Cuando Peñarol ha tenido muchos metedores no ha dado la vuelta olímpica. No es que no me gusten los metedores, hay que hacer un equilibrio. Cada cosa en su lugar”, sentenció Pablo Bengoechea, el entrenador que sostuvo que “errar pases fáciles no es un tema de actitud”.

Hoy el aurinegro aparece como un equipo “frío” dentro del campo de juego, y está conformado por hombres que tienen buen pie, notable técnica, gran manejo de pelota pero que están lejos de aquellos futbolistas que “trancaban con la cabeza”, como dijo Fernando Álvez en El País TV.

Y el exarquero recordó, por ejemplo, que había muchos que habían nacido en el club, que sentían la camiseta, “éramos hinchas con pantalones cortos, y se notaba”.

Repasando aquellos equipos, muchos eran nacidos en las divisiones formativas. de los aurinegros.

Hoy, la oncena habitual tiene a Guruceaga, a Nandez, Valverde y al “Vasquito” Aguirregaray productos del semillero, y de hecho, para muchos, son los que “contagian” en cancha.

En la década del ‘90, la mayoría venía de las formativas. Desde los arqueros hasta los delanteros, y ese es un plus para cualquier futbolista de equipo grande.

“No me gustó para nada la forma en que empatamos. Jugar bien no alcanza, nunca alcanzó”, sostuvo en tanto Luis Aguiar tras el empate del sábado ante El Tanque Sisley en el Parque Viera.

“Buen pie”. Esas dos palabras parecen estar de moda en el fútbol. Y se aplican permanentemente. De hecho, en el Peñarol de hoy se destaca sobremanera a aquellos jugadores con “buen pie”.

En defensa, por ejemplo, se apela a la técnica de Emilio MacEachen, al trato de pelota de Diogo, al manejo de Valverde, a la impronta de Forlán, Zalayeta e Ifrán, a la pegada de Albarracín, a la salida del fondo de Viera o Valdez.

Aguiar y Nandez, son dos volantes mixtos con entrega e ida y vuelta, pero son más de generación que de marca.

En el Peñarol de hoy, el buen pie le gana al carácter, eso está claro, no tiene nada que ver con aquellos equipos donde “si pasaba la pelota, no pasaba el jugador”, como recuerda Álvez.

peñarol, según pasan los años y los técnicosJOSÉ MASTANDREA