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El "Lele" Cabrera nunca tuvo temor, por eso llegó a Espanyol

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HISTORIAS

"Mi carrera nunca fue fácil y no me da miedo esto”, dijo sobre su pase al club catalán y admitió que miró el partido de Getafe y gritó el penal del final como si estuviera ahí.

Leandro Cabrera, el “Lele”, estaba ayer en Madrid en su casa rodeado de cajas, terminando de hacer su mudanza de la capital a Barcelona. El sábado jugó su primer partido con el Espanyol, a sólo cuatro días de haber llegado al club catalán.

El fin de semana anterior había jugado su último partido con Getafe, y había anotado un gol, aunque lo hizo sabiendo que se iba al Espanyol.

“La cosa pareció más rápida de lo que en realidad fue. Desde el primer contacto con el Espanyol hasta que se cerró todo pasaron ocho o diez días. Cuando a Getafe le llegó la oferta por la cláusula, me dijeron que gracias por lo que había dado por el club y que si la oferta era buena para mí que me fuera, porque ellos en este momento no podían hacer nada para que me quedara”, contó el “Lele”.

“Jugué el último partido en Getafe sabiendo que me iba, Pero había que jugar. Sé que hay gente que no es del fútbol que no lo entiende. Mis compañeros sí porque lo he hablado con ellos y sólo sintieron felicidad y alegría por mí. Para los hinchas es más difícil de comprender, pero en el fútbol hoy un equipo te puede querer y mañana te pega una patada y te saca para afuera. Así es la cosa, a veces las decisiones las toman los clubes y a veces los jugadores”, agregó el defensa, quien sin embargo no tiene más que palabras de agradecimiento para Getafe.

“Crecí una barbaridad como futbolista en Getafe. Pasé dos temporadas y la presente espectaculares. Y no tengo nada más que desearles que mucha suerte. Es más, estuve mirando el partido de Getafe con Betis y grité el penal que metieron sobre la hora como si estuviera ahí. Fue mucho tiempo y la mayoría de los jugadores son amigos. Si a ellos les va bien para mí es una felicidad”.

EL CHIP. Salir de un equipo y a los cuatro días estar jugando de titular en otro no debe ser sencillo, pero el “Lele” no le teme a nada. “Es complicado, pero el guión es el que es. Espanyol es un club espectacular, un histórico de España, pero la situación hoy es crítica. Y cuando decidí ir, tanto yo como los otros fichajes, fuimos porque lo que te llama es el club que es enorme. La situación es crítica y no hay tiempo para adaptarse ni excusas. El entrenador entendió que con unas horas de entrenamientos yo estaba pronto para jugar y lo hice”, explicó quien fue titular ante Athletic.

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Debut. Cabrera en acción en su primer partido con Espanyol, frente a Athletic Club. Foto: Espanyol.

Cabrera reconoce que puede parecer raro que haya dejado a un equipo que hoy está cuarto en LaLiga, en zona de Champions, para irse a defender al último de la tabla que lucha por salvarse. El extenso contrato que le ofrecieron pesó en su decisión. “Es esta media temporada y cuatro años más. Tengo el futuro asegurado hasta los 33 años.  Uno nunca sabe lo que puede pasar en el fútbol. He tenido compañeros en Getafe que un año los quería todo el mundo y al otro una lesión y a la mierda todo. Hablando mal. Uno nunca piensa que le va a pasar lo peor, pero puede suceder. Se presentó esta oportunidad de un contrato largo y obviamente una mejora económica. Y en un grandísimo club que llama la atención internacionalmente. Que tiene mucha repercusión si le va bien. El gran desafío son estos seis meses para salvarnos, pero en la vida hay que tomar retos. Mi carrera nunca fue fácil y no me da miedo esto”.

En su primer partido como titular en Espanyol el equipo empató con Athletic Club 1 a 1, pero el uruguayo no desentonó. “Me sentí muy bien con mis compañeros, a pesar de que es una manera diferente de jugar con respecto a la del Getafe. Hay gente con mucha experiencia, como Diego López, el portero. Es un pedazo de golero y tremendo líder. Y con los compañeros de zaga también tuvimos mucha comunicación. Obvio, que al estar ahí abajo tanto tiempo, los jugadores que están desde el principio de temporada se pueden venir un poco abajo anímicamente, pero encontré un muy buen ambiente y un buen grupo. Me sentí muy bien, en mi línea, haciendo lo que yo sé hacer que es neutralizar y jugar fácil”.

equipos

Dos formas diferentes de jugar en una semana

Cabrera explicó las diferencias entre el juego de Getafe y el de su nuevo equipo. “En Getafe se juega con mucha presión y verticalidad. Intentando meterse en el área rival con pocos pases. Se juega muy adelantado. En Espanyol, en cambio, se intenta que la pelota llegue adelante por abajo. Sin esa locura, o esa filosofía que tienen a veces algunos equipos o entrenadores de salir jugando porque parece más lindo. Pero siempre que se pueda jugar, se juega, y si hay que pegar un dedazo para arriba también se pega, pero intentando que al compañero le llegue la pelota por abajo”

practica

El “Lele” lleva ya diez años en la madre patria. Las cosas nunca fueron fáciles para el zaguero, pero nunca se entregó. “No es fácil. No es fácil llegar acá y acomodarse. A Damián (Suárez) le costó y a mí también. Él lleva años siendo uno de los grandes laterales de La Liga, pero le costó”, agregó sobre el “Zorro”, su excompañero de Getafe.

“Y a mí también me costó mucho. Recién en mi sexta temporada supe lo que era la Primera División, al menos de manera asentada. Salvo cuando llegué al Atlético de Madrid, donde jugué muy pocos partidos y era muy joven. Este camino es largo y muy duro. He tenido compañeros uruguayos que han pasado por acá y al poco tiempo decidieron pegar la vuelta. Es totalmente respetable, pero yo me lo tomé de otra forma. Siempre tuve claro que no me iba a volver y si lo hacía algún día era después de haberlo intentado todo. Por suerte la perseverancia dio resultado y tuvo recompensa, tanto en el caso de Damián como en el mío, porque nuestras historias son parecidas”, aseguró con madurez.

Es que al defensa se le nota lo mucho que ha crecido y madurado hasta en la forma de expresarse. “A veces escucho algunas notas mías de cuando era más chico y le pegaba cada patada al diccionario... Me entreveraba por todos lados. Pero pasan los años y tenés que aprender de todo”.

BARCELONA. Al “Lele” le gustaba mucho Madrid, una ciudad que conoce como la palma de su mano, pero sabe que también va a aprender a disfrutar de Barcelona. “Son las dos ciudades más grandes y hermosas las dos. Madrid me encanta y la conozco muy bien porque fue la ciudad donde más tiempo he vivido después de Zaragoza. Son ciudades diferentes, con costumbres distintas como tiene cada región en España. Lo poco que he podido conocer de Barcelona es hermoso. Es ideal para sacar al equipo de ahí abajo y poder disfrutar un poco más de la ciudad. Y además, el clima es menos agresivo que en Madrid, donde es más crudo”, dijo quien ya se ha instalado en un apartamento en el centro de la ciudad catalana. “De la diagonal Mar para arriba, pero todavía no me ubico mucho”, admitió.

AMOR. Cabrera está en pareja hace cuatro años con María, una española a la que conoció cuando jugaba en Zaragoza. “Era amiga de una amiga mía. Un día nos juntamos varios amigos y ahí estaba ella. Creo que fue un poco flechazo sí”, admitió el “Lele” riendo.

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María. El defensa con su pareja española a la que conoció cuando jugaba en Zaragoza.

Al menos el flechazo fue para él, porque le llevó casi un año conquistar a María, una estudiante de Marketing y Comercio Internacional “Se hacía la difícil, tuve que remar mucho. Creo que no confiaba en los futbolistas, que tenemos mala fama. Una fama que no es culpa mía sino de otros”.

Cuando se ennoviaron él ya sabía que era su último año en Zaragoza y no iba a renovar. Entonces le preguntó si se iría con él y desde entonces están juntos. Ya vivieron en pareja en Crotone (Italia), Getafe y ahora Barcelona.

“El día que me retire me gustaría seguir viviendo en España. Pasé acá mi vida adulta y me manejo a la perfección. Ya me lo planteaba incluso antes de estar con María”.

Hincha

Se levanta de madrugada para ver a La Trasnochada

Cabrera asegura que no es hincha de ningún equipo de Uruguay, ni siquiera de Defensor Sporting a quien le tiene cariño. Eso sí, es capaz de levantarse de madrugada para ver a la murga La Trasnochada en el Teatro de Verano. “Soy medio raro no me levanto para ver ningún partido como muchos otros uruguayos, pero sí para ver a La Trasnochada. Vinieron a España y estuve con ellos”.

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