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De un lado al otro

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Fotos: archivo El País.

TORNEO CLAUSURA

Peñarol y Defensor van a dos bandas.

Fotos: archivo El País.
Fotos: archivo El País.

Los ataques más goleadores y dos de las defensas más sólidas se enfrentan mañana desde las 19.00 horas en el Estadio Campeón del Siglo en una final anticipada y que puede comenzar a decidir no solo este Torneo Clausura si no también el propio Campeonato Uruguayo. Peñarol y Defensor Sporting estarán frente a frente en un escenario que tendrá un marco espectacular para el gran partido que tiene este certamen. El vertiginoso equipo de Leonardo Ramos se medirá ante el aceitado conjunto violeta de Eduardo Acevedo.

La clave, parece estar por afuera. Es que se cruzan los mismos puntos altos de estos dos equipos: las bandas. Con esquemas diferentes, claro, pero con el mismo objetivo: ensanchar lo más posible la cancha y llegar siempre al fondo con el objetivo de intentar ahogar al rival.

El aurinegro tiene dos líneas definidas con cuatro hombres. Guillermo Varela y Lucas Hernández, en el fondo, son prácticamente dos hombres más de ataque. Con Diego Rossi y Fabián Estoyanoff respectivamente, lograron consolidar dos muy buenas sociedades por los costados, con desborde y facilidad para llegar al gol. La modificación táctica con el “Cebolla” Rodríguez yendo por el centro también fue clave. El lacacino se hizo cargo de la distribución de la pelota y los cuatro anteriormente mencionados, le sacan jugo.

Enfrente, Ayrton Cougo y Mathías Suárez son los encargados de ocupar esos sectores aunque lo hacen dentro de otro contexto. Rodeado por más jugadores de buen pie como el “Bochita” Cardacio y Matías Cabrera, pero respaldados por una línea de tres. El desgaste es mayor y muchas veces, al tener que cubrir más espacios, quedan más expuestos a los roces. De todos modos, son dos posiciones que conocen y que el equipo viene trabajando desde hace más de un año.

Tal vez ahora, a diferencia de los anteriores encuentros, Varela y Hernández deberán poner principal atención en la parte defensiva. Ambos tienden a irse al ataque pero ante equipos que salen a esperarlos. Este Peñarol solo tuvo una prueba como medida similar en este Clausura: el clásico. Si bien comenzaron teniendo algunos problemas en la última línea con la velocidad y el desequilibrio individual de jugadores como Tabaré Viudez, Sebastián Fernández o mismo Jorge Fucile y Alfonso Espino, se reacomodaron rápidamente y terminaron siendo figuras y piezas muy importantes en el triunfo contra Nacional.

Como muchas veces lo definen los entrenadores, este es un partido de esos que se definen en los detalles. Dependerá de quién pise más fuerte en la mitad de la cancha, de qué fino estén los delanteros y de que ninguna fatalidad le juegue una mala pasada a los arqueros. Lo que está claro es que Peñarol y Defensor apuestan a sus bandas. Las mismas que hoy los tienen en lo más alto del Clausura. Chocan dos estilos similares pero con características diferentes. En principio, pinta para ser un partido de un lado al otro. De piña por piña, como en el boxeo, y que ganará el que se mantenga en pie. Por el estilo de jugadores y porque ambos necesitan el triunfo para sacar ventaja y encarar esta seguidilla de partidos que se viene.

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