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¿Cómo les fue a los equipos que reclamaron los puntos por la intervención de los técnicos rivales?

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Juan Ramón Carrasco
Marcelo Bonjour

DENUNCIAS  EN EL FÚTBOL

La historia dice que los partidos se ganan o se pierden en la cancha, pero también en los escritorios

Reclamar en los escritorios los puntos perdidos en la cancha es un recurso que se remonta a los viejísimos tiempos en que la AUF se llamaba Liga Uruguaya de Football, y de ahí el dicho “ganar en la liga”. En los últimos tiempos, sin embargo y en virtud de nuevas normas, han ganado espacio las denuncias por presuntas intervenciones ilícitas de entrenadores suspendidos, como esel caso actual de Cerro Largo-Nacional.

Incluso el propio Cerro Largo obtuvo en abril de 2017 los puntos perdidos en el empate ante Canadian por el campeonato de Segunda División Profesional, debido a que el entrenador de este último, Rodrigo Sánchez, había estado en la tribuna dando instrucciones a los suyos.

Fue la primera vez que un club perdió puntos por esta causa. Un tiempo antes había sido Progreso el denunciante de Cerro Largo por lo mismo, pero no consiguió probarlo y los arachanes mantuvieron las unidades.

En cambio, un video de Sánchez resultó clave para que el Tribunal de Contiendas aceptara la reclamación de Cerro Largo.

En julio de ese mismo año, Danubio obtuvo los puntos perdidos en el empate ante Sud América por el Torneo Intermedio, al conseguir probar que el técnico de la IASA, Damián Timpani, había entrado al vestuario de su equipo y dio instrucciones a los suyos desde la tribuna.

 En 2018, el Tribunal de Contiendas hizo lugar al reclamo de Liverpool y le otorgó los tres puntos luego del empate ante Boston River el 17 de febrero. En esa oportunidad, los negriazules denunciaron que el preparador físico del Sastre, Federico Blanco, había formulado indicaciones a sus futbolistas desde la tribuna, estando suspendido.

En cambio, Liverpool no tuvo éxito en su reclamo tras el 1-1 del 19 de septiembre de 2019 ante Fénix en Belvedere.

El club negriazul denunció que Juan Ramón Carrasco, DT de Fénix suspendido por expulsión, no había cumplido con la sanción y había intervenido en el partido. El dirigente de Fénix Álvaro Chijane declaró: “Me llamó (el presidente de Liverpool José Luis) Palma para decirme que iban a realizar el reclamo y están en todo su derecho. Yo hablé con Carrasco y me dijo que se quedó parado al lado de un muro sin hacer nada. Ahora resta ver las pruebas que presentará Liverpool y luego veremos cómo manejamos la situación”. Y agregó una queja: “Palma pone a grabar con una cámara a todos los entrenadores que expulsan y juegan contra Liverpool”.

El tribunal finalmente desestimó el reclamo, al considerar que no existía prueba suficiente de que Carrasco hubiera cometido una infracción. Un video mostraba al utilero del club albivioleta junto al entrenador suspendido, tras lo cual el funcionario no se acercó al banco de suplentes. De esa forma se entendió que no existía nexo causal entre lo que Carrasco pudo haber dicho y el cumplimiento de una posible indicación.

POR JUGADORES. Lo “tradicional” en los reclamos de puntos fue la supuesta inhabilitación de algún jugador que participó del partido. Así ocurrió en los dos casos más famosos en la historia de la AUF, Nacional-Racing de 1939 y Peñarol-Juventud de 2001.

En febrero del presente año y luego de varias instancias, la Comisión de Apelaciones de la AUF le dio la razón a River Plate en su reclamo por la mala inclusión del futbolista Bryan Olivera en el partido empatado por los darseneros ante Fénix por la primera fecha del anterior Torneo Clausura. Según consiguió probar River, Olivera no tenía contrato registrado.

Desde el comienzo de la actividad del fútbol uruguayo en 1900 y hasta 1935, todo podía reclamarse, hasta los fallos de los árbitros. Si un club se consideraba perjudicado en la sanción de un penal, la validación de un gol y otras incidencias, el capitán estampaba su protesta en el formulario del partido.

Después, y en base a declaraciones de testigos (no existían videos e incluso la fotografía no era un registro fiel), el tribunal de la AUF podía sancionar penales ignorados, anular goles y en definitiva cambiar el resultado por otro. Eso llevó a otro dicho: “Es mejor un buen delegado que un gran centrodelantero”.

Los tiempos han cambiado, pero no tanto..

Dos casos muy polémicos

Una de las resoluciones más polémicas de los tiempos recientes se registró en 2001, cuando Juventud de Las Piedras perdió los puntos que había ganado en la cancha ante Peñarol por la inclusión indebida de un jugador, pero inesperadamente esas unidades no fueron al aurinegro sino que “desaparecieron” de la tabla de posiciones.
El 16 de septiembre de aquel año, Juventud venció a Peñarol con un gol del brasileño Pedro Renato. Faltando dos minutos, ingresó en el club pedrense Marcelo Moreno.
Según constató Peñarol, Moreno no figuraba entre los contratos registrados por Juventud ni podía ampararse en la reglamentación que permitía jugar hasta un máximo de cinco partidos sin tener el documento habilitante por ser mayor de 21 años. Se presentó así la denuncia ante la Mesa Ejecutivo de Primera División solicitando los tres puntos, argumentando que Juventud había violado las disposiciones reglamentarias.
Sin embargo, y luego de un planteo del dirigente de Nacional Hernán Navascués, el Tribunal de Conciliación de la AUF resolvió quitarle los puntos a Juventud al haber comprobado la irregularidad, pero sin adjudicárselos a Peñarol. La prensa informó entonces que la norma violada por el club de Las Piedras, el artículo 3° del Estatuto del Jugador de Fútbol Profesional, solo establecía la pérdida de puntos para el club infractor, sin indicar que los mismos debieran imputarse al adversario. “Es universalmente aceptado por el Derecho Sancionatorio que las penas deben estar expresamente previstas”, se argumentó
Aquella disposición fue modificada después, por lo cual ya no es posible que los puntos perdidos por una institución queden sin adjudicación.
Otro episodio famoso fue el llamado “Caso Luz”, que estuvo a punto de definir el Campeonato Uruguayo de 1939. También porque el club que reclamó los puntos había perdido en la cancha por 6 a 1.
El lateral de Nacional Luis Alberto Pérez Luz, más conocido por su segundo apellido, había sido expulsado en el clásico de la primera rueda y sancionado con tres partidos. Como el tricolor tenía un encuentro pendiente ante Bella Vista por el torneo de segunda división, el club preguntó al gerente de la AUF, Celestino Mibelli, si ese juego contaba para cumplir la pena. Como la respuesta fue positiva, Luz volvió al primer equipo para jugar ante Racing el 29 de octubre de 1939.
Con cuatro goles de Atilio García y dos de Roberto Porta, Nacional logró un fácil triunfo por 6-1. Sin embargo, el lunes siguiente Racing reclamó los puntos ante la AUF.
Segúbn las normas de entonces, la decisión no correspondía a un tribunal especializado, sino a la Junta Dirigente, el organismo colegiado que gobernaba el fútbol local, formado por los delegados de los clubes y los tres neutrales.
El 7 de noviembre, la Junta resolvió por nueve votos contra tres la pérdida de puntos de Nacional. Según se argumentó, en junio de ese 1939 se había aprobado que los jugadores penados en una divisional debían cumplir su pena en la misma categoría, salvo que ese campeonato fuera suspendido. También se advirtió que pese a su condición de gerente, Mibelli no representaba la palabra oficial sobre reglamentos y que Nacional debió haber hecho la consulta ante la Junta.
El Uruguayo de aquel año finalizó igualado entre los dos grandes, por lo cual tuvo que disputarse una final. Nacional venció 3-2 y se quedó con el título que estuvo a punto de perder una tarde en que había ganado 6-1.

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