"El partido del sábado es importante, aunque no sea un clásico, para nosotros el clásico es con Brasil, no con Uruguay". Las palabras son del hijo de Grondona, porque así es y será siempre, aunque ya su padre no esté entre nosotros.

El hijo de Grondona, Humbertito, lo explicó mejor que nadie tras el fracaso que tuvo con la selección Sub 17 de Argentina en el Mundial de Abu Dabi: "Si me llamara Pepito a lo mejor estaría en un circo. Pero me llamo como me llamo y estoy feliz, eso me obliga a superarme permanentemente, ya que me están esperando con el cuchillo y el tenedor".

Una verdad a medias. Porque él hace todo lo posible para estar en boca de todos.

Es irónico, polémico, controversial, poco querido. Y lo sabe.

Hoy disfruta las mieles del triunfo con la Sub 20, y se encamina al título, pero en vez de bajar los decibeles de cara al partido final con Uruguay, echa leña al fuego: "no es un clásico", tiró.

Logró lo que buscaba. Que todos hablaran de él y se refirieran a sus declaraciones.

"Me jugaba mucho. Estoy contento por la clasificación, porque la verdad es que así puedo caminar tranquilo por la Argentina. Si no pasaba esto, me hubiese sentido bastante mal", dijo después de la victoria 3-0 ante Paraguay.

"El que viene es el partido más lindo de todos, pero el clásico es con Brasil, no con Uruguay. Ya clasificamos al Mundial de Nueva Zelanda, y fue lo que vinimos a buscar", agregó.

El hijo de Grondona sigue haciendo de las suyas. Si se llamara Pepito, no las haría.

ARGENTINAJOSÉ MASTANDREA