El “Colorado” Romero sigue sacando chapa ante el rival de todas las horas.

La Colombes, la Olímpica y un sector de la América se parten en un solo grito: "¡Olé, olé, olé, olé... Colooo, Colooo!". Santiago Romero se llena la boca de gol y las venas le revientan el cuello. Marcó su tercer gol clásico en lo que va del 2015 y volvió a demostrar que está hecho para esta clase de partidos.

Corrió, jugó y se llevó los aplausos en cada pelota dividida. En un partido chato y entrecortado, contagió a sus compañeros con su empuje.

Más allá de la pelota peinada en el tiro libre, que terminó en el gol de Matías Aguirregaray, fue el punto más alto del equipo de Gustavo Munúa. Los hinchas lo adoran, porque juega como uno de ellos.

Decisivo en el resultado del partido. Le atajó un cabezazo a Diego Forlán y dos mano a mano: uno al propio "Cachavacha" y otro a Diego Ifrán. Figura tricolor.

Firme. Tarea más que aceptable aunque no tuvo grandes problemas. Le ganó cada mano a mano a Diego Forlán. Llevó la voz cantante del fondo.

No tuvo grandes complicaciones y se complementó bien con Diego Polenta. Se mostró seguro y resolvió cada quite con eficacia. Buen rendimiento.

Hasta el ingreso de Carlos Luque, venía teniendo un rendimiento aceptable. cometió la infracción que luego terminó en el tiro libre del gol de Peñarol.

El lateral estuvo firme en la marca, cerró su sector y las veces que subió, lo hizo con criterio. En líneas generales, cumplió y redondeó un buen encuentro.

Se bancó la difícil tarea de marcar a Diego Forlán y lo hizo de buena manera. No lo dejó estar cómodo en la mitad de la cancha. Le comió los talones.

El volante central cumplió un rol clave en Nacional. Con su experiencia, llevó la batuta de la mitad de la cancha. Marcó, ordenó y manejó los ritmos del partido.

Partido parejo. Sin ser nada del otro mundo, cumplió con una aceptable tarea y llevó a cabo el objetivo por el que lo puso Gustavo Munúa: reforzar la marca.

Estrelló una pelota contra el palo con un cabezazo y ganó cada pelota que le llegó. Le dio mucho trabajo a la última línea de Peñarol. Buen rendimiento.

Otro buen clásico para "Papelito". Muy movedizo e inquieto. Se entendió bien con Iván Alonso y complicó en varias ocasiones a la última línea aurinegra.

Entró cuando el partido todavía estaba a favor de Nacional para intentar liquidarlo en una contra, pero el empate llegó dos minutos después de su ingreso.

Entró de apuro luego del gol del "Vasquito" Aguirregaray para intentar agarrar la pelota y con su buena pegada, tirarla al área. Pocos minutos en cancha.

Al igual que Matías Cabrera, saltó al campo de juego cuando llegó el empate mirasol. Prácticamente no pudo entrar en contacto con la pelota.

CLÁSICO CALIENTEÁNGEL ASTEGGIANTE