Peñarol estrenó la medida de que a la Ámsterdam concurran solo socios. Como forma de protesta de la barra, cuya mayoría de integrantes no pertenecen a los registros sociales, se hizo un hueco en la mitad de la popular, que estuvo menos ocupada que en otros partidos.
Faltaron los bombos y cánticos, pero no se generó ninguna situación problemática. Sin embargo, los inconvenientes estuvieron cerca de mudarse. Un grupo de hinchas de Peñarol se dirigió a la Colombes y se ubicó contra el muro que da a la América, donde estaban los de Racing. Allí hubo gritos y señas desafiantes, pero lanzaron objetos de un lado ni del otro. Lo que sí faltó fue previsión de la seguridad, que no puso ningún vallado en esas tribunas.
A los 28, un grupo de policías ingresó a la Colombes contra la América y dispersó a los pocos parciales que estaban allí. Fue un foco de amenazas pero no de problemas.
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