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José Mourinho es el "Niño Malo"

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La locura total de José Mourinho

FÚTBOL

A lista de enojos y reacciones groseras le agregó nuevos conflictos para dejar de ser “The Especial One”.

Fin del encanto. Esa forma de dirigir y ganar que posibilitó que gran parte del mundo fútbol incorporara a su presentación el propio mote que él se adjudicó por su logro en el Chelsea, “The Especial One”, terminó de desmoronarse.

Hoy, es lo que se aprecia, sus logros en el fútbol ya son lo de menos. José Mourinho se ha convertido en un personaje ultra polémico capaz de generar más repulsión que adhesión fanática.

Quizás todo sea parte de una postura que asume de manera pública, pero lo que se ve impacta. Ahí aparece un hombre que, vaya saber por qué, encuentra enemigos por todos lados y que vive enojado. Es cierto que tiene adversarios, pero ellos emergieron como consecuencia de su estilo de juego, de su capacidad ganadora. Pero él siempre fue más allá. Es como si sintiera que debe luchar contra el mundo entero. A veces, al observarlo actuar y hablar hasta cuesta encontrar a un entrenador que se sienta enamorado del fútbol.

Lo increíble es que ni siquiera en los momentos en los que su trabajo ha sido productivo, en cuyos momentos los números se volcaron de su lado encontró la paz. Y por eso jamás tuvo la aprobación mayoritaria de la afición. Eso es cierto, la gente detesta al Mourinho grosero, al que con su prepotencia se lleva puesto lo que sea. Es como que si él se rigiera por su propia ley. Como si él fuera una autoridad suprema que pusiera el marco de lo que está bien y lo que está mal.

Nadie lo puede negar, ni ocultar, su recorrido profesional le ha permitido acumular éxitos, trofeos, reconocimientos. Es un entrenador ganador en diversas ligas (Portugal, Inglaterra, Italia, España), llegó a lo máximo como conductor de un equipo, porque ganó lo que todo entrenador quiere conquistar: la Champions League. Y lo hizo en dos oportunidades. Por eso, al repasar su currículum solo puede asegurarse de manera contundente que es un fenómeno.

Además, al éxito de su trabajo le adosa la recompensa económica, porque ha tenido contratos suculentos que le posibilitaron ganar salarios estratosféricos. Desde ese punto de vista también entró en la elite del fútbol mundial.

Sin embargo, “Mou” no logra apaciguarse. Jamás. Sigue siendo un hombre iracundo. Aparece duro en sus declaraciones y en sus gestos. Tiene berrinches con sus jugadores y con sus colegas. Acomete como si fuera un psicoanalista contra los árbitros y los futbolistas rivales.

Y se autodestruye. Siempre. Como lo acaba de hacer en el Manchester United.

El diario The Sun le sumó la impresionante marca de 22 enfrentamientos con el mediocampista francés Paul Pogba, muchos de ellos con destaque publico. Y si en algún caso pudo pasar desapercibido para los ojos de los aficionados o las cámaras de televisión, él mismo se encargó de remarcarlas para que quedaran registradas en los oídos.

A toda voz “Mou” le criticó a Pogba por su actitud en la cancha, mandando al fondo de la bolsa lo que siempre procuró lograr con sus jugadores: la intimidad del relacionamiento del grupo humano. Como hacía en el Madrid, cuando le pedía a los futbolistas que todos juntos fustigaran a los jueces o a los jugadores rivales, en aquella batalla en la que se enfrascaba contra el Barcelona.

Al fin de cuentas, entonces, en lugar de recorrer el camino para encontrar soluciones, Mourinho demostró que hizo mucho más por encender el fuego que por esconder los problemas. A su locura habitual le terminó agregando nuevos conflictos.

Sus guerras psicológicas terminaron arrastrándolo al lugar que nunca quiso estar, porque ser despedido es -aunque tenga una recompensa económica elevada- una mancha que siempre quiso evitar en su carrera.

Pero ahora ya son dos las instituciones que tomaron la decisión de ponerlo de patitas en la calle, mucho antes de que el vínculo contractual culminada.

Por eso, a los 55 años, habiendo sufrido una especie de motín en el vestuario del Manchester United, Mourinho ha dejado de ser “The Especial One”, para convertirse definitivamente en el “niño malo”.

Foto: Reuters
José Mourinho. Foto: Reuters.
PALMARÉS

Dos Champions: Un técnico ganador

Debutó como primer entrenador en el Benfica, durante la temporada 2000-01. Rápidamente fue contratado por el Porto, equipo con el que ganó dos Ligas. Además, fue campeón de Europa en 2004. Ese año lo contrató el Chelsea donde ganó dos Premier League y cuatro torneos locales más. En 2008 fichó por el Inter de Milán. Allí ganó dos Scudetto y su segunda Champions League. En mayo de 2010 se fue al Real Madrid. Dirigió tres temporadas, en las que logra Copa, Liga y Supercopa de España. E?n junio de 2013 comenzó su segunda etapa como entrenador del Chelsea, en la que logró el título de Premier League en su segunda temporada. Fue destituido y? desde mayo de 2016 hasta diciembre de 2018 dirigió a su segundo club en Inglaterra, el Manchester United.

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