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La localía de los aztecas fue un "vale todo"

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En Estados Unidos el deporte es una fiesta, pero no con los hinchas mexicanos en las tribunas.

Sí, tal cual. La Copa América salió por primera vez de Sudamérica para celebrar su centenario en Estados Unidos y aquí encontró el esplendor en cuanto al espectáculo. Todo está especialmente cuidado. Nada queda librado al azar y todo el mundo es atento. Hay una vocación de servicio que lleva a que, ante cualquier inconveniente, dicen "I’m sorry", antes de dar una nueva indicación.

Majestuoso.

El Estadio de la Universidad de Phoenix es por sí mismo una razón para visitarlo. Es majestuoso, con todas las comodidades para quienes llegan para trabajar y también para quienes lo hacen a disfrutar el espectáculo.

Sin embargo, lo que más resalta aquí es la diferencia en cuanto a mentalidad. Los aficionados locales vienen a celebrar el deporte, a pasar un día en familia y no en pie de guerra. Pero claro, eso sucede en el soccer, no en el fútbol, y menos con hinchas mexicanos en las tribunas, porque en pleno partido, empezaron a hacer de las suyas, abusando de su localía y tomándosela con los pocos hinchas celestes.

Bromas.

Más allá del clásico grito de putooooo al arquero rival en cada saque de arco, la emprendieron con los hinchas uruguayos cuando alentaban y ardió Troya con la igualdad de Godín. Los mexicanos no soportaron el festejo y hubo trifulcas, que terminó con hinchas detenidos.

La localía de los aztecas se hizo sentir. Tanto, que cuando México marcó el 2-1 literalmente, los uruguayos fueron bañados en cerveza. Y a nadie le importó.

El final, y el festejo fue todo tricolor. La diferencia en el marcador, evitó más líos.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Hinchas en México-Uruguay. Foto: AFP.

COPA AMÉRICA CENTENARIODANIEL ROSA

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