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Guzmán Corujo: una historia de superación

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Guzmán Corujo. Foto: Gerardo Pérez.

FÚTBOL

De 10 meses muy difíciles por la rotura de los ligamentos a este presente como figura de Nacional. 

Está promediando el segundo tiempo en el Mineirão. Los torcedores están ilusionados con el gol que les permita seguir expectantes por la clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores. Es el momento más ensordecedor. Pese a que el estadio no está lleno, al ser semicerrado el sonido se multiplica. En ese instante Guzmán Corujo toma la pelota, se saca a dos rivales de arriba y ya está en la mitad de la cancha. Los jugadores del Atlético Mineiro se van abriendo, el zaguero ve el hueco y cuando quiere acordar ya está entrando al área rival. El balón le queda largo, se lo quiere pasar a Santi Rodríguez, pero ya es tarde. “Dejá, no te dejan pasar una. Ya me están jorobando que se me apagó la luz, que me faltaron recursos para definir, que lo mío es solo defender y esas cosas, je”, le explica el protagonista a Ovación sobre las bromas de sus compañeros en el vestuario.

Fue algo sorpresivo; me saqué a dos jugadores de arriba ya que era la que me quedaba porque me estaban presionando. Después se me fueron abriendo, seguí corriendo buscando la línea de pase y en el final un defensor me toca, quedo sin visión, intento frenarme porque sabía que venía corriendo Santi, me trancan y no pudimos terminar bien la jugada. Obviamente me hubiera encantado hacer el gol”, agrega.

La de atacar no es la función de Corujo, pero esa jugada en el triunfo 1-0 de Nacional contra Atlético Mineiro grafica también el actuar del defensa afuera del campo de juego desde que se lesionó los ligamentos cruzados (mayo de 2018) hasta ahora. Se llevó la pelota a puro corazón, como llevó adelante su recuperación que le insumió, nada más y nada menos, que diez meses. Regresó a las canchas, con Álvaro Gutiérrez se volvió a ganar la titularidad y hoy es una de las fortalezas que tiene el equipo. También fue una de las figuras que tuvo Nacional en Belo Horizonte.

EL PARTIDO. “La solidez defensiva y el compromiso del equipo fueron dos de las claves que nos permitieron ganar. Tácticamente hicimos un muy buen partido y por fragmentos del juego logramos tener la pelota, lo que nos dio más aire”, explica Corujo con calma, la misma que transmite en la cancha. “Esta vez la idea era salir a jugar más adelante, porque ellos necesitaban el resultado y si los esperábamos íbamos a pasar mal. Estuvimos bien parados y cuando ellos llegaron a definir estuvo Luis (Mejía), que tuvo un partido excepcional”.

Guzmán Corujo
Foto: Archivo El País. 

Desde que llegó Gutiérrez, la defensa central que no se discute es la de Corujo y Felipe Carvalho. “Desde el primer partido que jugamos juntos (contra Cerro en el Tróccoli) nos entendimos muy bien. Ambos nos complementamos y cuando uno baja la concentración durante el partido, el otro aparece enseguida para hablar. Él jugó un partidazo y ayudó a mantener el cero”.

EL PREMIO. “Fueron 10 meses durísimos, en donde intenté mantener la postura de ser positivo, pero por la cabeza se te pasan mil cosas. El apoyo de mi familia, de mi novia -que me banca la cabeza en todo momento-, de mis amigos, mis compañeros, la sanidad, fue fundamental. Todo eso me llena de orgullo. Fue muy duro, no es fácil, pero uno se prepara para ser más y más fuerte. Se prepara para vivir partidos de mucha exigencia, como el de Atlético Mineiro”, comenta Corujo en momentos donde parece bajar la guardia al hablar de su familia, pero enseguida levanta la cabeza y habla con determinación.

Jugando los primeros cuatro meses de la temporada pasada bajo la conducción de Alexander Medina, Guzmán ya había demostrado su capacidad y su calidad. Y el hincha se lo hizo saber en todo momento. “A nosotros, los jugadores, nos llega todo. A veces es difícil responder cada mensaje porque son muchos, pero los leo y me motivan. Más aun en esos 10 meses que no jugué. Me veían por la calle y me daban mucha fuerza, diciendo las ganas que tenían de verme en la cancha de nuevo. Yo me decía, ‘toda esta gente me está esperando, yo tengo que ponerme bien, tengo que volver a jugar’. Es invalorable esa energía positiva que los hinchas me dieron para volver de la mejor forma”, señala al tiempo que gesticula mucho.

LA BARRA JUVENIL. “Tenemos tremendo grupo, pero eso viene desde afuera, viene desde antes. Hay una amistad y una relación que se nota. Y después eso se traslada a la cancha; se ve cómo cada compañero deja la vida por el otro. Esas cosas se generan afuera, en el vestuario”, comenta Corujo sobre la relación con varios de sus compañeros, entre ellos Gabriel Neves y Matías Viña.

“Sentirte que sos parte, sentirte importante, es fundamental. Por suerte desde que llegó Álvaro me dio la confianza. No digo que Eduardo (Domínguez) no, él me cuidó mucho, pero te decís ‘si tengo la confianza del técnico le tengo que responder, tengo que dar algo más; por él y por los compañeros’”.

Guzmán Corujo en Nacional. Foto: archivo El País.
Foto: archivo El País.
La noche fatídica en el Gran Parque Central
Guzmán Corujo

El 10 de mayo de 2018 Nacional debutó con Fénix en la primera fecha del Intermedio. Corujo jugó 15’: se rompió los ligamentos.

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Guzmán Corujo

Semanas antes de la lesión, el 26 de abril, marcó el segundo gol (único suyo en Primera) en el 4-0 a Real Garcilaso.

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