Nacional no negoció a Polenta cuando pudo hacerlo. Capitán, estandarte anímico, líder del plantel, y referente, pese a su juventud. La dirigencia pensó en lo deportivo y no en lo económico. Y acertó.
Peñarol tomó un rumbo diferente con Nahitan Nández, un jugador desnivelante, nacido en la cantera del club, capitán, líder y referente.
Cuando llegó una oferta tentadora ni lo pensó. Lo dejó ir, apostando más a lo económico que a lo deportivo. Peñarol perdió su alma.
Años atrás, Washington Cataldi sacaba dinero de todos lados, se hipotecaba, para poder retener a Fernando Morena, tentado por el Real Madrid. Le daba todo.
Años después, el Cr. Damiani haría lo propio con Bengoechea. El resultado está en las vitrinas.
DESDE EL ARCOJOSÉ MASTANDREA