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Ya llegará la hora de Valverde

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Edward Piñón

ASÍ LO VEO

EDWARD PIÑÓN

Edward Piñón

Pasaron tantos días desde aquel 5 de septiembre de 2017, fueron registrándose tantos hechos, que al final la huella marcada por Federico Valverde en Asunción del Paraguay debió quedar un poco al costado del camino.

Que no significa que se olvide. Imposible que así suceda porque la luz del juvenil que rozó la perfección con sus delicadas entregas, con sus medidos pases y con el gol que calmó el alma ansiosa de los hinchas, no se apagará.

Pero la realidad es la que se presenta y no la que se desea. Y aquí, cuando todos imaginábamos en aquel septiembre que el botija se había ganado su condición de titularísimo por obra y arte de la desfachatez con la que se movió ante los siempre temperamentales guaraníes, lo que terminó pasando es que Valverde se encontró con un gran enemigo: un desgarro.

Y el problema, que pudo terminar como cualquier otra lesión muscular de esas características, se agrandó porque el destino o la mala suerte volvió a jugar en contra del talentoso futbolista. Otra vez a sanidad porque se originó una recaída y nuevamente a empezar de cero.

Alejado de las canchas por las dolencias, perdiendo competencia en el Deportivo La Coruña, Valverde fue un observador más de lo que ocurría en el entorno de la Celeste. Progresión absoluta de Rodrigo Bentancur en el armado del juego, más incidencia de Matías Vecino en la franja central y un crecimiento imponente en la Serie A de Italia de Lucas Torreira.

El sube y baja de unos y otros terminó llevando a Óscar Tabárez a tomar la decisión que meses atrás era imposible de imaginar. Mucho menos cuando el propio DT le auguraba muchos años de Selección a Valverde.

¿Injusto? No. Hechos concretos. Quizás poco fortuitos para quien hoy le tocó quedarse afuera. El consuelo que le puede quedar es que ya llegará su hora, porque talento le sobra.

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