PEÑAROL

Un premio para uno que nunca te deja tirado: Hernández; marcó un golazo y se llevó todos los aplausos.

ÁNGEL ASTEGGIANTE

No tiene redes sociales. Habla poco e intenta siempre esquivar los micrófonos. Tiene un corte de pelo clásico y no se viste de forma extravagante. No usa botines fluorescentes, algo muy común en estos días, ni se deja la camiseta para afuera del short. Parece un “bicho raro” en el mundo del fútbol, como si fuera una persona traída de otra época. Sin embargo, es una pieza fundamental de este Peñarol tanto dentro como fuera de la cancha.

No te deja nunca tirado. Siempre está a disposición. Sólo una sanción, como ocurrirá en los tres primeros partidos de la Libertadores, lo puede dejar afuera. No hay molestia física que lo saque. Si de hecho, la temporada pasada, jugó varios partidos con una fisura en la mano.

Hace un año atrás, llegó cinco días antes del debut oficial. “Leo” Ramos no tenía lateral izquierdo y tuvo que mandarlo a la cancha de apuro. De ahí en más, se transformó en una fija dentro del 11 titular. Desde entonces, jugó 42 partidos y todos en condición de titular. Solo fue sustituido en tres ocasiones.

Ayer, tuvo su gran premio. Como en sus épocas en Cerro, se animó a rematar de larga distancia. Y demostró que la pierna zurda tiene memoria, a pesar de que en el club remató con mucha menos continuidad que cuando lo hacía en el albiceleste. Sacó un disparo potente, cruzado, que se metió por arriba del arquero y terminó bajando sobre el horizontal. El estadio reventó en un solo grito, mientras Lucas sólo atinó a correr con los brazos abiertos hacia la Tribuna Ámsterdam. Sus compañeros se unieron en un solo abrazo para festejar con un futbolista que muchas veces pasa desapercibido, pero siempre termina dando una mano y siendo clave. Los hinchas quedaron con las manos rojas de tanto aplaudir y él acompañó el festejo besando el escudo del club.

Había pasado mucho tiempo de aquel 17 de marzo, cuando anotó su único gol con la camiseta aurinegra ante Atlético Tucumán por la Copa Libertadores. Casi un año después, tuvo su premio, su merecido reconocimiento. Ahora sí, todos los aplausos de la hinchada fueron para él. Casi siempre le toca hacer el trabajo sucio mientras los flashes y el reconocimiento se los llevan otros. Lucas sacó una bomba desde la zurda y clavó un golazo que promete estar entre los mejores del año en el mundo fútbol.