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Ignacio Ruglio: “Quiero darle a Peñarol el rumbo deportivo que el club hoy no tiene”

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Ignacio Ruglio. Foto: Estefanía Leal.
ESTEFANIA_LEAL

ELECCIONES

El candidato opositor se tiene mucha fe y confianza para ganar las elecciones del 5 de diciembre y habló con Ovación acerca de su plan para gobernar el club.

Desde hace cinco años es parte del Consejo Directivo de Peñarol, lugar al que llegó siendo líder de Sentimiento 1981. Aprendió, vio cómo se maneja el club siendo oposición y se mantuvo siempre fiel a sus ideales. Entiende que la institución mirasol necesita un cambio en la gestión y que él es el indicado para llevarlo a cabo. Ignacio Ruglio no se imagina un 5 de diciembre perdiendo las elecciones y su apuesta es fuerte: quiere ser presidente.

De cara a las elecciones en Peñarol, dice que juntó a la mayoría de los grupos opositores que buscan ese cambio y su objetivo es la unidad. El candidato habló con Ovación de su plan para gobernar, de los nombres que ya tiene confirmados para su grupo de trabajo y de las ideas para la “refundación” del estilo de conducción.

—¿Por qué sentís que es tu momento de ser presidente de Peñarol?
—Armé un equipo y pude unir a montón de gente muy valiosa que tiene el club. Se juntaron varias agrupaciones políticas con personas importantes de la vida del país y de Peñarol. Tras cinco años en el Consejo Directivo me siento preparado para ser presidente y llevar a cabo esa función de buena manera, sobre todo para no volver a repetir los errores que se cometieron durante los últimos 20 años. Quiero traerle al club decisiones acertadas, sobre todo en lo deportivo, donde hay que mejorar la contratación de jugadores y traer futbolistas acorde a la historia de Peñarol. Hay que ordenar la casa, algo que hoy falta. Además, somos hasta el momento la única lista confirmada que tiene su equipo de trabajo definido para que los socios puedan evaluar y definir su voto. Pablo Bengoechea y Gabriel Cedrés van a estar al mando del proyecto deportivo con un plan claro y redactado con los pasos a seguir durante los próximos tres años, Eduardo Zaidensztat y Álvaro Queijo estarán al frente de la parte económica y tenemos un plan para recuperar el peso perdido en la Asociación Uruguaya de Fútbol y en el Colegio de Árbitros. Voy a ser un presidente presente en todos estos temas.

—¿Cómo imaginás que va a ser la elección del 5 de diciembre?
—Se viene una elección histórica. Un cruce de caminos. De modelos. Hay un modelo que llevó a Peñarol a una de las peores épocas en la historia del club en materia deportiva y una opción de cambio. Fijate que entre 2005 y 2017 se jugaron 14 Campeonatos Uruguayos y Peñarol solamente ganó cuatro. Está por debajo del 30% ese número y es algo que no puede pasar más. Y a mi me parece que hay socios que ya no quieren vivir más esta realidad, por eso creo que van a depositar su voto de confianza hacia esta unión de listas opositoras que decidimos acordar transitar juntos el camino hacia el cambio en el modelo de gestión del club que queremos a futuro.

—¿Cómo es el cambio que impulsás y cuál será tu estilo de conducción en caso de ganar las elecciones?
—Un presidente presente en todos los temas neurálgicos del club. Para dar vuelta esta página y traer orden y victorias que es lo que necesita Peñarol, se necesita un presidente que lidere, que tenga ganas de liderar y que arregle la cancha, que sea parte de la vida diaria porque Peñarol necesita volver a ganar la media de campeonatos históricos que ganó, la media de clásicos, necesita volver a figurar en el plano internacional y la única forma de empezar a cambiar esto es con ideas claras y con un presidente que esté presente, gestionando las diferentes áreas.

Ignacio Ruglio. Foto: Estefanía Leal.
Ignacio Ruglio. Foto: Estefanía Leal.

—¿Qué le falta a Peñarol hoy a tu modo de ver la gestión de los últimos años?
—El rumbo deportivo. Yo quiero darle a Peñarol el rumbo deportivo que hoy no tiene y que hace muchísimos años no lo tiene. Cuando fuimos a buscar a Bengoechea y Cedrés para que lideren el proyecto deportivo hicimos convencidos de que son gente con el ADN de Peñarol, con gran capacidad de mando, de organización. Es gente que se preparó para un puesto de este tipo. Y una de las principales cosas que individualizamos en el estudio previo es que Peñarol no tiene un rumbo deportivo. No sabe a dónde va. La mejor muestra de esto es lo que pasó en los últimos dos años y medio en los que se cambió cuatro veces de director deportivo bajo un mismo mandato y cuatro veces de entrenador. Eso mismo se repitió durante los últimos 20 años del oficialismo. Este período de gobierno el club lo inició con la dirección deportiva de Gonzalo De los Santos, se pasó al ‘Tío’ Sánchez, luego pasó a ser José Brancato y ahora llegó Darío Rodríguez. Es decir, en dos años y medio y con seis meses de pandemia en la mitad, la institución cambió cuatro veces a la persona que debe dirigir la principal área del club. Además, hubo cuatro entrenadores también: se comenzó con Leonardo Ramos, luego vino Diego López, después Diego Forlán y ahora Mario Saralegui. Técnicos que ni siquiera tienen perfiles parecidos. Esto te demuestra que desde hace 20 años Peñarol es un barco a la deriva en materia deportiva. No tienen ni idea de hacia dónde están llevando al club y estamos dando una ventaja enorme. Todos se preguntan cómo se cambia esto. Se cambia con ideas claras, con un presidente presente, con un rumbo deportivo que en nuestro caso será liderado por Bengoechea y eso no va a cambiar. Pablo va a estar al mando durante todo el período de gobierno. Nos hizo especial hincapié en eso porque nuestro gran objetivo es mejorar el área deportiva. Por ahí queremos comenzar esa refundación de nuevo Peñarol que será muy diferente al de los últimos 20 años.

—¿Qué cosas aprendiste en tus dos períodos como consejero?
—En primer lugar me costó mucho ser oposición. Ha sido una tarea difícil que requiere de mucha personalidad, templanza y de ideas claras. Siempre digo que después de las últimas elecciones en las que no gané, traté de transformar cada momento en aprendizaje para aprender a dirigir el club, ver qué cosas del actual presidente repetir si me toca liderar y que cosas no.

—¿Qué cosas positivas resaltás de la gestión de Jorge Barrera como presidente?
—Que encabezó una gestión con un trato mucho más humano entre los pares. El Consejo Directivo de Peñarol elevó el nivel de la discusión durante este período y eso fue muy bueno. Creo que le faltó claramente una buena cantidad de horas en el club en los temas principales que un presidente debe atacar y también le faltó don de mando. Si Jorge no hubiese delegado en otras personas temas prioritarios, hoy el club estaría viviendo una realidad muy diferente a la actual. También se repitieron errores que el oficialismo tuvo durante los últimos 20 años como las contrataciones desmedidas, el rumbo deportivo que el club no tiene y el despilfarro de caja que compromete la economía: hoy Peñarol le debe al plantel principal entre sueldos y premios del bicampeonato 6,7 millones de dólares.

—¿Qué hablaste con los grupos que se unieron a tu proyecto?
—Hablamos de todo. Se fueron convenciendo a medida de que la realidad mostraba que la elección iba a ser polarizada entre Ruglio y Damiani, y que había que tomar acciones claras para no caer de vuelta en esta realidad deportiva actual.

Ignacio Ruglio. Foto: Estefanía Leal.
Ignacio Ruglio. Foto: Estefanía Leal.

—Hablaste también con Juan Pedro Damiani. ¿Cómo fue esa charla?
—Tuvimos una muy linda charla hace tres meses como desde hace mucho tiempo no la teníamos para hablar de la realidad del club. Siempre sabemos nuestras posiciones políticas y deportivas, más allá del respeto mutuo, son contrapuestas. El modelo de club que él quiere es totalmente distinto al que yo vengo a proponer. Tengo una relación de muchísimo respeto por él. Le agradezco su trabajo durante la gestión que encabezó. Como todo hincha de Peñarol y presidente que pasó, debe haber intentado hacer las cosas lo mejor posible. Le agradezco el estadio que salió de sus ganas de hacer cosas y es una obra que va a quedar para siempre, pero en lo deportivo, que es lo que festejamos los fines de semana, nunca dio en la tecla y seguro no la va a dar ahora. No nos podemos permitir tres años más de fracasos deportivos y ahora es tiempo de cortar con este estilo de conducción.

—¿Te ves ganando las elecciones?
—Por supuesto que sí. Si bien es una elección polarizada, las encuestas nos dan muy bien y me siento preparado para el desafío. Vamos a pelear para ganar. No me lo imagino de otra forma porque ya no queremos más de lo mismo. Logramos unir a los grupos opositores detrás de un objetivo común: el futuro del nuevo club que queremos. Queremos terminar con todos estos años de mala gestión deportiva y tengo toda la ilusión de poder ganar y encabezar un proyecto que ponga nuevamente a Peñarol en el lugar del que nunca debió salir.

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