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Hermanos de fútbol

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Amigos. Federico Rodríguez y Pablo Cepellini tuvieron una carrera similar. Fotos: Archivo El País

DANUBIO

Federico Rodríguez y Pablo Cepellini se van juntos al franjeado para continuar una carrera casi igual. “En Boston viví cosas muy fuertes, que me marcaron”, dijo el delantero. “Voy a Danubio a salir campeón, esa es la obligación”, aseguró el volante.

Federico Rodríguez y Pablo Cepellini se conocieron en la Sexta División de Bella Vista. Luego hicieron carreras prácticamente idénticas. Fueron ascendidos juntos a la Primera papal por Matosas; jugaron en la B y lograron el ascenso de la mano de Pablo Alonso; y se pusieron juntos la camiseta de Peñarol, aunque nunca jugaron en el club. Es que se fueron juntos al Sudamericano Sub 20, con la selección que dirigía Juan Verzeri, y no regresaron. Los dos emigraron a Italia, aunque jugaron en diferentes equipos. Volvieron a encontrarse en Boston River y ahora los dos reforzarán a Danubio.

Ayer Federico estaba con su familia en Costa Azul y Pablo en Piriápolis, pero ambos regresaron temprano porque hoy deben presentarse en el complejo de la franja en la ruta 101 para comenzar a entrenar en su nuevo club.

“Llevamos muchos años jugando juntos. Arrancamos en las formativas de Bella Vista y luego nos hicimos amigos. Y esa química también ayudó para entendernos tanto dentro de la cancha”, dijo Federico. “A medida que fue pasando el tiempo, nos fuimos conociendo cada vez más y eso hace que uno ya sepa lo que va a hacer el otro”, añadió el delantero.

“Debe ser récord que dos jugadores hayan estado juntos en tres equipos diferentes. Es otra alegría seguir jugando con Federico. Nos entendemos muy bien, dimos los mismos pasos en el fútbol y compartimos cosas muy lindas”, dijo por su parte Cepellini.

“Siempre que jugamos juntos nos fue bien”. Ese fue el argumento que utilizó Federico para convencer a Cepellini para ir a Boston River. “El equipo recién había subido, no era muy conocido y Pablo tenía otras posibilidades”, recordó Rodríguez. “Yo le dije que era un club que tenía carencias, pero que el grupo humano estaba muy bueno”.

Esta vez no hubo necesidad de convencerlo, porque el volante ya sabía del interés de Danubio desde que terminó el campeonato pasado. Pero esperó porque tenía alguna chance de salir.

Ambos están felices por pasar a Danubio, pero con un dejo de tristeza por irse de Boston. “Me costó, porque si no salía nada del exterior mi intención era quedarme en Boston River por el grupo, por su calidad humana. Y por el cuerpo técnico, que me dio mucha confianza. En un año y medio me encariñé mucho con el club. Lo voy a extrañar”, explicó Cepellini.

“Yo ya tenía arreglado para seguir, es difícil dejar Boston River. En dos años y medio viví cosas muy importantes: subimos a Primera y clasificamos dos veces a la Copa Sudamericana. También me lesioné, me rompí los ligamentos cruzados. Fue un club donde viví cosas fuertes, que me marcaron. Pero tampoco era para quedarme toda la vida”, aclaró Rodríguez.

“Que un club como Danubio se interese por uno es una alegría enorme. Voy a Danubio para salir campeón. Es un grande del Uruguay y ser campeón siempre una obligación”, dijo convencido Cepellini.

“Danubio no viene de hacer una buena temporada, pero no deja de ser Danubio. Es importante dentro del fútbol uruguayo y está obligado a pelear por el campeonato y por todo lo que juegue. Me gustó el desafío”, explicó el goleador, a quien lo llamó el nuevo técnico danubiano, Pablo Peirano, que los conoce porque era el ayudante de Verzeri en la Sub 20 que ambos integraron. “Ya me habían llamado el año pasado y no fui. Que el club tuviera tanto interés en mí también es importante”, finalizó Federico.

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