocos días sus 95 años sin cambios fundamentales. Se trata de la ley del offside, establecida en sus principios actuales el 5 de abril de 1925.

Desde el origen, en buena medida por su parentesco con el rugby, el fútbol tuvo alguna forma de fuera de juego, para evitar que un jugador se desentendiera del partido y se quedara cerca del arco rival con la finalidad de aprovechar alguna oportunidad.

A comienzos del siglo XX, para estar habilitado, un futbolista debía tener por lo menos tres rivales entre su posición y la línea de gol. Esto originó un esbozo del actual “achique” para dejar a los adversarios en offside. Se atribuye la idea al defensa irlandés del Newcastle, Bill McCracken. Junto a su compañero de equipo Frank Hudsperth pensó que la clave para lograrlo era dar pasos hacia adelante. La estrategia funcionó y los rivales caían reiteradamente en posición ilícita. El éxito de la idea llevó a que otros equipos la copiaran, y a la vez provocó una drástica caída de la cantidad de goles en los partidos.

Por eso, la International Board dispuso en 1925 que el fuera de juego se produce si un jugador se encuentra más próximo de la línea opuesta que la pelota y el penúltimo adversario. En otras palabras, se pasaron a necesitar solo dos rivales para que el jugador rival estuviese habilitado.

En términos de goles, el cambio fue rotundo y en la siguiente temporada aumentaron un 36% en la liga inglesa. Con los años resurgió el achique para hacer caer a los rivales en offside, aunque es más arriesgado que hasta 1925.

Desde entonces, la regla de los dos rivales que habilitan quedó intacta. El mayor cambio a la ley del offside llegó en 1990, luego de otra sequía de goles, registrada esta vez en el Mundial de Italia.

Se estableció que un atacante en línea con el penúltimo oponente no se encontraría en situación de fuera de juego, como ocurría hasta entonces. De ahí surgió la famosa expresión “en la misma línea”.

Los últimos retoques, que tampoco afectaron el principio general, se dieron en 2005. Se indicó que no serían sancionado con offside los jugadores que están en fuera de juego en actitud pasiva y no influyan en la acción, poniendo fin a una discusión sobre el “offside pasivo”.

Además se estableció que un jugador está en fuera de juego si una parte de su cuerpo con la que pueda tocar legalmente la pelota está más allá del último defensor. Por ejemplo, un pie o la cabeza, detalles que ahora pueden ser verificados a través del VAR.

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