Nacional tiene puntos fuertes que constituyen sus herramientas principales para ganar el clásico.

Na cional tiene, al menos, cinco puntos fuertes, y por tanto fundamentos para tener posibilidades ciertas de ganar el clásico, con el agregado de que cuatro de ellos parecen estar más allá del efecto erosivo que, tal vez, podría tener esta mini racha en la que el funcionamiento del equipo ha cotizado a la baja por haber perdido cinco de los seis últimos puntos que ha disputado.

Para empezar, lo básico, que es parte del ABC del fútbol: Nacional tiene gol, y no por la vía de jugadas preparadas ni sofisticadas, sino por la más elemental y práctica, que es contar con Iván Alonso, un goleador no por sólo por la cantidad de goles que hace, sino porque tiene aquello que caracteriza a los delanteros de su raza, que es ir a donde va la pelota en el área contraria, o estar en el lugar al que —aún de rebote— va el balón, igual que si lo buscara.

Otra herramienta tricolor está vinculada con la anterior: Sebastián Fernández suma goles a los de Alonso y, pese a que no se trata de un típico tándem, se asisten uno a otro y, además, se reparten marcas.

Por otra parte, Nacional utiliza casi como si fuera una especie de ADN, enganche o enlace; y, por lo general, no dos a la vez, sino uno: Amaral o "Nacho", y con cualquiera de ellos el equipo cuenta con el pase entre líneas por el medio, como alternativa a los desbordes por las bandas, para entrarle a las defensas rivales.

La estadística juega para Nacional, pues buena parte de sus futbolistas fueron protagonistas en la racha de cinco clásicos sin perder con el tradicional adversario.

Por último, Porras-Romero como "doble 5" son el alma del cuadro, dan el tono del juego del equipo con su gran cuota de marca; si el técnico no los para distinto, claro.

Iván Alonso es un goleador de esos que va a la pelota o la atrae, y es capaz de ganar un partido más allá de cuál y cómo sea su trámite.

La tabla de goleadores lo marca: Sebastián Fernández suma a la cuota de Alonso; y obliga a que se repartan los controles de los rivales.

El enganche, y sus pases entre líneas por el medio, sea Amaral o "Nacho", desestabiliza y es alternativa a los desbordes por afuera.

Un buen número de estos jugadores de Nacional está habituado, al menos, a no perder con estos de Peñarol en los clásicos.

Porras-Romero jugando en "doble 5" montan una sólida estructura de marca que le da "alma y vida" a todo el cuadro; con Racing no jugaron en ese formato.

CLÁSICO CALIENTEJORGE SAVIA