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¿Habrán aprendido de 2012?

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Los seis meses previos a las elecciones (en el fútbol, nuestro tema) suelen transformarse en una peligrosa trampa en la que las aspiraciones individuales colocan, muchas veces, a los candidatos delante del interés colectivo.

LUIS EDUARDO INZAURRALDE

Nacional, que anda en eso y que ya lo sufrió en 2012, se apronta para vivir los días más difíciles con decisiones que tienen un alto contenido político que se transforman en un ejercicio insalubre para el club.

En carrera hacia diciembre 2015, el primer tema polémico fue la elección de Munúa; en otros momentos, descontaminado, seguramente hubiera sido elegido por consenso. Esta vez fue sólo por mayoría.

Ahora bien: Munúa llegó al club por decisión del presidente. Y está bien. Siempre escribí que el presidente debe elegir al entrenador, en todo caso luego de escuchar las opiniones de los demás —si así lo entendiera—, porque es al que le apuntarán con el índice en el error. El acierto será de todos. Por esa razón, además de correcta la elección de Munúa-Franco ahora, como De León-Gesto en 1998, son apuestas valientes. Con una diferencia: ahora el campo minado.

El Análisis

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