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No hay mal que por bien no venga

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Peñarol se salvó de una derrota histórica; y no pasó vergüenza.

Esta vez no fue como en el 4 a 0 de Torneo Apertura, que al referirse a los 30’ finales, Bengoechea dijo después en el vestuario que “sentimos vergüenza”.

No, fue diferente; y no por la circunstancia de que River Plate ahora le haya vuelto a ganar a Peñarol, pero 2 a 0.

Es más, el primero que jugó distinto, al menos en el primer tiempo, fue el cuadro de “JR”, que lo hizo con un esquema audaz de tres puntas, un volante de contención y otros dos -Schiappacasse y Gorriarán- más adelantados por derecha e izquierda, pero no trató de llegar tocando y, lejos del “tiqui-tiqui”, buscó con envíos largos que le facilitaron la tarea al fondo aurinegro.

En esta ocasión resultó muy distinto porque en ese trámite abierto, de espacios grandes que tuvieron los dos al encarar hacia el área de enfrente, a Peñarol -que así se encontró más suelto- no le faltó actitud, ni anímica ni futbolística, y tampoco que Forlán hiciera aquello para lo cual lo trajeron: agarró la posta, manejó la pelota, hizo pases y paredes, y favorecido por los claros que dejaba el planteo rival, remató ocho veces al arco desde afuera y cerca del área, en dos oportunidades desviado y en seis obligando a Nicola Pérez a hacer atajadas que evitaron la caída del arco darsenero.

Más aún, perdiendo 1 a 0 por el penal que le cometió el “Vasquito” a Schiappacasse en una de las pocas jugadas del primer tiempo donde River Plate como le gusta a “JR”, y ya en el complemento, Da Silva se jugó con cambios ofensivos que le dieron a Peñarol la cuota de llegada que no había tenido antes, sobre todo por lo que generó Albarracín sobre la izquierda: además de darle entrada al ex bohemio nada menos que por Aguiar, puso a Herrnán Novick y Valverde.

Tan fue así, que en medio de esa rebeldía futbolística de Peñarol en el complemento, tras buen centro-pase de Forlán (para variar), Affonso llegó a meter un cabezazo que fue contenido por Pérez sobre la raya del arco darsenero.

Eso sí, por “culpa” de River Plate, que propuso jugar ataque por ataque, a cara descubierta, Peñarol no pudo atropellar al rival, porque el “Vasquito” y Diogo sabían que tenían a un punta clavado en la espalda si se iban al frente.

Entonces, en ese contexto, en el que Peñarol hizo méritos -sólo eso- para llegar al empate, cuando River afinó el pie para contragolpear corto y con el sello de “JR”, se dio la lógica: el caño evitó un gol de Ribas, los atacantes malograron un par de chances para liquidar el pleito y Taján “lo cerró” en los descuentos.

Otra vez ganó River Plate, pues; aunque ahora Peñarol no dio vergüenza. Después de todo, sigue prendido en el Torneo Clausura y arriba en la Tabla Anual; y, por la falta de alambrado, no perdió el primer partido oficial de la historia en el “Campeón del Siglo”. No hay mal que por bien no venga; o no se consuela el que no quiere.

Atrás se arregla; en el medio y arriba, no

“River nos ganó corriendo, con su gente rápida, con su ida y vuelta”, dijo “Polilla”, aunque parece que no se refirió al nivel físico de su equipo, sino a la imposición del rival a través de un planteo casi similar -al menos en lo conceptual- al de los aurinegros.

Esto es: jugando con Costa de volante central, Nández y Aguiar a sus costados, pero más adelante, con “Maxi” Rodríguez suelto, y Forlán y Affonso depunta, aunque en muchos pasajes “Cachavacha” se retrasó para distribuir el juego, Peñarol jugó “a lo River”, sin una gran cuota de marca, con mayoría de futbolistas “de buen pie”, y como contó con uno más (cuatro contra tres) en el mediocampo, manejó la pelota con cierta limpieza.

Sin embargo, al no contar con un volante de marca neto, Peñarol no cortó los circuitos del cuadro de “JR”; y, encima, tuvo la pelota pero sin eficacia para vulnerar a Nicola Pérez.

Al fin y al cabo, no es nuevo. A veces, como ayer, Peñarol hasta juega aceptablemente, o con relativa prolijidad, desde su área hasta la de enfrente; pero como no tiene aquel “rapido por afuera” que quería Bengoechea, no desestabiliza a la defensas rivales, pese a que balancea su falta de zagueros con la velocidad de “Maxi” Olivera dejando el lateral para ocupar ese puesto.

De esa manera, entonces, lo que le pasa a Peñarol no es algo circunstancial: lo prueba el hecho de que de sus últimos siete partidos oficiales ganó uno, y que ayer perdió con River Plate, que en doce se impuso sólo en dos, a Racing y a los aurinegros. Matemática y futbolisticamente, no es una buena referencia.

PEÑAROL 0-2 RIVER

Estadio Centenario

Árbitro: D. Fedorczuk. Asistentes: Miguel Nievas y Sebastián Silvera. Cuarto árbitro: Federico Arman.

Peñarol: G. Guruceaga, M. Aguirregaray, C.Valdez, M.Olivera, D. Silvestre, N. Nández (56' F. Valverde), T. Costa, L. Aguiar (67' N. Albarracín), M. Rodríguez (56' H. Novick), D. Forlán y M. Affonso. DT: J. Da Silva.

River Plate: N. Pérez, C. Herrera, R. Conceicao, D. Flores, Á. Rodríguez, F. Gorriarán (51' F. Pintos), G. González, E. Pedroso (25' C. Taján), M. Santos, N. Schiapacasse (82' R. Flores) y S. Ribas. DT: J.R. Carrasco.

Goles: 42' M. Santos (RP), 47' C. Taján (RP).

Amarillas: 3' D. Forlán (P), 10' N. Nández (P), 31' M. Olivera (P), 63' F. Pintos (RP), 70' T. Costas (P), 86' F. Valverde (P).

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Foto: Marcelo Bonjour.

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