TORNEO CLAUSURA 2019

Daba la sensación que, a los 38 años, Juan Manuel Olivera había quemado los últimos cartuchos en su carrera futbolística. Sin presencia prácticamente en el equipo titular y con pocos minutos saliendo desde el banco y eclipsado por la explosión goleadora de Matías Arezo con solo 16 años, pasaba inadvertido.

El 10 de marzo, ante Danubio, el “Flaco” había convertido su último gol. Fueron 15 partidos sin poder convertir, lo que para un futbolista que forjó su carrera en base a gritos propios, era demasiado.

Sin embargo, ayer ante Nacional apareció en toda su dimensión, no tanto goleadora sino de jugador de equipo. Ya había sido importante ante Peñarol en el Intermedio. El 24 de agosto había entrado desde el vamos y puso el pase de gol para que Arezo marcara el tanto para la victoria 1-0.

Con la sabiduría que le ha dado tantos años dirigiendo, Jorge Fossati lo fue llevando para alinearlo ante Nacional. Un jugador de la jerarquía de Olivera se transforma en especialista en esta clase de encuentros ante rivales que juegan con carpeta. Por eso el técnico lo fue midiendo en los esfuerzos y el pasado fin de semana, en la victoria 3-2 sobre Cerro Largo, lo mandó como titular para que entrara en ritmo de competencia.

El objetivo era claro: sería titular ante Nacional. No sabía quién lo acompañaría en ofensiva, pero sí estaba seguro que “JM” iba a jugar. Y cómo lo hizo.

“Cuando un equipo defiende bien hay que hablar de todos. El primero que fue importante fue el 'Flaco' Olivera. ¡El partido que hizo hoy! Es una lástima que no tenga unos años menos”, dijo Fossati luego del partido.

Olivera fue la figura de la cancha y no solo porque abrió el marcador con un soberbio cabezazo luego que Adrián Leites le pusiera un balón pinchado para que el “Flaco” lo conectara en lo más alto de su salto y lo cruzara para batir a Luis Mejía. También fue el primero en tirar la presión, lo que le permitió robar balones. Pero además siempre fue opción de pase, posteándose de espaldas al arco ya sea al borde del área como en tres cuartos de cancha para descargar y generar triangulaciones que le dieran al equipo salida clara, principalmente alimentando a los carrileros por las bandas.

Olivera fue el líder en la victoria de River porque fue el que dio el ejemplo. Le mostró a los más jóvenes que si él hacía ese trabajo a los 38 años, todos podían hacerlo. Y lo siguieron; porque es el especialista en esta clase de partidos.