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El "Loco" y su colección de 1.600 camisetas: las anécdotas con las de Messi y Maradona

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Sebastián Abreu. Foto: Leonardo Mainé.

URUGUAYOS

Sebastián Abreu contó las historias de las dos casacas que más le costó sumar a su enorme colección. Además, cómo saludó a Ronaldinho en la cárcel de Paraguay.

El ahora jugador y entrenador de Boston River en la temporada 2020 del Campeonato Uruguayo habló de su enorme colección de camisetas. Sebastián Abreu hizo un vivo de Instagram junto con el periodista mexicano Fernando Palomo para el programa Fuera de Juego de ESPN.

El "Loco" contó cómo logró su increíble colección de casacas que, según dijo, son 1.600 de las cuales "el 80% son cambios con los rivales" y el resto regaladas.

"En mis inicios uno es quien buscaba la aceptación del rival, porque a veces era jodido porque le ganabas o querías la del arquero, porque era un arquero histórico, y le habías hecho un gol o dos y no siempre estaban de humor para '¡encima que me clavaste hijo de puta, me venís a pedir la camiseta!'. Entonces a veces entendía que no se podía", recordó.

"Pero a medida que uno se fue haciendo un nombre, una trayectoria veía que me venían a buscar. Si algo tengo es que siempre recuerdo en el momento que uno trataba de cambiar", añade.

La que más le costó conseguir: la de Lionel Messi.

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"La que más me costó, porque la querían todos, era la de Messi de la selección argentina. Me había tocado ir un par de partidos de Amigos de Messi contra Amigos de Ronaldinho, ¡y siempre me tocaba jugar con Messi!", contó Abreu. Pero finalmente pudo cuando "le habíamos ganado y los habíamos eliminado de la Copa América en Argentina (en 2011) y yo dije 'por más que hay una cierta afinidad, es difícil que me la mande'. Pero ahí es cuando uno se saca el sombrero con ese tipo de personas y de futbolistas. Estaría terriblemente enojado, triste, amargado; aparte él soñaba con ganar ese título en su país; pero tuvo la delicadeza de mandar la camiseta con Bilardo y yo mandarle la camiseta de Uruguay. Así que tengo la camiseta azul de Argentina", aseguró.

La anécdota con la casaca de Maradona en Boca.

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"Otra que me costó mucho guardar, no tanto conseguirla porque a Diego lo conocía de mi época de soltero de San Lorenzo en el año 96 y me lo encontraba siempre en una disco, entonces hice una muy buena relación con Diego. Diego vuelve en el 97 a Boca y nos toca jugar un clásico San Lorenzo-Boca en La Bombonera y obviamente mi sueño era tener la camiseta de Maradona, ¡quién no! Mi idea era esperar al final del partido para poderla cambiar. Buscaba toda una estrategia: 'cuando veo que adicionan los minutos, voy a intentar estar corriendo cerca de él, porque si estoy lejos cago porque va a venir otro y me va a anticipar'. La locura me llevaba a no pensar tanto en el partido y sí en la logística de la camiseta", recordó.

"Pero me sorprendí, porque terminó el primer tiempo, nos íbamos caminando para los vestuarios y siento que me chiflan y me gritan '¡uruguayo!'. Cuando me doy vuelta es Diego que me dice: '¿vamos a cambiar?'. En un segundo tenía la camiseta afuera. Pero llego al vestuario y me pregunto: dónde la escondo. Yo con la persecuta de que alguno me la manotee", admitió.

Entonces encontró la solución: "Los vestuarios de Boca tenían los roperos con un espacio atrás en el cual era muy difícil que alguien se pudiera meter, así que la meto en una bolsa negra y la tiro atrás. Termina el segundo tiempo, perdimos 2-1 y salgo rápido caminando. Pero no salgo rápido porque habíamos perdido, sino porque iba en la cabeza diciendo 'la camiseta, la camiseta, la camiseta'. Espero que se bañen todos, quedo solo con el utilero Salvador. El tema es que el ropero era todo cerrado en las paredes y no tenía cómo entrar. Me tuvo que ayudar Salvador a hacerme calzo con el pie, ayudarme que no me vaya a caer, primero ver que estuviera, y con un palo engancharla. La encuadré junto con una foto que me saqué con él en ese partido y otra en la que me estamos cambiando la camiseta, ¡porque hay muchos perseguidos que dicen, 'esa es trucha'!, entonces no, mirá".

Además contó que le hizo llegar a Ronaldinho un deseo de feliz cumpleaños, el cual recibió el sábado pasado en la cárcel en Paraguay. "A mí que me tocó jugar en Paraguay, tengo algunos contactos que le hicieron llegar el saludo de cumpleaños a Ronaldinho y al hermano, Roberto, que fue compañero en los Tecos en el año 2000". Les preguntó "si andaban bien, si necesitaban algo. Porque las personas son personas, independientemente de lo que hagamos bien o mal; para uno el recuerdo y el respeto a la persona siempre está".

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