HISTORIAS
Perseguido por el régimen del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, tiene sus activos congelados y se gana la vida doncudiendo por las calles de Washington.
Hakan Sukur jugó un solo Mundial, el de Corea del Sur y Japón 2002, pero le bastó para quedar en la historia. Es más, pese a ser el máximo goleador histórico de la selección de Turquía con 51 tantos, solo anotó uno en Copa del Mundo y fue el que precisamente marcó a fuego su nombre.
El 29 de junio Turquía obtuvo el tercer puesto u2014su mejor figuración en la historia de los Mundialesu2014 al vencer 3-2 al local Corea del Sur. Esta tarde, en la ciudad de Daegu, el marcador lo abrió Sukur con un gol a los 11 segundos de juego, que se transformó en el gol más rápido en partidos por Copa del Mundo.
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Entre 1992 y 2007 el centrodelantero disputó 112 partidos con la selección de Turquía y eso lo pone en el segundo lugar como el futbolista con más presencias defendiendo a su país, aunque es el primero entre los jugadores de campo, porque con 120 presencias solo lo supera el exarquero Rustu Recber.
El nombre de Hakan Sukur, entonces, está ligado a la mejor historia del fútbol turco y como consecuencia, del país. Es por eso que en 2011 se presentó a las elecciones parlamentarias y fue electo por el partido AKP, el del presidente Recep Tayyip Erdogan. Sin embargo, duró poco como político.
En 2014 se alejó de la política y se enemistó con su líder porque éste quedó salpicados por escándalos de corrupción. Por eso se alejó del partido y un año más tarde, cuando hubo un golpe de estado fallido en Turquía contra el gobierno de Erdogan, éste lo acusó de traición y de ser uno de los instigadores. Básicamente hoy Sukur es un fugitivo político del Estado turco.
¿A qué viene todo esto? A que hoy, a los 48 años y luego de haberse retirado como futbolista en 2008, la vida de Sukur dista de ser la que habitualmente tienen los ídolos. No puede volver a su país, tiene los fondos de sus cuentas congelados y ha tenido que salir a trabajar.
Sukur vive en Washington (Estados Unidos) y maneja un Uber con el que se gana la vida diariamente. "No me queda nada en ninguna parte del mundo. Erdogan me quitó todo: mi derecho a la libertad, el derecho a expresarme y el derecho al trabajo", contó en una entrevista publicada por el diario alemán Welt am Sonntag.
De la gloria de anotar el gol más rápido en la historia de los mundiales y jugar en clubes como Galatasaray e Inter de Milán, pasó a ser un conductor de Uber. Con dignidad se gana la vida como cualquier hijo de vecino y la pelea día a día, mientras espera con ansias que el régimen de Erdogan se termine para poder volver a su Turquía natal y recuperar el dinero que hizo como futbolista.